El pueblo de Lidice es un testigo silencioso de la barbarie nazi
En la iglesia de San Cirilo y San Metodio, en Praga, tiene su estreno este viernes un nuevo proyecto de teatro que rememora la heroica muerte de los miembros de la resistencia antifascista que perpetraron el atentado contra el protector nazi de Bohemia y Moravia, Reinhard Heydrich. La obra es un homenaje al pueblo checo de Lidice, arrasado por los nazis hace precisamente 74 años, el 10 de junio de 1942, a modo de venganza por la muerte de Heydrich.
La obra, presentada el día del aniversario de la tragedia de Lidice, pueblo en las proximidades de Praga, fue montada entre mayo y junio por un grupo de jóvenes actores y bailarines checos. Refleja los últimos momentos de vida de los miembros de la resistencia antifascista nacional, quienes perpetraron el atentado contra Reinhard Heydrich, apodado el Carnicero de Praga, y después encontraron refugio en la iglesia de San Cirilo y San Metodio, en Praga. En ese mismo lugar Raila Hlavsová, decidió presentar su escenificación.
”A pesar de que no conocimos a esas personas, no pudimos encontrarnos con ellas, este proyecto nos dio la oportunidad de compartir e identificarnos con ellas. Más cuando situé la obra en un ambiente auténtico, en la iglesia de San Cirilo y San Metodio. Y uno se da cuenta de que esas personas merecen nuestro reconocimiento y que vale la pena recordarlas y volver a contar su historia, aunque sea mil veces”.
El atentado contra el Protector del Reich fue cometido por Jozef Gabčík y Jan Kubiš el 27 de mayo de 1942. Pocos días después Reinhard Heydrich falleció en un hospital. En vista de que los nazis desencadenaron el terror en Bohemia a modo de venganza, Gabčík y Kubiš, más otros cinco compañeros y ayudantes suyos se escondieron en la iglesia de San Cirilo y San Metodio. No obstante, fueron traicionados y los nazis cercaron la iglesia. El combate duró unas siete horas, pero los miembros de la resistencia estaban decididos a no rendirse nunca, y continuar luchando hasta su muerte, según recalca Aleš Surna, quien en la obra teatral desempeña el papel de Jozef Gabčík.”También nosotros sentimos esa presión a la que fueron expuestos Gabčík, Kubiš y sus compañeros, cercados por los nazis en la iglesia. Sabían que iban a morir, pero no se rindieron. La verdad es que no me imagino todo lo que debieron experimentar esas personas en sus últimos momentos”.
Entretanto, Adolf Hitler ordenó al sustituto de Heydrich, Karl Hermann Frank, la ejecución de miles de checos, para castigar a esta nación por haberse permitido levantar la cabeza y oponerse al ocupante. Y es que Hitler tenía previsto germanizar a los checos y anexar su territorio a Alemania, como dijo a la Radiodifusión Checa el historiador Vojtěch Kincl.”En los primeros seis o siete días después del atentado surgieron 10 lugares de ejecuciones en territorio de Bohemia, en los que los nazis fusilaron a unas 1.200 personas. Otros miles fueron ejecutados entre el 20 de junio y comienzos de julio de 1942. Esa fue una de las características del nacismo, el que lograra manipular a las personas, a sus militantes, y trabajar con ellos de manera increíble, convirtiéndolos en un instante en asesinos masivos”.
Para el día 10 de junio de 1942, fecha de los funerales de Reinhard Heydrich en Berlín, los nazis organizaron otra venganza, decidiendo borrar del mapa el pueblo checo de Lidice, en las proximidades de Praga. Ese mismo día fueron enviados a los campos de exterminio tres mil judíos checos, de los que sólo uno sobrevivió a la guerra. En el caso de Lidice corrían rumores de que la aldea tenía contactos con miembros de la resistencia y eso fue suficiente para realizar el nefasto plan, como apunta Vojtěch Kincl.”La aldea de Lidice no tenía nada que ver con la resistencia contra los nazis, ni con los hombres que realizaron el atentado contra Heydrich. Dos altos representantes de la Gestapo y organizadores del terror desatado en Bohemia, declararon mucho tiempo más tarde, a finales de los años 60, que en el caso de Lidice no se trató de otra cosa que de demostrar el poder y la fuerza del régimen nazi”.
Los nazis cercaron Lidice en horas de la madrugada y miembros de la Gestapo fusilaron de inmediato a 173 hombres del pueblo, entre ellos adolescentes menores de quince años y ancianos, siendo una de las víctimas también el sacerdote local, de edad avanzada. Las mujeres fueron enviadas al campo de concentración de Ravensbrück, en Alemania y la mayor parte de los 104 niños de Lidice terminó su vida en las cámaras de gas. Sólo un pequeño grupo de menores fue llevado a Alemania para que fueran reeducados y germanizados. A las 11 de la mañana del 10 de junio, el pueblo de Lidice estaba en llamas y al poco tiempo ya no quedaba ni rastro de él.La tragedia de Lidice se cobró en total 340 vidas humanas, entre ellas 88 niños. Al terminar la Segunda Guerra Mundial volvieron a Checoslovaquia sólo 17 niños de Lidice.