El impuesto progresivo, una de las armas de campaña del gubernamental Partido Socialdemócrata
El gubernamental Partido Socialdemócrata trata de enviar un mensaje claro a la población de cara a las próximas elecciones generales. Su viejo-nuevo líder, Bohuslav Sobotka, apuesta por el impuesto progresivo y rechaza la privatización de las empresas estatales.
A pesar de que consiguió rodearse de un grupo de vicepresidentes que comparten su línea política, el apoyo otorgado por los delegados se redujo al 67% que contrasta con el 85% del congreso anterior.
El discurso de Sobotka estuvo enfocado más a los electores que a los delegados partidistas, indicaron los asistentes al congreso.
“Queremos que la Socialdemocracia se dirija a todos los que trabajan duro, que no tienen privilegios, ventajas. Aquellos que no privatizaron nada en el pasado. La Socialdemocracia quiere para ellos una sociedad en la que dispongan de buenas condiciones de vida“.
Grandes ovaciones recibió el ministro del Interior, Martin Chovanec, pero sin duda la estrella del congreso socialdemócrata fue Lubomír Zaorálek, al frente del Ministerio de RR.EE.
Recibió un total de 591 votos para el puesto de vicepresidente, lo que le convirtió en el ganador absoluto del congreso. Y eso no fue todo, Zaorálek tuvo la tarea de redactar el programa a largo plazo de la formación que posteriormente aprobaron los delegados.La situación surgida en torno a Zaorálek le convierte en un eventual futuro contrincante de Sobotka. Los comentaristas aseguran que el apoyo manifestado a Zaorálek en el congreso puede llegar a fortalecerse tras los comicios generales de otoño.
Sobotka trató de enviar un mensaje a las masas del Partido a manera de: la democracia partidista sigue siendo uno de los rasgos de los socialdemócratas.
“Todos fueron electos por mayoría de votos. Se trata de algo clave y poco visto en los congresos de otras formaciones políticas. La Socialdemocracia ofrece a todos sus miembros, incluidas las bases, la posibilidad de participar en los congresos”.
Se trató de una clara indirecta contra ANO, la segunda agrupación de la coalición oficialista. Los aliados y rivales califican a la formación de ‘partido de un solo hombre’ por la concentración de poderes en manos de su fundador, el magnate Andrej Babiš.
Muchas de las críticas de los socialdemócratas apuntaron contra Babiš. Lubomír Zaorálek aseguró que hay que impedir que el poder económico quede fuera del control democrático, porque no es posible que un grupo de poderosos trate de dirigir los destinos de la sociedad en beneficio propio.La Socialdemocracia y el movimiento ANO son los mayores aliados en la coalición de gobierno, pero a la vez serán los grandes contrincantes en las próximas elecciones generales.
Los socialdemócratas quieren llegar a las capas más amplias de la población y prometen aplicar impuestos progresivos e impedir que el Estado sea administrado como una empresa privada, según el modelo de Babiš al que, dicho sea de paso, las encuestas sitúan entre los políticos más populares del país.