En la Rep. Checa los políticos no tienen sitio en Internet

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Decir que Internet crece y se desarrolla a una velocidad vertiginosa no es nada nuevo. Ni tampoco resulta novedoso decir que cada vez es el mayor el número de personas que exponen sus productos y actividades en la red de redes. La novedad en la República Checa es que la mayoría de los dominios con nombres de políticos y figuras de la vida pública fueron registrados por "ciberespeculadores".

Después de la reforma política y económica ocurrida en 1989 un político checo inscribió en el registro mercantil una serie de nombres que correspondían a marcas internacionales. La idea de ese político fue vender los derechos a las transnacionales para que pudieran utilizar sus marcas en el país.

Hoy la historia se repite, los "ciberespeculadores", tanto empresas privadas como personas particulares, han registrado dominios de Internet con nombres de políticos, importantes figuras de la vida pública, instituciones o bien ciudades, que después venden por sumas muchas veces astronómicas.

La metrópoli morava de Brno tuvo que pagar 10 mil dólares para registrar, por ejemplo, Brno.cz. Especialistas en la materia sostienen que el registro de dominios en Internet genera anualmente en la República Checa más de un millón de dólares.

El problema radica en que no existen leyes ni normativas que regulen o pongan coto a este tipo de actividades. Los tribunales esquivan siempre este tipo de querellas, porque no disponen de suficiente respaldo jurídico, lo que permite a los especuladores continuar en sus actividades.

Los dominios con el nombre del presidente de la República, la Primera Dama, el presidente de la Cámara de diputados, así como de figuras del mundo del espectáculo están en manos de especuladores que lo único que buscan es sacar provecho de la fama ajena.

Autor: Federico Picado
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