En Chequia hay cada vez más armas de fuego
El número de armas de fuego poseídas de manera legal en Chequia va en ascenso en los últimos años. En la actualidad se registran en el país más de 700.000. Los expertos advierten de un mayor riesgo de homicidios y ataques armados.
Sin embargo, el aumento de ventas no quiere decir que haya más personas con una licencia de armas, señala Zdeněk Blažek, presidente de la Asociación de los Propietarios Legales de Armas.
“En la República Checa hay en la actualidad alrededor de 300.000 personas que poseen armas de fuego. Sin embargo, en cuanto a las licencias, su número no aumenta. Eso quiere decir que cada persona con licencia se compra más de un arma de fuego. Se trata de coleccionistas, guardabosques, deportistas, empleados de agencias de seguridad privada y también miembros de la Policía y de las fuerzas armadas etc.
Según los vendedores, cada vez más personas buscan armas para protección personal. Crece también el número de mujeres interesadas en poseer una arma de fuego compacta para sentirse más seguras. Sin embargo, comprar un arma de fuego no es nada fácil. Una pistola corriente cuesta en promedio unos 600 euros. Además hay que cumplir con muchos requisitos para poder obtener la licencia, explica Zdeněk Blažek.“Frecuentemente se dice que obtener una licencia de armas es algo fácil. Eso no es verdad. Cada persona tiene que comprobar su estado de salud, pasar por exámenes psicológicos y hacer un examen de tiro. No puede tener antecedentes penales y tampoco más de una infracción a las normas de convivencia ciudadana. Además no puede consumir drogas, alcohol y otras sustancias adictivas”.
Según Zdeněk Blažek, en la República Checa posee una licencia de armas el 3% de la población lo que es mucho menos que por ejemplo en Alemania, donde cuentan con un arma de fuego más de 10 millones de personas. En Estados Unidos el número de los propietarios de armas es de 80 millones.
Los psicólogos indican que la joven generación de checos ya no tiene tantos escrúpulos para comprarse un arma de fuego como la de sus padres. No obstante advierten de que su posesión aumenta el riesgo de homicidio y de suicidio dentro de la familia y también la posibilidad de un ataque armado.