En la obra Las Metamorfosis también participan los espectadores
Las Metamorfosis es una pieza teatral en cuyo desarrollo influyen de manera importante los espectadores. El proyecto, creado por el director checo Tomáš Soldán y la actriz eslovaca Jana Kovalčíková, se ha presentado en España, Portugal, Eslovaquia y en la República Checa.
“La obra se basa en la experiencia que vivimos en Madrid y trata sobre cómo el ambiente puede cambiar la vida de un hombre. Eso es lo que nos pasó a nosotros, que los dos nos arrancamos de nuestro ambiente doméstico, nuestro hogar en la República Checa y Eslovaquia, por lo que muchas cosas para nosotros han cambiado”.
El título de la obra evoca el famoso libro de Franz Kafka, aunque ésa no era la intención de los autores, según resalta Tomáš Soldán.
“Es un error muy gracioso, porque en realidad, a principio no pensábamos en Kafka para nada. Simplemente lo hicimos y Jana inventó ese título, porque se trata de las metamorfosis. Luego mucha gente que vio la obra incluso pensaba que el protagonista de la obra era el propio Kafka. Al crear la función no pensábamos en eso, pero al final hay que decir que hay cosas que la obra tiene en común con el escritor”.
La pieza se basa en gran parte en la improvisación. La protagonista, que interpreta a un hombre, vive en su habitación en el escenario, enganchado en su rutina cotidiana, pero un día decide conocer algo nuevo, sale del piso y se va a un café, o sea, entra en el auditorio donde se encuentra con los espectadores, que influyen desde entonces en el desarrollo de la obra. Por eso es totalmente diferente presentar la obra en la Península Ibérica y en Europa Central, indica la actriz Jana Kovalčíková.
“La improvisación en España es totalmente diferente comparándola con la República Checa. La gente en Madrid es más abierta y si yo pregunto a la gente algo, la gente responde directamente pero aquí la gente es más cerrada y fría y mantiene más distancia. Es una lucha, a veces estoy intentando encontrar el camino de cómo comunicar con la gente, porque pregunto algo y la gente es tímida”.
Jana Kovalčíková es prácticamente la única protagonista de la pieza y está en el escenario durante toda la función.“Durante unos 70 u 80 minutos estoy sola en el escenario así que es un poco difícil. Divertido, pero difícil, es decir, la manera de cómo tratar la energía y ponerse en contacto con la gente directamente y hacer la improvisación. Es agotador, pero el mensaje para mí es fuerte y esta fuerza me da más fuerza para mi actuación”, indicó la actriz.
Una actriz eslovaca y un director checo crearon una obra en España. Y los tres idiomas desempeñan también un papel clave en la pieza, según dice Tomáš Soldán.
“Esa es una de las claves de la función. Cuando la poníamos en Madrid, empezábamos la función con el eslovaco, que la mayoría de los españoles no entiende. Así que al llegar la protagonista al café, empieza a hablar en un idioma extraño y una de sus metamorfosis es que poco a poco va aprendiendo de los espectadores su idioma, el español en este caso. Pero claro, al dar la función en Praga, el procedimiento es contrario, entonces Jana empieza con el español que luego se convierte en eslovaco o en checo”, apuntó Tomáš Soldán.
El director y la actriz tienen previsto realizar más funciones en la República Checa, tanto en teatros como en festivales, y en verano quisieran volver a presentarla en España.