El robot Robin ayuda a las personas de edad avanzada
En una casa para ancianos de Praga los pacientes son asistidos por un robot. Robin, el robot, fue desarrollado y programado para ayudar a las personas de edad avanzada.
En enero de 1921, en el Teatro Nacional de Praga fue estrenado el drama R.U.R., del escritor Karel Čapek, en el que por primera vez apareció la palabra robot. Desde entonces es utilizada en el mundo entero al hacerse referencia a una gran variedad de máquinas automáticas que ayudan al ser humano en infinidad de labores.
En una casa para ancianos de Praga han optado por verificar en la práctica el aporte de un robot en el cuidado de personas de la tercera edad. El robot Robin parece un niño, mide 110 centímetros de altura, sabe bailar, cantar, medir la temperatura, ofrece las últimas noticias y les recuerda a los clientes cuándo deben tomarse algún medicamento.
Iva Holmerová, jefa de un centro de gerontología de Praga, valoró en entrevista para la Radio Checa este proyecto y sostuvo que en el sector de los cuidados sociales el uso de robots es algo totalmente nuevo en Chequia.
”En Chequia los ayudantes en forma de robot no son muy frecuentes, pero creo que lo mismo vale también para muchos otros países. Lo positivo es que la robótica comienza a penetrar en el sector social y de salud. Se verifica el aprovechamiento de estas máquinas en los cuidados a largo plazo para los ancianos. Esperemos que la utilización de los robots como ayudantes se extienda”.
Robin fue programado por la compañía checa High Tech Park, en colaboración con la Universidad Técnica de Praga (ČVUT). Los trabajos en su desarrollo llevaron unos dos años y los primeros prototipos se prueban en establecimientos de servicios sociales de todo el país.
De acuerdo con Iva Holmerová, los robots pueden ayudar en tareas secundarias y así el personal profesional puede dedicar mayor atención a los clientes.
”Difícilmente podríamos imaginarnos un centro de cuidados sociales donde trabajaran sólo robots. Pero sí pueden servir en diversas actividades. Hay por ejemplo robots sociales, como es Robin, que se encargan de mejorar el ánimo de los clientes, les ofrecen música, lecturas, etc., o sea que en cierta medida comunican con ellos y les hacen compañía, lo que es muy importante. Hay robots en forma de mascota de peluche. Y también hay máquinas automáticas que ayudan en la limpieza, y varios más”.
Lo fundamental es que Robin puede cumplir el papel de un amigo y ayudante de las personas de edad avanzada. Pero todavía no todos los clientes de las casas para ancianos aceptan a los robots, por ser algo nuevo que no conocen, como dijo a la Radio Checa la gerontóloga Iva Holmerová.
”Es variado, unos les tienen más confianza y cariño, otros menos. Aunque en la mayoría de los casos la repercusión es positiva. Los robots no cumplen tareas que puedan desagradar a los ancianos, cuidan de la salud de los clientes y advierten cuando esta empeora. O sea que los robots como Robin representan una aportación importante en las casas para las personas de edad avanzada”.
Como acotó Holmerová, el desarrollo de las nuevas tecnologías y la robótica persiguen tomar en cuenta los conocimientos adquiridos por Robin y sus similares. O sea, reaccionar activamente a las necesidades de los ancianos, brindarles ayuda para superar las dificultades de la vida cotidiana.