El Palacio Lucerna, la arteria de la vida cultural en Praga
El emblemático Palacio Lucerna, situado en el corazón de Praga, fue testigo de la transformación cultural de la primera mitad del siglo XX y puede presumir de varias novedades arquitectónicas y culturales.
Más de 100 años después de su construcción, el palacio Lucerna sigue representando un referente de la vida cultural de la capital checa. La Gran Sala de Lucerna, el cine y el bar de música del mismo nombre albergan eventos y conciertos de gran prestigio desde la misma inauguración de este edificio multiuso, situado en la calle Vodičkova, en la parte central de la Plaza Venceslao. El arquitecto Petr Hájek, que participó en la restauración del edificio, revela el origen del nombre Lucerna, cuyo significado en español es linterna.
“La historia del edificio está envuelta en un halo de misterio. Supuestamente, cuando Vácslav Havel, abuelo del expresidente Václav Havel, estaba elaborando los planes arquitectónicos, su esposa Emilia le dijo: ‘Esto parece una linterna’”.
La similitud se puede deber al hecho de que la parte principal del edificio tiene una planta de ocho ejes. De acuerdo con la actual propietaria del edificio, Dagmar Havlová, viuda de Ivan Havel, hermano del expresidente Václav Havel, el arquitecto aplaudió la idea considerando que “es un nombre bonito, fácil de pronunciar, recordar y además ces igual en varios idiomas”.
Un edificio con ambiente de barcos transatlánticos
Combinando rasgos del Art Nouveau y el Modernismo, el diseño arquitectónico del edificio es un testimonio de la época de transformación cultural de la primera mitad del siglo XX. El palacio Lucerna representó la primera obra construida con hormigón armado en el país. Otra particularidad es que representa el primer edificio que conectó dos calles mediante pasajes con tiendas. El arquitecto Hájek descubre más detalles sobre la arquitectura única del palacio Lucerna.
“Siendo arquitecto, para mí el edificio es icónico e impresionante. Las obras empezaron en 1907 y la mayoría de trabajos acabaron en 1921. Su ambiente me recuerda a un transatlántico. Las terrazas, donde nos encontramos en este momento, son un recuerdo de aquella época. Pasando por los interiores del edificio, pueden experimentar el ambiente del Nuevo Mundo. En su construcción participó el especialista en estática checo Stanislav Bechyně, que diseñó uno de los primeros esqueletos de hormigón armado en Europa. Por motivos económicos se utilizaban también arena y piedras. Es interesante que en el edificio donde se encuentra la Gran Sala del Lucerna, originalmente fuera pensada para un estadio de hockey sobre hielo. Por este motivo, la sala tiene 50 metros de largo, 25 de ancho y el aforo es de 2500 personas”.
La Gran Sala del Lucerna representó en su época el espacio cultural más amplio de Praga, escenario de numerosos conciertos, bailes, desfiles de moda y eventos deportivos, como boxeo y artes marciales.
La red de pasajes más extensa
Inspirado en sus viajes por el mundo, Vácslav Havel deseaba construir en Praga un edificio que funcionara como palacio metropolitano con tiendas. Su ambición se hizo realidad después de conectar dos edificios vecinos mediante pasajes. Dagmar Havlová afirma que Lucerna presume de la red de pasajes más densa en la capital checa.
“El abuelo sumó más elementos que había conocido en el extranjero. Además de poder ir de compras, la gente tenía la oportunidad de ir al cine o a conciertos. Había restaurantes, el muy conocido Bistro Lucerna y el primer comedor de autoservicio. El edificio tenía bastantes novedades en diferentes áreas”.
Un edificio con muchas novedades
Una de las áreas fue la apertura de la primera sala de cine sonoro, inaugurada en 1929 con la proyección de la película estadounidense Show Boat. El edificio destaca asimismo por sus terrazas cubiertas con césped, todo un oasis en el centro de Praga. El espacio actualmente alberga conciertos, exhibiciones y otros eventos culturales y sociales, explica Petr Hájek, que participó en la reconstrucción de este original espacio cultural sobre los techos capitalinos.
“La idea de reconstruir las terrazas la presentó el hostelero Ondřej Kobza, que originalmente quería establecer en Lucerna jardines comunitarios. Se puso de acuerdo con la propietaria Dagmar Havlová y me invitaron a mí. También gracias a su parecido a un barco transatlántico, surgió espontáneamente la idea de construir terrazas de madera y en lugar de jardines comunitarios se creó una plaza encima de la ciudad”.
Un caballo patas arriba
Muchos turistas se dirigen al palacio Lucerna para ver la insólita estatua de caballo colgado patas arriba del techo, explica Dagmar Havlová.
“Es una estatua hecha por el artista David Černý. Originalmente fue creada para la parte inferior de la Plaza Venceslao, donde estuvo instalada un tiempo como el polo opuesto de la estatua situada en la parte superior de la plaza. Cuando la guardaron en el depositario, se nos ocurrió la idea de instalarla aquí en Lucerna. Se ha convertido en un gran atractivo para los turistas y me da mucho gusto tenerla aquí”.
Lucerna presume también de un particular ascensor paternóster, compuesto de una cadena de compartimentos abiertos que se mueven en un ciclo hacia arriba y abajo sin detenerse, facilitando a los pasajeros subir o bajar en la planta que deseen. Es uno de los 28 elevadores circulatorios que siguen existiendo en Praga. El 1 de julio de 2017, el palacio Lucerna fue declarado monumento cultural nacional de la República Checa.
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