El mayor aporte de la presidencia checa debe ser la seguridad energética

Alexandr Vondra (Foto: CTK)

Fortalecimiento de la seguridad energética y de la independencia de la Unión Europea, solución de la crisis financiera, supresión de barreras de todo tipo, protección del clima. La República Checa presentó oficialmente sus ambiciones durante el liderazgo semestral de la Unión Europea. La presidencia checa se basará en tres pilares que comienzan por “e”: economía, energía y Europa y el mundo.

Alexandr Vondra  (Foto: CTK)
Mantener la continuidad con la anterior presidencia de Francia y la posterior de Suecia, pero a la vez dejar en la Unión Europea una “huella checa”. Ésta será la pauta del Gobierno checo para los próximos seis meses a la cabeza de los Veintisiete.

La República Checa coordinará el plan de salvamento para las economías de los países comunitarios y en este ámbito puede ofrecer su experiencia con la crisis de su sector bancario a finales de los años 90, según apuntó el primer ministro, Mirek Topolánek.

“El condicionante del éxito es impedir regulaciones excesivas, evitar el proteccionismo y tomar solamente soluciones imprescindibles para la economía europea. La Unión Europea no debe cerrarse ante el mundo, sino beneficiarse de la apertura del comercio mundial”.

Economía es la primera e de las prioridades, energía la segunda. En la seguridad energética debe consistir el mayor aporte de la presidencia checa, como subrayó Topolánek.

Ministro de RR.EE. checo,   Karel Schwarzenberg  (Foto: CTK)
“Queremos realizar un debate y dar pasos encaminados a una mayor diversificación de las vías de suministro, a la construcción de infraestructuras energéticas, la interconexión de las redes europeas y una mayor diversificación de las fuentes de energía”.

Europa y el mundo es el tercer pilar de la presidencia checa. Praga desea promover la cooperación de la Unión Europea con los países de Europa del Este y del Sur del Cáucaso y también centrarse en las relaciones con Rusia.

Sin embargo, todos coinciden que ante todo la República Checa tendrá que reaccionar con flexibilidad a los problemas actuales. Hay quienes dudan de que el país tenga suficiente experiencia y capacidad para dirigir la Unión Europea a la hora de resolver conflictos de alcance global.

Ya pocos días después de asumir el mando comunitario, el ministro de RR.EE. checo, Karel Schwarzenberg, tuvo que dirigirse con una delegación de la Unión Europea a Oriente Próximo. Conseguir la tregua entre el movimiento palestino Hamás e Israel no era realista, afirmó el jefe de la diplomacia checa, pero la misión logró asegurar la ayuda humanitaria a los habitantes de Gaza.