El Dalai Lama y Rebiya Kadeer, símbolos de la disidencia china, piden en Praga democracia para Asia
El Dalai Lama y la activista por los derechos de la población uigur de la región de Xinjiang en China, Rebiya Kadeer, se encuentran en Praga participando en una conferencia sobre los derechos humanos en Asia. La doble visita no ha sido bien recibida por todo el mundo.
El líder tibetano también aprovechó para desmentir las acusaciones de separatismo que sobre su figura arrojan las autoridades de la República Popular China. Según el Dalai Lama, sus reivindicaciones son de autonomía y de respeto de los derechos humanos, como base para el entendimiento, como explicó.
“El uso de la fuerza conlleva el miedo y el miedo acaba con la confianza. Y sin confianza no puede surgir la armonía.”
El Dalai Lama también celebró la llegada a Praga de Rebiya Kadeer, emprendedora de éxito en el pasado, y ahora defensora de los derechos de su pueblo, el uigur, etnia de fe musulmana de la región china de Xinjiang. La activista pidió el jueves en Praga que Chequia y toda la Unión Europea, presionen a China para que mantenga un diálogo con las autoridades de la región sobre su autonomía y que también allí se respeten los derechos humanos.El Gobierno chino culpabiliza a Kadeer de los disturbios ocurridos en julio de este año en la región, que se saldaron con unos 200 muertos y más de mil heridos aparte de numerosos vehículos calcinados. La acusación es rechazada tanto por Kadeer como por Forum 2000, tal y como explica Filip Šebek, del departamento de prensa de la fundación.
“Es una activista por los derechos humanos que pasó seis años presa en una cárcel china. Sobre la paz, la democracia y los derechos humanos en China tiene sin duda algo que decir.”Semejante encuentro entre los dos líderes informales de regiones de pretensiones separatistas han llevado a la embajada china a protestar enérgicamente ante las autoridades checas. “La República Checa debe ser plenamente consciente de que la visita puede empeorar las relaciones bilaterales entre los dos países”, fue la reacción de la representación diplomática en Praga. Para el Ministerio de Asuntos Exteriores, la visita de Kadeer es personal y no ha de ser entendida como un apoyo checo al movimiento independentista de la región de Xinjiang.