El sistema educativo checo se basa más en memorizar datos

Фото: Архив Чешского радио 7 - Радио Прага

Aunque la República Checa y España son países europeos y ambos han sufrido una larga dictadura, sus sistemas educativos son bastante más distintos de lo que parece. Mientras que el español trata de que el estudiante reflexione e intenta inculcar valores, parece que el checo se basa en la memorización y es más aséptico.

Foto: archivo de Radio Praga
Las generaciones de españoles que fueron a la escuela durante la dictadura recuerdan a menudo cómo los obligaban a aprenderse de memoria la lista de los reyes godos, además de otras largas series de nombres, ríos o montañas. Con la democracia el sistema evolucionó y los profesores empezaron a interesarse más por la reflexión. Esa es la impresión de Kateřina Sečková, que estudió varios años en España siendo niña y que más tarde, ya en la Universidad, estuvo un semestre de Erasmus en Valencia.

“En la República Checa se trataba más de aprender y memorizar datos y luego en un examen, o en un test o en lo que sea, decir todos esos datos, sin equivocarnos, y en España era más reflexionar sobre lo que hemos aprendido. Claro que está mejor porque una persona empieza a pensar más de lo que está hablando. Por otro lado, en la República Checa yo diría que hemos aprendido más, y aunque a todo el mundo se le olvida la mayor parte, se queda algo básico en la mente y se acuerda de eso porque teníamos que memorizar muchas cosas”.

Así, parece que la educación checa se centra más bien en los hechos, evitando las valoraciones en la medida de lo posible. A Kateřina le fascinó, por ejemplo, que hubiera educación moral en la escuela.

“Teníamos que elegir entre ética y religión. Lo bueno es que podíamos elegir. Y me gustó mucho porque había gente que iba a religión y yo iba a ética, pero en ética aún así se daban los temas que quizás se daban en religión también, no lo sé, pero temas sociales: cómo ser solidario, cómo tolerar a la gente... Hablar de cosas sociales. Y en la República Checa no teníamos ese tipo de asignatura. Teníamos algo como ciencias sociales, pero enfocadas a que hay un gobierno, que hay un parlamento, y que nos daba una idea del sistema social checo y del sistema político”.

Los checos se aprenden de carrerilla todas las palabras que se escriben con i griega en lugar de i latina, que en checo se pronuncia igual. Imagínense que hubiéramos tenido que aprender en el colegio todas las raíces de palabras que se escriben con hache, o con uve, o con elle. Quizás nos habríamos aburrido mucho. O quizás escribiríamos mejor ahora.

Autor: Carlos Ferrer
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