El Instituto Cervantes de Praga celebra su Día de Puertas Abiertas
El Instituto Cervantes de Praga, como ya es habitual, celebra el fin del año lectivo con un Día de Puertas Abiertas que constituye al mismo tiempo una celebración de la lengua y cultura españolas y una muestra de lo que puede ofrecer al público este centro cultural.
El Día de Puertas abiertas que se celebra este viernes, es tanto una manera de conocer y familiarizarse con el centro como una celebración de la lengua y culturas de España e Hispanoamérica. El director del Instituto Cervantes, Ramiro Villapadierna, destaca el carácter festivo del evento.
“Este año de música cubana tenemos dos combos. Uno de José y los Clave pero luego también otro de música de baile. Es una de las cosas que más difunde el español en las últimas décadas. Es más la música y el baile que a lo mejor Cervantes, aunque esto no debería decirlo yo. Intentamos que sea algo especial. Es también el décimo aniversario del Instituto aquí en Praga y el 400 aniversario de la muerte de Cervantes”.
Además de las actuaciones musicales habrá una clase de flamenco, un taller de salsa, venta y degustación de productos españoles y latinoamericanos, un mercadillo de libros e incluso un cuentacuentos.Como en otras ediciones de lo que antes se conocía como Día E, los estudiantes de español podrán también reivindicar aquellas palabras que les parezcan más hermosas, curiosas o divertidas.
“El castellano tiene muchas palabras que tienen cierta magia y que gustan mucho en el exterior. Una de ellas es mañana, por ejemplo, es curioso pero les suena bien, es divertido. Y como esta hay otras, como magia y amor. Así que la creación de un mural de palabras en el que cada uno escriba la palabra que le gusta va a ser la recepción inicial en la entrada del edificio. Y no solo esto, hay varias actividades a lo largo del día, como una rifa o tómbola que hacemos al final y en la cual se rifarán desde cursos hasta libros y películas”.
La enseñanza de español es un eje clave del Instituto Cervantes de Praga, y de hecho sus clases serán promocionadas con la organización de dos clases de muestra, de media hora de duración cada una, que pondrán en contacto a los interesados tanto con la lengua como con las habilidades pedagógicas del profesorado del Cervantes, continúa Villapadierna.“A uno le dan una clase cero de polaco y no es que salga por la puerta diciendo: mira qué bien, ya puedo. Pero con el castellano sucede esto, que con muy pocas palabras uno siente que ya empieza a comunicar, de ahí el éxito de romper el hielo con la clase cero. Lo hemos visto con cualquier turista que ha estado una semana en España se siente muy contento, porque parece que con 20 palabras que ha aprendido en España da bastante, es muy rentable. No tiene además que declinarlas ni fijarse en la temporalidad de los verbos”.
El español, en pleno auge
La faceta del Instituto Cervantes como escuela de idiomas vivió un boom tras su inauguración, llegando a dar clase a 2.000 personas al año, pero esta explosión fue remitiendo a partir de 2008 con la crisis económica y la ampliación de la oferta de los centros de idiomas privados, que empezaron a contar con más cursos de castellano con profesores nativos. Desde el año pasado, sin embargo, se nota una recuperación en el alumnado, con un 5% más de matrículas.
No obstante, el objetivo final no debería ser tanto enseñar español como generar buenos profesores de la lengua, en opinión de Villapadierna.“Creo que en todos los sentidos se ha pasado el bache ese por el cual mucho profesorado checo había pasado del ruso al español, porque sabía un poco de francés. Este tipo de cosas que proporcionan una calidad realmente muy básica de la enseñanza del español, ahora no. Aquí sí que hay que acentuarlo. Uno de los proyectos que viene desarrollando el Cervantes es pasar al piso de arriba, es decir, enseñar formación y no tanto español, la formación continua del profesorado”.
Precisamente el Instituto Cervantes ofrece cada año varios talleres de formación destinados a los profesores de español de la República Checa, nativos o no, y a menudo con la presencia de figuras de renombre internacional.
Por otro lado, el repunte más destacado es el del número de personas que se examinan del Diploma de Español como Lengua Extranjera o DELE. El título, de validez mundial y que solo puede expedir el Instituto Cervantes, es cada vez más popular en Chequia. Este año se presentaron un 20% más de candidatos que en 2015 y el centro realizó exámenes no solo en Praga, sino también en otras ciudades del país.De acuerdo con Villapadierna, uno de los motivos es que el castellano ya no se estudia solo por motivos románticos. Empieza a ser una lengua práctica.
“Los chavales, los estudiantes, no estudian español como han hecho los profesores, o hasta los años 70, 80, 90, que era sencillamente por el gusto de conocerlo y leer algo. Ahora lo estudian única y exclusivamente para poder tener intercambio, salir fuera, tener una beca, salir a trabajar, hacer unas prácticas en otros sitio… es decir, es activo, y para ello no te sirve ir con el oficiální zkoušek de aquí sino que necesitas que sea exactamente igual de reconocido en Canadá, en Filipinas o aquí en Austria aunque sea al lado”.
Influyen además dos novedades de la legislación checa y española, explica.
“El factor de que el DELE sea ahora exigible para las pruebas de nacionalidad. Hay 20.000 checos viviendo en España, y otros que quieren ir a vivir a España, y que quieren obtener la nacionalidad española. Ahora la nueva ley de ciudadanía es mucho más abierta pero exige la demostración de tu conocimiento medio de español. Y otro factor es propio checo. El Gobierno ha admitido por primera vez el DELE a cambio de la maturita, con lo cual muchos estudiantes prefieren hacer el DELE que la maturita, porque el DELE les sirve para otras cosas además, mientras que la maturita es solo para pasar el examen”.
La maturita es el examen de final de bachillerato de la República Checa, en el cual el español es una de las lenguas extranjeras disponibles. En 2015 se examinaron de español en el marco de esta prueba 144 estudiantes, de los que aprobaron 130.