El Teatro Nacional reutilizará el calor corporal del público para la calefacción

Para hacer frente a la crisis energética el Teatro Nacional de Praga ha implementado un ingenioso sistema de calefacción que se alimenta del calor corporal de la audiencia. 

Foto: Zuzana Machálková,  Český rozhlas

Los edificios públicos de Chequia tampoco se han salvado de la crisis energética que golpea a toda la región. En este contexto, el Teatro Nacional de Praga, una de las instituciones culturales más importantes del país, no se ha quedado expectante ante la situación y decidió implementar nuevas medidas para mantener cómoda a la audiencia sin aumentar los precios de las entradas.

El teatro logró instalar un nuevo sistema de calefacción que se sirve del propio calor corporal de los espectadores y también de las luces instaladas en el edificio para mantener acondicionados los distintos recintos del complejo.

Jan Mika | Foto: Zuzana Machálková,  Český rozhlas

Jan Míka, miembro del departamento técnico y de operaciones del teatro, explicó que el nuevo sistema está basado, esencialmente, en conductos de ventilación.

“Anteriormente, este calor se disipaba completamente al ambiente exterior. El sistema de recuperación de calor nos permite recuperar parte del calor. El aire fresco se utiliza luego para ventilar el auditorio y los camerinos”.

Con este nuevo sistema, el aire de la sala y de los otros cuartos del teatro pasa a través de intercambiadores de calor para alcanzar la temperatura deseada. Además, a esta medida se le suma la instalación de paneles solares en el techo del edificio del teatro original y en el de la Nueva Escena en adyacente.

Si bien estas instalaciones no cubren el total de la energía necesaria para acondicionar el edificio, los técnicos estiman que la energía producida sería suficiente para cubrir el consumo de entre cinco y diez hogares checos.

Foto: Zuzana Machálková,  Český rozhlas

También se han implementado cambios en el uso del agua potable y no potable dentro del establecimiento. Según explica Míka, el edificio utiliza una bomba hidráulica para enfriar el sistema con el que se levanta el telón y los decorados del escenario. Anteriormente, se utilizaba agua potable para enfriar el aceite de este mecanismo, lo que encarecía considerablemente su puesta en funcionamiento. Según detalla Míka, el uso de esta bomba hidráulica, alimentada de agua no potable, ha generado un impacto importante en el consumo no solo de energía, sino también del agua que se puede aprovechar para el consumo.

“Usamos el calor que obtenemos para precalentar el agua no potable, de modo que no tengamos que calentarla solo con gas. Pero también ahorra nuestro consumo de agua potable, que antes costaba una cantidad considerable de dinero. Yo diría que ahorramos unas 16 piscinas de agua potable al año”.

Una segunda bomba también es utilizada en el edificio, pero esta es alimentada por el agua río Moldava. Gracias a este artefacto, los técnicos han logrado redistribuir de forma más eficiente el calor que se acumula en algunos sectores de la construcción, según señala Míka.

Foto: Zuzana Machálková,  Český rozhlas

“La fachada norte es fría y tenemos que calentarla, porque allí no da el sol. Sin embargo, en la fachada sur, que sí recibe luz solar, la temperatura alcanza unos 30 grados. Por esta razón, es necesario enfriar los recintos de este sector”.

La suma de estas medidas resulta en un ahorro estimado en decenas de miles de euros en costo de energía, tradicionalmente vinculado al consumo de gas. Desde esta misma perspectiva, el teatro también analiza nuevas estrategias para reutilizar disfraces y decorados en múltiples representaciones, sin perder la calidad de sus afamadas puestas en escena.

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