El Palacio Myslbek une las energías de la Ciudad Nueva y la Ciudad Vieja de Praga

Palacio Myslbek

El moderno Palacio Myslbek refleja los ambientes de diferentes épocas históricas de la capital checa y, además de tiendas, ofrece la oportunidad de descubrir una arquitectura y un arte excepcionales.

Palacio Myslbek | Foto: Lenka Žižková,  Radio Prague International

En la lujosa calle Na Příkopech, que separa la Ciudad Vieja y la Ciudad Nueva, hubo durante décadas el mayor solar del centro de Praga. A causa de un proyecto de obra nunca realizado se demolieron seis casas de gran valor histórico. En 1992, los arquitectos checos Zdeněk Hölzel, Jan Kerel y el francés Claude Parent presentaron su diseño para un edificio moderno que se convirtió cinco años más tarde en uno de los primeros centros comerciales posrevolucionarios del centro de la metrópoli checa. El objetivo de los arquitectos era respetar dos lugares históricamente distintos en cuya frontera se levanta el edificio. Por tanto, la obra destaca por sus diferentes caras: la fachada situada en el Mercado de la Fruta (Ovocný trh) es más íntima que las fachadas de las casas vecinas de la Ciudad Vieja, mientras que la fachada en la avenida comercial Na Příkopě tiene un aspecto más moderno.

Palacio Myslbek | Foto: Lenka Žižková,  Radio Prague International

La conexión entre las dos localidades históricamente distintas se refleja también en el interior del edificio, que ha pasado por varias modificaciones estructurales desde su construcción. Para fijarse en esta unión es necesaria cierta dosis de perspicacia, explica la arquitecta Radomíra Sedláková.

“Myslbek es una galería comercial, la gente pasa de un lado a otro y mira los escaparates. Casi nadie se da cuenta de dónde está. Y el edificio los alerta sutilmente de que podrían fijarse en el espacio. Entrando desde la calle Na Příkopě, el pasaje coincide con el estilo de la calle, es más alto, más brillante y más abierto. Desde la plaza circular interior se entra en otra parte del pasaje, que es más baja, aún luminosa, pero su aspecto ya está preparando a los visitantes para entrar en la Ciudad Vieja. Es un efecto espacial, pero hace falta una cierta sensibilidad para darse cuenta de que se está pasando de una parte a otra de la ciudad y de que el espacio te está orientando”.

Un escaparate de arte y un homenaje al escultor Myslbek

La obra del escultor Karel Nepraš | Foto: Katarína Brezovská,  Radio Prague International

Además de las tiendas, la galería comercial de Myslbek se enfoca en el arte. La imponente verja que oculta la entrada al fondo técnico del edificio en el Mercado de la Fruta (Ovocný trh) está decorada con numerosas cabezas de bronce que simbolizan una muchedumbre de compradores, y es obra del escultor Karel Nepraš. En el vestíbulo central luce la escultura de cristal Vortex de Lasvit, diseñada por el renombrado diseñador Maxim Velčovský. Según el autor, la obra representa una especie de vórtice energético en el que confluyen la energía dinámica de la calle Na Příkopě y la energía más tranquila de la Ciudad Vieja. El nombre del edificio recuerda la Sociedad de Artistas Myslbek, que se juntaba en el lugar en la primera mitad del siglo XX y cuyos miembros se vieron influidos por las obras de una de las personalidades más importantes de la escultura checa: Josef Václav Myslbek. Alrededor de la escalera en el primer piso están escritos los nombres de todos los artistas relacionados con este lugar y en el suelo de mármol hay medallones de diversos arquitectos. Un mapa al lado muestra los edificios construidos en la zona.

Palacio Myslbek,  la obra de Maxim Velčovský | Foto: Katarína Brezovská,  Radio Prague International

El propósito de los propietarios del edificio es combinar ir de compras con una experiencia cultural y artística. En tal virtud, el edificio dedica parte de su espacio a exposiciones periódicas. Radomíra Sedláková aprecia el toque cultural del palacio, pero apunta, que aún le falta algo más en comparación con otros palacios praguenses.

“En los años veinte, Praga contaba con hermosos palacios urbanos que tenían un local de ocio en el sótano: un cine, un teatro o un espectáculo de variedades. La única diferencia entre Myslbek y esos palacios praguenses anteriores es que no existe tal instalación cultural, porque en el sótano hay garajes. Tal vez algún día haya una instalación cultural en el sótano”.

En 2014, el palacio Myslbek se sometió a una amplia renovación de todas las zonas comunes.

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