El coronavirus cierra escuelas y ventanillas por toda Chequia
Muchas personas sufren el cierre de oficinas de la administración y decenas de escuelas por cuarentena. Para otras, las complicaciones vienen por parte de Eslovaquia, que ha declarado a Chequia país de riesgo.
Un solo trabajador que dé resultado positivo por coronavirus puede mandar a sus compañeros a casa en cuarentena y provocar el cierre temporal de edificios de la administración. Es la situación que se está viviendo ya en muchos puntos de la República Checa. Por ejemplo, las oficinas del Ayuntamiento del distrito de Praga 13 dedicadas a la renovación de pasaportes y documentos de identidad. O en el registro de vehículos de Ostrava, mientras los trabajadores no infectados del lugar conocen el resultado de sus pruebas.
La ciudadanía, por supuesto, sufre también las consecuencias de estos inconvenientes inesperados y tiene que adaptarse a las soluciones, a veces improvisadas, como es comprensible. Pero lo que también se está viendo es que la gente, para evitar colas y situaciones en las que no puede guardar la distancia de seguridad, prefiere en muchos casos dejar ciertos trámites para otro momento, por muy necesarios que sean. Por poner un ejemplo, este año le caduca el permiso de conducción a unas 850 000 personas en la República Checa. Hasta el momento son 390 000 las que han pedido su renovación.
El portavoz del Ministerio de Transporte, František Jemelka, explicó a la Televisión Checa cómo ve la situación en este momento.
“No todos a los que les caduca el permiso de conducción van a renovarlo. Algunos porque consideran que no van a conducir. En cualquier caso, no tenemos noticias de que se vaya a producir un cierre generalizado de oficinas de la administración, sino que se tratará de casos particulares”.
Pero mayor quebradero de cabeza supone para muchos los cierres de escuelas. Han pasado dos semanas desde el inicio del curso y ya son 39 los centros educativos que han tenido que cerrar sus puertas por completo y otros 208 se han visto afectados de una u otra manera, teniendo que mandar a casa a, al menos, alguna clase entera. En cuarentena se encuentran en este momento 1123 profesores y 5498 alumnos, según los datos aportados por el Ministerio de Salud. Además de todos los inconvenientes de la educación online, los padres a menudo no lo tienen fácil para encontrar un lugar en el que dejar a sus hijos pequeños si ellos tienen que ir al trabajo de forma presencial.
Otro colectivo con motivos para dormir un poco peor ante el empeoramiento de la situación epidemiológica en Chequia son los trabajadores empleados al otro lado de la frontera en alguno de los países vecinos. Eslovaquia anunció este lunes que incluía a Chequia entre los países de riesgo, aplicando ciertas restricciones de tránsito de ciudadanos, pero que en este caso no serán tan duras como en primavera. Al menos de momento. Desde el próximo viernes las personas que entren desde Chequia a Eslovaquia tendrán que presentar una prueba negativa de COVID-19 o guardar cuarentena, pero con muchas excepciones. A falta de conocer los detalles exactos durante esta semana, exentos estarán los mencionados trabajadores checos con contrato en Eslovaquia, estudiantes, profesores, personal sanitario o deportistas, entre otros.
Josef Gondek, recepcionista de un hotel, se temía lo peor, explicó a la Televisión Checa.
“Si fuera como en primavera, mucha gente volvería prácticamente a perder el trabajo. Si cada uno tuviera que comprarse los test, sería insostenible”.
Este lunes los nuevos contagios por COVID-19 volvieron a superar la barrera de los mil casos en la República Checa, como ya sucedió en cinco ocasiones durante la semana pasada. Además, cada enfermo contagia a más de una persona, exactamente a 1,59, como se supo este martes, en lo que supone una tendencia muy negativa. Según el delegado gubernamental para Ciencia e Investigación en Sanidad, Roman Prymula, no cabe esperar un descenso en el ritmo de contagios en las próximas dos o tres semanas, dadas las características del coronavirus, pero en ningún caso contempla un escenario de cese de la actividad generalizado en el país como en primavera.
El ministro de Salud, Adam Vojtěch, no descarta que a lo largo de la semana se impongan nuevas medidas para frenar el avance de la enfermedad y anunció que el conocido como “auto-rastreo” comenzará a funcionar desde la semana que viene.