Emil Kolben: “Fabricamos de todo, desde alfileres hasta locomotoras”
Emil Kolben, uno de los mayores industriales y empresarios checos, nació hace 160 años. Procedente de una familia judía pobre, Kolben consiguió encabezar una de las fábricas más grandes de la Primera República Checoslovaca. En su día también fue la mano derecha de Thomas Alva Edison.
La abreviatura ČKD que significa Bohemio-Morava Kolben Daněk sigue presente en muchos lugares de Praga, por ejemplo, en bloques de pisos, en tranvías históricos o en las puertas de antiguos parques industriales.
El surgimiento de ČKD
Aunque el nombre de Českomoravská Kolben Daněk parece indicar que los empresarios Čeněk Daněk y Emil Kolben fueron colegas, lo más probable es que nunca llegaran a conocerse. Emil Kolben nació el 1 de noviembre de 1862. Entonces la fábrica de maquinaria del ingeniero Čeněk Daněk, conocida bajo del nombre de Daněk and Company, llevaba 8 años funcionando. Se especializaba en maquinaria azucarera, pero también fue el primer constructor de ascensores del país.
Tras estudiar ingeniería mecánica y electrotecnia, Emil Kolben se dedicó a viajar por Europa, pero el gran salto llegó en EE.UU., donde se convirtió en la mano derecha de Thomas Alva Edison. Posteriormente, llegó a ser el ingeniero jefe de la fábrica Edison Machine Works y, asimismo, fue una persona cercana a Nikola Tesla, según confirmó en entrevista para la Televisión Checa Marcela Efmertová de la Facultad de Electrotecnia de la Universidad Técnica Checa.
“En 1889 Tesla le pidió a Kolben que hiciera pruebas con el motor asíncrono trifásico. Ahí Emil Kolben entendió que la corriente alterna mandaría en la industria, ya que se iba a utilizar desde el punto de vista práctico”.
Cuando Kolben volvió a Europa, empezó a trabajar para una fábrica suiza que producía generadores polifásicos. En 1896 Kolben volvió a Praga y estableció su propia compañía que fabricaba maquinaria para las centrales hidroeléctricas y de vapor. A la empresa, situada en el barrio praguense de Vysočany, se le conocía bajo el nombre “el Milagro de Vysočany” y hasta el propio Edison viajó a la capital checa para observar los logros de Kolben.
En el año 1900, la empresa de Kolben había fabricado 1000 alternadores y máquinas de vapor. Cuatro años después, Kolben recibió un encargo de Tasmania, para el suministro de maquinaria para centrales hidroeléctricas.
A principios del siglo XX, las empresas de Daněk y Kolben, producían las mismas máquinas, por lo que en 1927 decidieron fusionarse. La fábrica Českomoravská Kolben Daněk empleaba a unas 14.000 personas y se le podía comparar con la legendaria fábrica de maquinaria Škoda. Sobre las actividades de la ČKD habló para la Radio Checa el director del Museo Judío de Praga, Leo Pavlát.
“Durante la Primera República Checoslovaca no existía prácticamente nada en el ámbito de la electrotecnia y la maquinaria que no estuviera asociado con el nombre de Emil Kolben: alternadores, generadores, turbogeneradores, lámparas de arco, grúas, ascensores, centrales eléctricas enteras, incluidas las hidroeléctricas, maquinaria y equipamiento para ferrocarriles, locomotoras, coches de la marca Praga, pero también lavadoras, aspiradoras y frigoríficos, igual que el teleférico de la colina praguense de Petřín”.
Segunda Guerra Mundial
Los éxitos de la ČKD se multiplicaron hasta la ocupación de Checoslovaquia por la Alemania nazi en 1939. Durante la Segunda Guerra Mundial, ČKD se convirtió en la Böhmisch-Mährische Maschinenfabrik y se dedicaba a la fabricación de armas para la Wehrmacht. Emil Kolben fue privado de todos sus cargos debido a su origen judío. Aunque el Gobierno del Protectorado de Bohemia y Moravia pidió a la administración nazi que otorgara a Kolben una excepción debido a su importancia para la economía del país, Kolben fue deportado al campo de Terezín a la edad de 81 años. Ahí murió el 3 de septiembre de 1943, poco antes de ser deportado a los campos de exterminio nazis en Europa Oriental.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno comunista nacionalizó la empresa ČKD y ésta restauró su importancia anterior a la guerra. En los años 60, empezó a fabricar en el barrio praguense de Smíchov tranvías que lograron ser un símbolo de la metrópoli checa, según contó a la Radio Checa Petr Malík, director del departamento de vehículos históricos del Museo de la Empresa de Transportes de Praga.
“Los tranvías T3 son un símbolo del transporte público de Praga porque circulan desde el año 1962 hasta el día de hoy. En Praga había 1000 unidades y consiguieron fabricarse unos 14.000 en total. Estaban en todos los países del antiguo bloque socialista”.
La empresa ČKD no consiguió sobrevivir la transición a la democracia en 1989 y en los años 90 quebró. La abreviatura ČKD se puede ver por toda Praga como una huella de lo que durante la Primera República Checoslovaca y, posteriormente, en los tiempos de la Checoslovaquia comunista fue una de las fábricas de maquinaria de fama mundial y uno de los mayores empleadores del país.