En Český Krumlov piensan aprovechar la crisis para lograr un cambio positivo
Pocas ciudades checas dependen tanto del turismo como Český Krumlov. Ahora, la crisis ha dejado la ciudad abandonada. Sus habitantes se han quedado sin trabajo pero están decididos a transformar el turismo y la vida en la ciudad de manera positiva.
Český Krumlov, en Bohemia del Sur, es una de las ciudades checas más pintorescas y más concurridas por los turistas. Incluida en el Listado del Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO desde 1992, la ciudad atrae a multitudes de personas cada año que admiran sus edificios en estilo gótico, renacentista y barroco.
La crisis actual del coronavirus y las restricciones que ha conllevado han vaciado sus calles y dejado a la mitad de los habitantes sin trabajo. Según comentó el director del hotel Bellevue Martin Kocourek, quien ejerce también de vicepresidente de la asociación local de turismo, el cambio no fue nada paulatino.“Fue como estrellarse contra la pared. De la noche a la mañana nos dijeron que teníamos que cerrar. El impacto económico se lo pueden imaginar todos los que tienen un negocio. El problema es que la situación se ha producido en el momento menos oportuno, después de la temporada baja del invierno cuando los negocios viven de sus ganancias de la temporada alta”.
Los habitantes de Český Krumlov tienen la mirada fijada en el fin de mayo cuando el Gobierno planea permitir la apertura no solo de restaurantes y hoteles, sino también de castillos, museos y galerías. De acuerdo con el vicealcalde Martin Hák, la tarea de las instituciones y negocios locales consiste en planificar los próximos meses para atraer a la ciudad el número de turistas necesario. Según comentó, se trata de un reinicio que hay que aceptar y transformarlo en una oportunidad.
“Český Krumlov saldrá adelante. Queremos que los visitantes se queden más noches para que puedan disfrutar del ambiente excelente que se puede percibir en las calles. Hay que admitir que el modelo de turismo masivo que vivíamos hasta febrero de este año, no lo permitía”.En vista de los atractivos que ofrece Český Krumlov, su popularidad entre los turistas checos e internacionales resulta natural. No obstante, el número de visitantes ha ido creciendo de manera significativa y el año pasado llegó a 2 millones anuales.
El director del Fondo de desarrollo de Český Krumlov, Miroslav Reitinger, confirma que agradecería que la situación en la ciudad volviera a la normalidad, pero no del todo.
“Nos gustaría retomar algunos de los viejos hábitos. El mero hecho de que habrá menos visitantes en las calles es un bonus y una mejora de calidad. Como habitante de la ciudad, me agrada. Espero que para muchos de los turistas, esto constituya un incentivo positivo, ya que podrán disfrutar de su visita en Český Krumlov con menos multitudes”.
Los habitantes de la ciudad han advertido en los últimos años que Český Krumlov, más que un lugar para vivir, se está convirtiendo en un museo etnográfico que solo aparenta acoger una vida normal. A pesar del impacto negativo de la crisis, parece que el sector de turismo local le ha encontrado un lado prometedor y piensa aprovechar la situación actual para transformar Český Krumlov no solo en una ciudad agradable para visitar, sino también para vivir.