El cementerio de los locos, un paseo entre la historia y la leyenda

Capilla en el cementerio de los locos

No mucha gente sabe de su existencia y, sin embargo, en los misteriosos relatos del “cementerio de los locos”, en Bohnice, cerca del actual hospital psiquiátrico de Praga, van apareciendo como si nada Margaret Thatcher, Gavrilo Princip, Miloš Forman, Benito Mussolini, ritos satánicos y mucho más.

Callejón de árboles cubiertos de hiedra | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

El lugar está lleno de paz y silencio, también de abandono. En una ladera del valle del río Moldava, entre vegetación, donde terminan las casas y empieza el parque de Troja, se encuentra uno de los cementerios más misteriosos y desconocidos de la capital. Desde 1909 fueron enterrados en él los trabajadores del cercano sanatorio psiquiátrico de Bohnice, además de otras personas que terminaron allí de la forma menos pensada.

Un entusiasta del lugar, el exbombero y actual vicealcalde del distrito de Praga 8, Jiří Vítek, recibió a Radio Praga Internacional para adentrarnos en el conocido como “el cementerio de los locos”.

Jiří Vítek cuenta de una de las tumbas conservadas  (a la izquierda Klára Stejskalová) | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

“En cuanto se pasa la puerta, si los árboles están cubiertos de hojas, al levantar la cabeza da la sensación de estar en una catedral bajo bóvedas góticas. A ambos lados hay unos montículos extraños, son todo tumbas sin marcar de más de cien años de antigüedad cubiertas de hiedra. Son las tumbas de los cuidadores y empleados del manicomio, lo que luego fue el hospital psiquiátrico. Por la noche, si se viene con una linterna, parece un mar de hiedra lleno de olas, con una apariencia muy misteriosa”.

Vítek, oriundo del barrio, conoce el cementerio desde su niñez y en los últimos años ha hecho mucho por recuperarlo, después de quedar sumido en el más absoluto abandono durante décadas. Tras lograr sacar casi 40 toneladas de residuos de todo tipo que la gente había ido dejando, el cementerio volvió a recuperar su halo misterioso del pasado.

El cementerio de los locos | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

De tiempo en tiempo, Vítek ofrece visitas guiadas por el lugar. Toda la convulsa historia del siglo XX parece pasar por el cementerio, desde, por supuesto, los últimos coletazos del Imperio. Ciudadanos austriacos y húngaros descansan en él, explica.

Parte de la capilla dañada | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

“Hay más de 4000 tumbas. La institución psiquiátrica no tenía mucho dinero, así que muchos de los aquí enterrados lo están o bien porque no tenían dónde ser enterrados, o porque el tiempo del traslado de su cuerpo sería superior a tres días, y en aquella época había que enterrar en un máximo de tres días. Así que, cuando el paciente era de Austria o de Hungría, por ejemplo, porque el ámbito de este sanatorio era para todo el imperio y, de hecho, era el mayor de todo el imperio, pues aquella gente quedaba aquí enterrada”.

De la identificación de los allí enterrados durante todo el siglo XX, no quedó casi nada, especialmente tras el descontrol de la década de los 90.

La capilla derrumbada | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

“Como el sanatorio no tenía dinero, se les ponían unas plaquitas de hierro. Con el tiempo, algunas familias construían una tumba o colocaban una lápida, por ejemplo. Pero de eso queda ya muy poco, porque el vandalismo, especialmente en los años 90, fue tremendo. Así que desaparecieron las lápidas, que la gente usaba para hacerse unos escalones o una acera en casa. Pero también las placas, porque eran de hierro, y es un material reutilizable”.

Pero sí se reconocen muchos apellidos italianos, lo que llama bastante la atención de por sí.

“En el año 1915 o 1916, se produjo por la guerra la evacuación de Trento, que era un territorio italiano que pertenecía al Imperio Austriaco. De un sanatorio se evacuó a 260 pacientes, que terminaron todos aquí. 48 de ellos murieron antes de que terminara la Primera Guerra Mundial, especialmente por una epidemia de tifus que se propagó”.

Años después, el Estado italiano se acordó de ellos.

El cementerio de los locos | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

“En esas cajas a los lados hay tierra de los alrededores de Trento traída por el embajador italiano en 1932. Había unas placas de mármol en checo e italiano con una dedicatoria a los 48 italianos cuyos restos no pudieron descansar en su país. Las placas las financió Benito Mussolini en la época en la que recibió de Tomáš Garrigue Masaryk la Orden del León Blanco, porque entonces Italia era uno de los mejores amigos de Checoslovaquia”.

Curiosamente, cien años después de la Primera Guerra Mundial, Italia volvió a acordarse de estas 48 personas y Jiří Vítek, como gran experto del lugar, recibió el encargo del Gobierno de Roma de reunir toda la información disponible sobre ellos para dedicarles una publicación.

El cementerio de los locos | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

¿Descansa Gavrilo Princip en Bohnice?

Jiří Vítek | Foto: YouTube / PrahaTV

Las historias sobre la Primera Guerra Mundial no terminan ahí, desde luego. Corre la leyenda de que en este cementerio fue enterrado ni más ni menos que Gavrilo Princip, el terrorista serbobosnio que con su atentado al archiduque Francisco Fernando en Sarajevo desencadenó la Primera Guerra Mundial. Princip fue detenido y sentenciado a veinte años de prisión, ya que le faltaban cuatro semanas para cumplir los veinte años de edad y no podía recibir la pena de muerte, según las leyes de la época.

La pena la estaba cumpliendo en la fortaleza de Terezín, 60 kilómetros al norte de Praga, en unas condiciones pésimas que le provocaron la muerte por tuberculosis en abril de 1918. Oficialmente, se enterró en un lugar secreto de Terezín para evitar que su tumba se convirtiera en un lugar de culto para nacionalistas serbios. Sin embargo, un soldado checo habría desvelado el lugar y sus restos fueron exhumados en 1920 y llevados a Sarajevo para ser venerados junto a los del resto de conspiradores.

Vítek defiende que la leyenda del entierro en el cementerio de Bohnice no es, en absoluto, descabellada.

Es posible que en este cementerio fue enterrado Gavrilo Princip | Foto: Mario Brvić,  Wikimedia Commons,  CC BY-SA 4.0 DEED

“Yo creo que sí. Y lo creo, porque cuando leí las crónicas de la fortaleza de Terezín, encontré cosas raras que no creo que escribiera ningún funcionario austriaco, sino que tuvieron que ser inscritas después. Y, además, cuando murió Princip, era el único recluso de Terezín, y ese mismo día aquí hubo un entierro con la presencia de soldados de la fortaleza de Terezín. ¿Por qué se hizo ese entierro tan temprano por la mañana? ¿Por qué en un lugar al que no va nadie –ya que Bohnice era entonces el lugar más perdido del mundo–? ¿Por qué enterrarlo entre enfermos mentales? Bueno, él era un loco, porque solo un loco mata al heredero al trono. En fin, así se hace en política. Cuando hace falta que alguien desaparezca, se tira al mar o a un río… Los restos de Princip, en teoría, están en Sarajevo. Hace unos años vino por aquí a grabar una televisión bosnia, y al final parecía que querían hacer pruebas de ADN a los restos que tienen allí. Yo creo que algo tiene que haber, porque la directora del sanatorio de Bohnice en los 80 daba por verdadera y confirmada la historia de Gavrilo Princip”.

Ritos satánicos y el entierro de Mozart 

El cementerio tiene varias particularidades. Tiene, por ejemplo, un espacio reservado para personas nacidas o muertas el día de Navidad. También se encuentran algunas tumbas arqueadas que contenían inscripciones hebreas.

Cruz quemada en la capilla | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

También hay un monumento funerario que recuerda a todos los caídos en la Primera Guerra Mundial, independientemente de su nacionalidad, que tiene varios símbolos que recuerdan a los empleados por las logias masónicas. No es nada excepcional, asegura Vítek, ya que por aquel entonces tenían una gran influencia en el Estado.

Lápida sepulcral de Marie Hejzlarová | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

En el punto en el que se cruzan los caminos principales del cementerio, se levantaba una cruz, cuya sombra caía sobre la capilla. La cruz se convirtió en objetivo de los vándalos. Vítek dice que encargó cuatro réplicas, y siempre resultaban quemadas, robadas o destruidas. En el lugar quedan ahora solo los restos quemados de la última

Desde hace décadas, el lugar atrae por sus características a todo tipo de gente, cuenta el vicealcalde. Alguna muy rara.

“En este lugar, en los años 80 la gente realizaba los primeros rituales satánicos en el país. Era la época en la que salió en Estados Unidos la Biblia Satánica. Varias veces apareció por aquí la policía de la época y detenía a estas personas, que luego iban a juicio. Por entonces la ley era muy estricta con la profanación de cementerios”.

La tumba de Maria Tuma cerca de la capilla | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

Pero por aquella misma época sucedieron cosas más interesantes en el cementerio. Como el rodaje de Amadeus, la película con la que Miloš Forman consiguió la friolera de 8 Oscar. La escena rodada en el cementerio de Bohnice es suficientemente conocida.

“En esta capilla es justo la última escena, de donde sale el ataúd y lo llevan por la arboleda. Y allí había dos hombres bajo la lluvia con abrigos. Llega el coche que se lleva a Mozart y por este camino lo echan a la fosa común. Y después ya empieza la otra escena en la que habla el viejo Salieri. Así que sí, la escena final de Amadeus fue rodada aquí”.

Y, de repente, Margaret Thatcher

Y volviendo al apartado de las leyendas, el cementerio de Bohnice las tiene incluso recientes, relata Vítek.

Margaret Thatcher | Foto: Scott M. Ash,  Námořnictvo Spojených států amerických,  Wikimedia Commons,  public domain

“Esta historia me la han contado los jardineros, pero también bomberos. En 1996 llegaron varias berlinas relucientes y salió Margaret Thatcher con un abrigo. Debían exhumar el cuerpo de algún pariente de su marido, que probablemente fuera un preso de la Primera Guerra Mundial o algo así. Exhumaron dos cuerpos que no se correspondían, así que tuvieron que ir a una tasca a hablar con un anciano delincuente conocido como Tetovaný Ferda, viejo compañero de borracheras de un antiguo administrador del cementerio, por lo que sabía dónde estaba enterrado todo el mundo. Les dijo que por una caja de ron les diría dónde estaba. Se la compraron y se los mostró. Y acertó, porque el cuerpo tenía algunas medallas o un anillo gracias a los que se comprobó que era él. Así que esta es otra historia que creo que es verdad porque la gente que me la contó no tenía ninguna razón para inventársela”.

Ambiente de invierno en el cementerio de los locos | Foto: Klára Stejskalová,  Radio Prague International

Vítek dice que esa fue la tercera exhumación del cementerio. Las otras dos fueron de ciudadanos rusos que reclamó la Federación Rusa.

En la actualidad, Vítek lucha para que la responsabilidad sobre el espacio pase del Ministerio de Salud al Estado, a Praga o a Praga 8. Además, quiere evitar cualquier obra de revitalización que modernice o acondicione el lugar, precisamente para que el cementerio de los locos no pierda su particular misterio y romanticismo.

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