El Club de Español y Checo, una divertida manera de integrarse y aprender un nuevo idioma

Club de Español y Checo, foto: Enrique Molina

Los inicios en la República Checa no son nada fáciles para muchos hispanohablantes que llegan al país sin conocer el idioma. En esos casos, hay organizaciones como el Centro para la Integración de Extranjeros que les ayudan durante todo el proceso de adaptación.

Club de Español y Checo,  foto: Enrique Molina
Cada año, numerosos extranjeros se trasladan a la República Checa. No obstante, su situación personal es muy diversa. Mientras que algunos vienen para ocupar puestos de trabajo en conocidas empresas internacionales, otros llegan desde países con menos recursos en busca de una vida mejor. En otros casos, incluso están huyendo de los problemas políticos en sus países de origen.

Para atender a los inmigrantes con cualquier dificultad que puedan tener, existen varias organizaciones checas que les ofrecen asesoría y apoyo durante el proceso. Una de ellas es el Centro para la Integración de Extranjeros (CIC), donde algunas de las personas que se benefician de estos servicios proceden de países de habla hispana.

En este centro hablamos con la trabajadora social Kristýna Šlajsová, quien resalta que cada persona es un mundo. Según el país del que procedan y la situación económica en la que se encuentren, su adaptación puede ser más o menos difícil.

Kristýna Šlajsová y Kamila Dušková,  foto: Enrique Molina
“La gente de América Latina y España vienen a la República Checa por diferentes motivos y de diferentes maneras. Cada persona y cada familia es un caso único, y sin duda para los ciudadanos de la Unión Europea la situación migratoria es más fácil. Algunos vienen con un trabajo en una compañía internacional, otros con un CV en la mano. Otros por una pareja checa. Algunos buscan en nuestro país un nuevo hogar porque en el suyo no pueden vivir seguros por razones políticas o económicas. Es el caso de las personas de Cuba y Venezuela”.

En lo que se refiere a los hispanohablantes, destacan en el último año los que proceden de Venezuela, donde hay un número considerable de personas con padres o abuelos checos. Algunos de ellos vienen a Chequia para acogerse al programa de reasentamiento del Ministerio del Interior, que les permite obtener la residencia permanente.

“Un grupo especial actualmente son los venezolanos de raíces checas, descendientes de checos que se exiliaron huyendo del comunismo checoslovaco y que en Venezuela consiguieron la doble nacionalidad. El Ministerio del Interior acredita a la organización Cáritas para que se ocupe de la acogida de estos nuevos checos recién repatriados”.

El Centro para la Integración de Extranjeros,  foto: Archivo del Centro para la Integración de Extranjeros
La gran labor del Centro para la Integración de Extranjeros no está sola, otras organizaciones se dedican a temas similares, aunque como apunta Kristýna Šlajsová, algunas se especializan en problemas más específicos.

“En Praga hay varias organizaciones no gubernamentales de apoyo a los extranjeros. Por ejemplo CIC, donde yo trabajo, META, PPI, SIMI, INBÁZE, o ICP, esta última depende del Ayuntamiento. Más o menos, todas damos atención social profesional, cursos de checo, apoyo individual con voluntarios, actividades de tiempo libre. Unas se centran más en la atención legal, otras en la integración escolar, otras disponen de intérpretes, otras tienen una gran oferta de actividades de tiempo libre y organizan conocidos eventos sobre la multiculturalidad y la inmigración”.

El CIC ayuda a inmigrantes procedentes de todas partes del mundo a través de una atención social profesional, que va desde realizar trámites para obtener la residencia, encontrar trabajo, así como ayuda en la escolarización de los niños y adolescentes. Además, sus actividades y cursos incluyen diversos temas y cada uno está enfocado en un público determinado, como por ejemplo, los cursos para niños.

El reto de aprender checo

Foto: Archivo del Centro para la Integración de Extranjeros
Pero sin duda, una de las mayores dificultades a las que se enfrentan los extranjeros que vienen a Chequia es el idioma. Excepto en el caso de los inmigrantes que vienen de países eslavos, con idiomas más parecidos que les permiten aprender el checo en poco tiempo, estudiar checo se convierte en algo esencial para tener más puertas abiertas, como señala Šlajsová.

“Creemos que el obstáculo más importante que un extranjero tiene que superar para su integración exitosa es el idioma. Cuando es capaz de comunicarse en la lengua local, todas las puertas se abren. Aprender el checo no es sencillo, pero con toda seguridad no es imposible. Conocemos a muchos extranjeros que hablan bien o muy bien el checo”.

También se manifiesta en este sentido Kamila Dušková, voluntaria del Centro para la Integración de Extranjeros, quien cuenta que sus viajes a otros países le ayudaron a sentir más empatía hacia los extranjeros, y añade un ejemplo de las dificultades que causa el idioma.

Foto: Archivo del Centro para la Integración de Extranjeros
“Yo trabajé un año y medio como voluntaria salesiana en México y también antes como voluntaria en la Cáritas Diocesana en mi ciudad natal. Tengo muchos amigos del extranjero, y veo en estos amigos que realmente tienen problemas para integrarse en la sociedad checa. Por ejemplo, no hablan muy bien checo, o no hablan nada. Y aunque tienen compañeros en el trabajo, tienen problemas porque los checos somos cerrados y fríos y realmente nos cuesta abrirnos. Por ejemplo, aquí tenemos a una venezolana que hace joyas muy bonitas, pero como no habla checo, no sabe nada de las posibilidades de cómo vender sus productos, y yo le puedo dar algunos consejos”.

Aunque la adaptación lingüística de los niños y adolescentes suele ser más rápida. Kamila Dušková narra cómo ayudó a una chica venezolana que finalmente consiguió pasar un examen de admisión clave para realizar los estudios que quería.

Foto: Archivo del Centro para la Integración de Extranjeros
“La primera extranjera con la que yo empecé a trabajar como voluntaria para este centro fue Ana Teresa, una chica de unos 16 años que se vino a vivir a la República Checa junto con sus papás y su hermano. Ella está aprendiendo checo. Y lo que me dio muchísimo gusto es que la aceptaron en un instituto de hostelería y gastronomía”.

Sin embargo, no es extraña la imagen del hispanohablante que se rinde frente al aprendizaje de checo porque piensa que es demasiado difícil. Pero la trabajadora social Kristýna Šlajsová anima a estas personas a participar con ellos en cursos y grupos de conversación para mejorar su nivel del idioma.

“Pero por desgracia, también hay muchos hispanohablantes que tiran la toalla, a menudo por malas experiencias, por ejemplo se desaniman al ver que los checos no entienden su pronunciación. Nosotros les animamos al máximo a aprender el checo, a inscribirse en algunos de nuestros cursos de checo y a participar en diferentes grupos de conversación llevados por voluntarios”.

Foto: Archivo del Centro para la Integración de Extranjeros
De hecho, entre las actividades del CIC destaca el Club de Español y Checo, donde a través de la conversación y algunos juegos, los hispanohablantes pueden aprender y practicar checo al mismo tiempo que intercambian su idioma con checos interesados en el español, a los que pueden aportar asimismo conocimientos sobre sus países de origen.

“Los hispanohablantes residentes en Praga están de suerte, pueden venir de forma gratuita, gracias al Ayuntamiento de Praga 3 y el proyecto del Centro Comunitario Žižkov. Y sin necesidad de registrarse pueden ir al Club de Español y Checo, una original iniciativa para dar un impulso al aprendizaje de una lengua que quizás han estudiado en cursos pero que pide mucha práctica”.

Los encuentros del Club de Español y Checo son una buena manera de ayudarse mutuamente a mejorar en ambas lenguas en un ambiente amistoso, y que tiene sin duda un potencial enorme para facilitar la integración de los hispanohablantes en la sociedad checa.