El Festival de la Cultura Checa y Eslovaca llega a Buenos Aires
La ciudad de Buenos Aires será este fin de semana el punto de encuentro de las comunidades de descendientes checos y eslovacos de Argentina, Chile, Uruguay y Brasil. La cultura, música y gastronomía checa y eslovaca llenarán la avenida de mayo este sábado por la tarde.
El evento es organizado por los profesores de checo destinados por el Ministerio de Relaciones Exteriores a Argentina, situado uno en la región del Chaco, otro en la capital. Este último, Ondřej Janeček, explica las razones que han llevado a que en esta ocasión el festival se celebrase en la populosa Buenos Aires.
“Los años anteriores se hacía en Chaco, porque ahí la colectividad checa o eslovaca es más significativa. El año pasado se hizo por primera vez como evento no solo checo sino checo-eslovaco. Y este año decidimos mudarlo a Buenos Aires, que tiene su ventaja, porque pueden venir también sin problemas grupos de Uruguay, Chile y Brasil. Pero la desventaja que tiene es que organizar las cosas en grandes ciudades significa mucho movimiento, en la cantidad de participantes con los que contamos, más o menos sobre 200, es un poco más complicado”.Precisamente la dimensión internacional del festival, que incluye ahora a descendientes de checos de otros tres países, es otra de las grandes novedades del evento. En opinión de Janeček, había un caldo de cultivo que propició la ampliación.
“No era tan complicado, porque las colectividades están registradas en el Ministerio de Asuntos Exteriores. En Internet están disponibles las páginas y también existen contactos de la gente. Ya las mismas colectividades en varias ocasiones se pudieron encontrar. También ayudó que existe un curso de verano de checo para ciudadanos checos en Dobruška, donde también se hacen contactos. Era un poco más difícil encontrarlos todos, también saber si los contactos están actualizados, porque no todos se manejas tanto con Internet y las formas modernas de comunicación”.
De forma igual de natural surgió el año pasado la colaboración con las comunidades de eslovacos. En el fondo durante mucho tiempo habían sido la misma y la división política entre la República Checa y Eslovaquia no llegó a reflejarse del todo en Argentina, explica Janeček.“Ya empezamos el año pasado, porque aquí en Argentina hay tres comunidades checo-eslovacas, que se consideran checoslovacos. Entonces ya el año pasado decidimos hacer el festival con los eslovacos y colaboramos con ellos. En Argentina hay dos comunidades eslovacas, que son solamente de eslovacos, entonces cooperamos con ellos y era bastante fructífero, porque son dos organizaciones bastante activas, tanto en Buenos Aires como en Berisso”.
Un programa de tres días
El festival tiene el propósito tanto de afianzar las relaciones y el conocimiento entre las distintas comunidades de checos y eslovacos en Argentina, Chile, Uruguay y Brasil como de dar una imagen positiva de Chequia y Eslovaquia y promover su cultura entre los bonaerenses.Es por este doble objetivo que el evento cuenta con un programa tanto interno como externo. Así, el viernes será el momento en el que se junten las comunidades convocadas de manera privada y a partir del sábado el festival tomará la forma de una celebración pública.
Precisamente las actividades a cielo abierto son otra novedad y obedecen al deseo de llegar a más gente, comenta Janeček.
“Los años anteriores se hacían en los clubes de las colectividades y haciéndolo en Buenos Aires tomamos la decisión de abrirlo más al público. Los años anteriores por estar dentro de un salón, sí que vino cierta gente a verlo, pero sobre todo los mismos miembros. Durante estos cuatro años ya se conocen, ya existen los contactos básicos, y tomamos la decisión de hacerlo ya al aire libre”.
En cuanto al programa, Ondřej Janeček resalta los puntos más importantes del sábado, el día del festival con mayor peso.
“El sábado es el día para el público, abierto para todos, y empieza con una misa en la catedral que va a dar un cura que es de familia checa, el señor Odstrčil. Después hay una pequeña procesión con la figurita del Niño Jesús de Praga hasta el lugar donde va a empezar la misma fiesta, que es la avenida de Mayo, una de las vías más importantes, que junta la casa del presidente y el congreso”.La imagen proyectada de Chequia y Eslovaquia tendrá así mucho más alcance que en las ediciones anteriores, continúa.
“Habrá durante siete horas baile, música, gastronomía. Los clubes, comunidades e instituciones van a traer sus productos para enseñar y también vender. Va a participar también el Turismo Checo (CzechTourism) en la promoción del país. Creo que habrá bastantes cosas. Va a ser ejemplo de todo lo que hacen los ciudadanos checos y eslovacos en Latinoamérica”.
El festival concluirá el domingo, con un gran encuentro de todas las delegaciones en el Centro Asturiano de Buenos Aires, donde se realizarán actuaciones de música y baile y donde se celebrará un almuerzo de despedida.
Aprendiendo checo en Argentina
Esta mayor visibilidad de la cultura checa y eslovaca en Argentina coincide con un repunte en el interés por aprender el idioma checo, que aunque sigue siendo marginal, empieza a alcanzar cifras interesantes, nos cuenta Ondřej Janeček.
“Yo no me puedo quejar de tener pocos alumnos. Cuando iba para Argentina todos mis amigos checos me decían: ay, ¿pero quién aprende checo en Argentina? Y puedo decir que este año en total tengo más de 150 alumnos. La mayoría, sobre 90 o 100 los tengo en la capital, y no son solamente descendientes de checos. La organización del curso la lleva la colectividad Český Dům, la más grande de Buenos Aires, y la decisión era abrirlo también a todos los interesados. Entonces creo que de momento son entre un 30 y un 40% los descendientes que son alumnos, pero los demás son gente interesada por el idioma o por la cultura”.Entre los estudiantes de checo que no tienen como motivación razones familiares se encuentra gente de prácticamente todo tipo. Janeček nos da algunos ejemplos.
“Algunos se sienten atraídos por la cultura. Tengo algunas cantantes que querían mejorar su idioma para poder cantar en checo, sobre todo música clásica, ópera. Tengo también algunos chicos que empezaron por cuestiones de estudios. Tengo por ejemplo un estudiante que es profesor de filosofía y le gustó mucho la filosofía checa y entonces decidió dedicarse al idioma para comprenderlo mejor”.
Ondřej Janeček, destinado a Argentina desde marzo de 2015, fue profesor de español y checo en el instituto Duhovka de Praga, así como en la escuela de idiomas Radost de České Budějovice.