El primer G-20 con presencia checa acuerda un billón de dólares contra la crisis
La reunión del G-20 en Londres será conocida en el futuro como la Cumbre del Billón. Las principales economías del mundo tratarán de amortiguar la crisis aportando nada menos que un billón de dólares a los organismos económicos internacionales. En la reunión participó el primer ministro checo, Mirek Topolánek, en calidad de presidente del Consejo de la Unión Europea.
Así, en esta histórica oportunidad, el primer ministro checo, Mirek Topolánek, tuvo la oportunidad de defender el punto de vista europeo ante mandatarios de la talla del estadounidense Barack Obama o el ruso Dmitri Medvédev.
En opinión de Topolánek, las expectativas de diferencia de opinión en cuanto a liberalizar más o no la economía no se han cumplido, por lo que se puede calificar la cumbre de exitosa.
“Antes de la reunión se habló sobre un conflicto de intereses, sobre si era necesario tener un mayor estímulo fiscal o más regulación. Pero eso se resolvió ayer, las dos cosas se pueden conciliar. No existe ningún conflicto de este tipo”, aclaró Topolánek.
La reunión en Londres del G-20 será seguramente conocida como la del billón de dólares. Esa es la cifra que las principales economías del mundo repartirán entre el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio. La Unión Europea aportará a esta cifra 100.000 millones de dólares.
El objetivo será inyectar la suficiente liquidez como para que estas organizaciones puedan operar mejor y realizar programas de ayuda a los estados que lo necesiten. Entre ellos de momento no se encuentra la República Checa, pero si la crisis se escapa de las manos, en un momento dado podría beneficiarse.Otro de los acuerdos logrados fue la reforma del sistema bancario, de manera que se cree una mayor transparencia, aumente la confianza de los bancos entre sí y se pueda luchar contra los paraísos fiscales.
Al mismo tiempo, los mandatarios coincidieron en que el proteccionismo es una mala solución para la crisis, y acordaron no devaluar sus monedas para competir deslealmente y minimizar la ayuda económica prestada a sus bancos.