En el Día de los Muertos, Praga ofrece un recorrido místico por sus cementerios únicos en el mundo
La capital checa presume de un cementerio único a nivel mundial, numerosas necrópolis con arquitecturas particulares, y también emplea nuevas tendencias funerarias. Los invitamos a hacer un recorrido por estos escenarios místicos.
La metrópoli checa alberga más de 60 cementerios que representan un lugar de descanso para más de 2,5 millones de personas. Recordar a los muertos ya no es el único objetivo de visita a las necrópolis, sino también admirar la arquitectura funeraria y las tumbas de personalidades. La Administración de Cementerios de Praga incluso organiza visitas guiadas a los cementerios más interesantes.
La carrera arquitectónica inicia en cementerios
El experto en arquitectura funeraria Filip Ditrich compartió con Radio Praga Internacional datos de interés sobre los cementerios capitalinos que destacan especialmente por sus elementos arquitectónicos.
“Hay muchos arquitectos famosos que iniciaron su carrera profesional en los cementerios por encargo de gente rica e importante. Tras demostrar su valía y encontrar el camino correcto, después tuvieron la oportunidad de proyectar otros edificios”.
En el marco de su serie de reformas en el siglo XVIII, el emperador José II de Habsburgo mandó desplazar los cementerios detrás de las murallas de la ciudad de Praga. Esta orden dio lugar al establecimiento de varios cementerios, como el Nuevo Cementerio Judío y el Cementerio de Olšany. Este último destaca tanto por ser el más extenso de todo el país como por su arquitectura, prosigue Ditrich.
“Hay una tumba de las familias de los Lanna y los Šebek. En realidad es una tumba doble y su tamaño no tiene parangón en Europa Central. También podemos encontrar una tumba poco conocida entre el público, perteneciente a la familia de los Caballeros de Albert, obra del arquitecto Mario Černý, a quien conocemos como el autor de las torres del Monasterio de Emaús. Después podemos recorrer las tumbas individuales de personalidades ya olvidadas, arquitectónicamente muy importantes. En el cementerio de Olšany se encuentra el primer crematorio de Praga, que ahora sirve de sala de ceremonias”.
El cementerio de Olšany alberga también el Nuevo Cementerio Judío, donde están enterradas numerosas personalidades, entre ellas el escritor Franz Kafka. En 2004, la Fundación Islámica de Praga estableció en Olšany un cementerio musulmán.
Otra joya de la arquitectura funeraria es el cementerio Slavín, situado en Vyšehrad, que destaca por ser el lugar de descanso para un alto número de personajes de la vida cultural y política checa. La lápida más dominante es denominada Slavín – la tumba común de las personalidades más meritorias de la nación checa. El lugar presume además de varias esculturas y relieves de František Bílek, el máximo personaje del simbolismo Art Nouveau checo.
Cementerio de Ďáblice, único a nivel mundial
Ubicado en el norte de Praga, el Cementerio de Ďáblice es la segunda necrópolis más extensa de la capital checa que fue declarada Monumento Cultural Nacional en 2017. Su arquitectura cubista la vuelve única, sin parangón en el mundo.
“Cuando Praga tomó la decisión de construir varios cementerios fuera del centro, era un proyecto muy ambicioso, pero al final se realizó sólo el cementerio de Ďáblice, además con un tamaño menor. Fue diseñado entre 1912-14 por Vlastislav Hoffman en estilo cubista. De los edificios que se realizaron hoy sólo queda la valla y la puerta principal con dos pabellones”, detalló Ditrich.
Lo misterioso de los cementerios judíos
Los cementerios judíos son unos grandes atractivos turísticos. Las diferentes formas de lápidas e inscripciones hebreas en las tumbas los envuelven en un ambiente místico y misterioso. El Antiguo Cementerio Judío ubicado en el centro de Praga, fundado en el siglo XVI, es la necrópolis de su género mejor conservada de Europa. Algunas de las más de 12.000 lápidas están decoradas con símbolos y signos plásticos de géneros, nombres, estados y profesiones. Uno de los personajes más conocidos enterrados es el rabino Löw vinculado con la leyenda de la creación del golem, una criatura artificial.
Uno de los cementerios no tan conocidos, pero que merecen la pena visitar, es el de Zbraslav, situado en las afueras de Praga. En su época ofreció algo único en en contexto europeo, señala el arquitecto.
“El arquitecto local Hynek Svoboda estableció en 1961 una arboleda de urnas en la colina de Havlín, completamente diferente de las demás arboledas. No hay tumbas tradicionales ni cámaras de urnas, se entierra bajo una piedra o bajo una losa y el concepto se basa principalmente en su diseño paisajístico, y recuerda a un jardín japonés. Hay tipos de plantas prescritas que se pueden utilizar alrededor de esas lápidas”.
El ambiente de los cementerios siempre ha atraído también a las personas al margen de la sociedad, como saqueadores de tumbas o satanistas, entre otras. De acuerdo con Ditrich, estos episodios se dieron principalmente entre las décadas del ochenta y noventa.
“En un cementerio evangélico alemán existía una comunidad de excluidos, sobre los que se hizo incluso un documental. Se pusieron de acuerdo con la administración del cementerio y, de hecho, cuidaban el cementerio. Si entramos en la mencionada tumbre de la familia Lann, las paredes están cubiertas con pentagramas. Sin embargo, personas excluidas viviendo en las tumbas o vandalismo probablemente ya no ocurra. Puede volver a ser un problema, dependiendo del estado de la sociedad.
Las tendencias funerarias
El sector funerario no se resiste a nuevas tendencias. La que prevalece en la actualidad es el entierro ecológico, que se practica en el mencionado cementerio de Ďáblice.
La asociación Ke kořenům puso en funcionamiento el Bosque de los recuerdos. Consiste en colocar urnas hechas de materiales naturales biodegradables cerca de las raíces de los árboles, y se permite hacer una ceremonia según nuestros deseos o el deseo del difunto. No todo el mundo quiere ser incinerado, aunque actualmente casi el 97% de los fallecidos en el territorio de Praga lo son. Esta cifra es increíblemente alta y quizá sólo nos precedan Japón y Bulgaria. Así que junto al bosque de los recuerdos se ha instalado el llamado cementerio de pradera, donde los cadáveres no incinerados pueden ser enterrados bajo el césped sin señales que se haya producido un enterramiento, el césped lo tapa.
De acuerdo con Filip Ditrich, las tendencias funerarias se orientarán a una mayor anonimidad, en lugar de establecer grandes tumbas.
El hecho de que los cementerios se vuelven lugares cada vez más visitados tanto por su ambiente místico y romántico, como por sus arquitecturas específicas queda demostrado por el hecho de que la organización Cementerios y Servicios Funerarios de la ciudad de Praga, organizó este año la primera edición de las jornadas de puertas abiertas de cementerios que ofrecieron visitas nocturnas a cementerios, excursiones al crematorio de Strašnice, una exposición de vehículos funerarios o incluso un taller para los interesados en el trabajo de sepulterero.
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