En Praga se prueba parte de la lanzadera Ariane 6 que viajará al espacio
La República Checa es uno de los países que participan en la fabricación del nuevo modelo de lanzadera de la Agencia Espacial Europea. La cubierta inferior de la estructura del motor auxiliar del Ariane 6 está pasando estos días por sus pruebas finales en las afueras de Praga.
La cubierta inferior de la estructura del motor auxiliar de la lanzadera espacial Ariane 6 fue diseñada en Alemania por la compañía MT Aerospace Augsburg pero producida en la República Checa por la empresa ATC Space Klatovy. En las afueras de Praga, en el Centro de Investigación Aeroespacial Checo (VZLÚ) en Kbely, se están llevando a cabo los test finales para que la pieza pueda volar al espacio.
El director del equipo responsable del proyecto, Petr Franc, presentó a la Radio Checa los componentes que están probando en su centro.
“Si se mira el cohete de lado, en la parte inferior hay unos cilindros menores que son los motores auxiliares, los booster. También hay una anilla inferior hecha de duraluminio aeronáutico. Tiene un calibre de 3,5 metros, mide un metro y pesa como una tonelada”.
La preparación de las instalaciones para llevar a cabo estas pruebas de carga únicas se han prolongado durante casi tres años, prosigue Petr Franc.
“Para estas pruebas hubo que construir una instalación especial. Aquí se prueban dos modos, uno de tierra y otro de vuelo. El de tierra ya lo tenemos probado. Ese era único en sus fuerzas de carga. Utilizamos para ello cilindros hidráulicos. Cada uno podía desarrollar una fuerza de 2 meganewton, y eran seis en total”.
La instalación para realizar la prueba ocupa un espacio de diez metros cuadrados y mide ocho metros.
La estructura de carga inferior tiene dos funciones principales, al hilo de lo que explicaba Franc. Por un lado, descansa sobre ella el peso del cohete antes del lanzamiento. Por otro, durante el vuelo, transmite la tracción de los motores auxiliares hacia el cuerpo principal del cohete. Se trata, por tanto, de una pieza importante de la estructura desde el punto de vista de la capacidad de carga estática, por lo que es necesario comprobar su rigidez y su capacidad de carga máxima.
Para fijar al componente la estructura levantada para realizar las pruebas, los ingenieros usaron 150 tornillos de gran tamaño. La pieza está cubierta de unos cien cables que miden su deformación, con unos extensiómetros que valoran cómo reacciona el componente a fuerzas de hasta 500 toneladas, cuenta Petr Franc.
“Los extensiómetros están pegados directamente sobre el metal del componente a prueba y valoran la presión a la que está sujeto con el aumento de la fuerza. A lo largo de cada segundo del test, que dura varios minutos, registramos diez valores y así vemos cómo evoluciona la deformación de la pieza”.
La deformación permitida, sin embargo, no puede superar apenas unas décimas de milímetro.
La fase final de pruebas de la cubierta inferior de la estructura del motor auxiliar de la Ariane 6 en Kbely se prolongará hasta noviembre, y a pesar de la dureza de las pruebas, no puede dañarse, ya que será la misma pieza que se use para volar al espacio. Los primeros vuelos de prueba, si todo va bien, podrían producirse ya a finales de 2022.