El presidente Václav Klaus arremetió contra los sindicalistas

Václav Klaus

El presidente de la República, Václav Klaus, arremetió contra los sindicalistas del sector de Transportes. El mandatario aseguró que la función de los sindicatos es defender los intereses de los trabajadores frente a la patronal y no atacar al Estado.

Stravenky,  foto: archivo de Radio Praga
El 1 de enero entró en vigencia una ley que obliga a todos los empleadores del país a pagar mayores impuestos por las bonificaciones que dan a sus empleados. Se trata por ejemplo de los abonos de transporte o los vales de comida.

La ley afecta a todos, pero los empleados del sector Transportes han puesto el grito en el cielo, sostienen que la ley les perjudica sobremanera, ya que la empresa eliminará las bonificaciones por razones económicas.

Si hasta hace poco facilitar a los empleados pasajes gratis costaba en el sector del ferrocarril un euro en impuestos, ahora son más de 75, cantidad imposible de cubrir por Ferrocarriles Checos.

Ante la situación surgida, los sindicatos amenazaron con ir a huelga en caso de que no se enmiende la ley que perjudica sus intereses. Presionaron al Gobierno del primer ministro Jan Fischer que al final terminó cediendo y recomendó a la Cámara Baja cambiar la ley según las exigencias sindicales.

Václav Klaus | Foto: Radio Prague International
Una postura muy diferente mantiene el presidente de la República, Václav Klaus, contrario a negociar con los sindicatos.

“Considero que los sindicatos mantienen una negociación inadecuada que no responde al nivel de los hechos. Me decepciona que se trate de algo provocado y en cierta medida hasta falso. Pero lo más doloroso es que no se haya respondido de forma más contundente contra la situación forzada por los sindicatos”.

Los socialdemócratas y los comunistas salieron en auxilio de los sindicalistas y, a pesar de la oposición de la derecha, lograron la aprobación de la enmienda en la Cámara Alta. No obstante, la batalla continúa ya que el Senado debe dar su visto bueno, y la correlación de fuerzas en la Cámara Alta no favorece a la izquierda.

El presidente Klaus adelantó que él no firmaría la versión final de la ley en caso de ser aprobada por las dos Cámaras del Parlamento. El mandatario hace énfasis en que se trata más de una contienda política que de una batalla sindical.

“Los sindicatos existen para defender los intereses de los trabajadores frente a la patronal. Pero este no es el caso, aquí se trata de políticos que actúan desde el seno de los sindicatos contra el Estado y eso es algo muy diferente”.

El fiel de la balanza podrían ser los senadores demócrata-cristianos. De acuerdo con el diario Mladá Fronta Dnes, personeros del democristiano Partido Popular adelantaron que si los sindicalistas se comprometen a anular la huelga, sus senadores votarían en la Cámara Alta a favor de la enmienda.

Indiferentemente de si se cancela o no, los analistas aseguran que la huelga representa un buen barómetro político para medir la fuerza de los partidos de cara a las elecciones generales de mayo.