El primer ministro checo de nuevo en apuros

Andrej Babiš, foto: ČTK / Ondřej Deml

El primer ministro Andrej Babiš ha recibido malas noticias. Una auditoría de Bruselas llegada el viernes, y citada de manera extraoficial por varios medios de comunicación, advierte ante un posible conflicto de intereses, al tiempo que el fiscal general ha ordenado este miércoles la reapertura de las investigaciones contra él por sospechas de fraude.

Andrej Babiš,  foto: ČTK / Ondřej Deml
Desde su llegada a la política checa el multimillonario de origen eslovaco Andrej Babiš ha demostrado que es un hombre duro que no se deja doblegar de manera fácil.

Ha sabido darle tiempo al tiempo para esperar el paso de tormentas políticas de diversas intensidades. Después de capear durante muchos meses una investigación por sospechas de fraude de fondos europeos, el fiscal general Pavel Zeman anunció este miércoles que había ordenado la reapertura de la investigación que la Fiscalía de Praga había congelado por falta de pruebas.

Poco antes, la Comisión Europea envió los resultados de una auditoría sobre posibles choques de intereses del primer ministro y la empresa Agrofert.

El mes pasado miles de personas salieron a las calles de Praga y de otras ciudades del país para pedir la dimisión del jefe de Gobierno por el supuesto choque de intereses, mientras que en su Eslovaquia natal un tribunal confirmó que el nombre de Babiš permanecería en la lista de colaboradores de la extinta policía política del desaparecido régimen comunista.

La reacción de Andrej Babiš ha sido tajante al responder que no ve “ninguna razón” para dimitir, y adelantó que pediría al presidente de la República Miloš Zeman que eventualmente no declare un indulto a su favor, porque está en condiciones de demostrar su inocencia.

“Repito que no he hecho nada ilegal. Toda persona con sentido común comprende que se trata de un asunto amañado que surge porque me dedico a la política”.

Algunos documentos de la auditoría filtrados a la prensa indican que la Comisión Europea podría solicitar a Chequia la devolución de un poco más de 10 millones de euros de ayudas. Babiš insistió en que Chequia no devolverá nada, porque Bruselas ha interpretado incorrectamente las leyes checas.

El jefe del Gobierno checo recordó que había cumplido con las obligaciones establecidas por la ley, y que la empresa Agrofert está en manos de dos fondos fiduciarios.

Foto: Michaela Danelová,  ČRo

Los políticos de la oposición, entre ellos el Partido Pirata, el Partido Cívico Democrático, Alcaldes e Independientes y el democristiano Partido Popular no descartan la posibilidad de iniciar una moción de censura contra el primer ministro.

Petr Fiala,  foto: Michaela Danelová,  ČRo
El líder del Partido Cívico Democrático, Petr Fiala, ha sugerido que otra persona del gubernamental movimiento ANO reemplace a Babiš en el cargo, lo que evitaría la caída del Gobierno.

“Esperamos que deje el cargo de primer ministro mientras existan problemas de carácter personal. No podemos imaginarnos que continúe poniendo en tela de juicio el trabajo de los fiscales, que asegure que se trata de una campaña en su contra y que no reconozca las auditorías de la Unión Europea”.

En el fondo la oposición no rechaza del todo al Gabinete existente, pero desearía la dimisión de Babiš, porque encuentra incompatible que el Gobierno lo dirija una persona con cuentas pendientes con la Justicia.

El Partido Socialdemócrata, que integra la coalición gubernamental con el movimiento ANO de Babiš, ha dado a entender que por el momento no existen motivos para abandonar el Gabinete, porque el primer ministro ha sido imputado, pero no acusado. Los tribunales tienen que dictar un veredicto, ya sea culpable o inocente, y a partir de ese momento se han de tomar las decisiones sobre el futuro del Gobierno, indicaron los socialdemócratas.