El impuesto sobre los bancos provocaría una desaceleración económica

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La posible introducción de un impuesto sobre el sector bancario en la República Checa llevaría a un aumento en el costo de los productos financieros, según una investigación realizada por el Centro de Análisis Económico y de Mercado (CETA) publicado recientemente. El estudio encontró que esto se referiría principalmente a tasas hipotecarias más altas y préstamos más caros para empresarios.

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El director de CETA, Jiří Schwarz, dijo que tal escenario conduciría a una disminución en el crecimiento del crédito, causaría que el producto interno bruto se expanda a un ritmo más lento y que también reduzca los ingresos del presupuesto estatal.

El Partido Socialdemócrata, que integra la coalición gobernante checa, aboga por un impuesto al sector bancario.

Según sus propuestas, la tasa de impuestos aumentaría progresivamente de 0.05% a 0.3%. De acuerdo con las estimaciones del partido, cada año se acumularían más de 500 000 000 de euros más en las arcas estatales.

Jiří Schwarz,  foto: Dezidor,  Wikimedia Commons,  CC BY-SA 3.0
El primer ministro Andrej Babiš rechazó la idea, en su lugar propuso la creación de un Fondo Nacional de Desarrollo. Este recibiría contribuciones de los bancos y posiblemente de otras compañías y dedicaría ese dinero a un desarrollo social y económico a largo plazo.

Según un nuevo análisis, un alza en las tasas de interés provocada por un impuesto al sistema bancario tendría mayor impacto en los hogares que pagan sus hipotecas.

Schwarz, de CETA, dijo que tal impuesto, paradójicamente, afectaría mayormente a la misma sección de la población que había liderado la presentación de la propuesta en primer lugar. Añadió que hacer que el crédito sea más caro para las empresas limitaría las inversiones y los costos operativos de las empresas.

CETA expuso asimismo que, en un escenario realista, la tasa de crecimiento del crédito se reduciría en dos puntos porcentuales. Esto, a su vez, conduciría a una desaceleración del crecimiento en 0.86%, lo que significaría que el presupuesto estatal perdería alrededor de 600 000 000 de euros.

Según el informe, la introducción de un impuesto sectorial no puede recomendarse sobre la base de la experiencia en otros países.

Stanislav Kouba,  foto: Archivo del Ministerio de Finanzas
En el caso de Polonia, la introducción de dicha tributación resultó en un deterioro de las calificaciones de las entidades bancarias, una caída en la demanda de bonos del Gobierno y un aumento en las tasas de crédito. En Hungría, la entrada de este impuesto causó un aumento en las tasas de interés, lo que afectó más a los titulares de hipotecas.

En Eslovaquia condujo a una disminución en la rentabilidad de los bancos, lo que a su vez llevó al Gobierno a reducir gradualmente la tasa con miras a eliminarla completamente en 2021. Las tasas de interés también subieron en Alemania.

Stanislav Kouba, viceministro de Finanzas, dijo que su departamento tenía una actitud negativa hacia la imposición de impuestos sectoriales a largo plazo.

En el caso de los bancos, se transmitirían a los clientes y también distorsionarían el sistema tributario, concluyó Kouba.