Dramática fuga de Bohuslav Horák a través del telón de acero
En otoño de 1949 el ingeniero Bohuslav Horák escapó casi por milagro de manos de la Seguridad del Estado comunista y logró cruzar la frontera occidental abriéndose el camino hacia la vida en un país libre. Será una vida, no obstante, en la que faltarán su hija y su esposa que tuvieron que quedarse en Praga. Con su hija volverá a encontrarse casi veinte años después, con su esposa nunca más. Milada Horáková perecerá en el año 1950 en la horca.
El ingeniero agrario y doctor en ciencias técnicas Bohuslav Horák trabajó antes de la Segunda Guerra Mundial como redactor en la Radiodifusión Checa. En los años 30 pasó a ser director de programación de la estación Radiojournal.
En 1927 se casó con la graduada en derecho Milada Králová y seis años más tarde nació su hija Jana. Durante la Segunda Guerra Mundial los esposos Horák se incorporaron activamente a la resistencia antinazi y fueron detenidos por la Gestapo. Bohuslav Horák sobrevivió al campo de concentración, así como a la marcha de la muerte.
Acabada la Guerra, Milada Horáková volvió a participar en la vida pública y fue elegida diputada de la Asamblea Nacional por el Partido Socialista. Su esposo la apoyaba en todas sus actividades. La situación empezó a complicarse después del golpe de estado comunista en febrero de 1948. Milada Horáková, como representante de la cúpula del Partido Socialista, incomodaba cada vez más al nuevo régimen.
Los esposos barajaban la posibilidad de emigrar, pero aún después de que Bohuslav Horák perdiera el trabajo, aplazaban la decisión, creyendo que reconocerían a tiempo el momento insostenible, en el que no tendrían otra solución que abandonar el país.
El 27 de septiembre de 1949 Milada Horáková fue detenida en su oficina en la Ciudad Vieja de Praga. Su esposo la acompañÂó por la mañana a la Plaza Venceslao donde se despidieron.
Al mediodía Bohuslav Horák regresó a su casa en el barrio capitalino de Smíchov. Se sentó en la terraza y se puso a dibujar. En casa estaban su hija Jana y el ama de llaves Marenka cuando a la puerta del jardín llamaron dos hombres en impermeables. La Seguridad del Estado.
Aprovechando el registro domiciliario Bohuslav Horák logró huir a través del jardín. Intentó todavía advertir del peligro a su esposa sin conocer que Milada Horáková ya había sido detenida antes.
Bohuslav Horák se dirigió al pastor evangélico Jan Kucera, quien le encontró un refugio en casa de los esposos Pospísil frente a la parroquia en Smíchov. De organizar su fuga a Occidente se encargó el escritor, periodista y uno de los fundadores de la agencia de noticias checa CTK, Jan Hajsman.
Bohuslav Horák pasó un par de días en la casa de Jan Hajsman en la aldea de Mrtol cerca de Netunice, en Bohemia Occidental. El nieto de Jan Hajsman, Tomás, supo la verdad sobre la labor de su abuelo 36 años después. En 1985 se lo dijo su tío.
Bohuslav Horák llegó al final al molino de la familia Simák en Meclov. Junto con él se refugiaron allí el sobrino del molinero Simák, Josef Hejtmánek, el conde Lobkowicz y un oficial del Ejército checoslovaco. Josef Simák tenía entonces 14 años.
"En el molino de mi padre pasaron unos tres días. Se escondían en el desván y por la noche bajaban a cenar. Cuando mi padre decidió que llegó el mejor momento para atravesar la frontera subimos al tractor y nos dirigimos al bosque. Conduje yo porque era mejor conductor que mi padre. Disponíamos del permiso de entrada en la zona fronteriza porque el molino se estaba reconstruyendo. Fingiendo ser obreros cargábamos la leña al carro".
De repente apareció un guardia fronterizo y revisó los documentos.
"El alto oficial tenía planos militares en su mochila. El guardia, por su parte, le preguntó qué tenía dentro. Le contestó que ropa de trabajo para cambiar. Mi padre preguntó si quería verlo y se puso a vaciar el saco. El guardia dijo ´está bien, está en orden´. Tuvimos una gran suerte. No sé de qué documentos se trataba, pero creo que en caso de descubrirse, habría un tiroteo, porque los oficiales suelen llevar armas para defenderse".
El molinero Simák no esperó más y se dirigió con los refugiados hacia la frontera. Josef Simák se quedó dedicándose a sus tareas escolares. Al cabo de unas dos horas su padre salió del bosque y los dos regresaron sin problemas a casa. Fue a finales de noviembre de 1949.Bohuslav Horák llegó al campo de refugiados Valka, en Alemania, donde escuchó en la radio una emisión del proceso contra su esposa Milada y posteriormente la noticia sobre su ejecución.
Bohuslav Horák tuvo que esperar cuatro años antes de que recibiera el permiso de residencia en EE.UU. Su hija Jana pudo visitar a su padre hasta en el año 1966. En abril de 1968 se mudó a EE.UU. también.
Josef Simák recuerda que su padre tenía experiencias con actividades ilegales en la época de la guerra. Durante el Protectorado nazi ayudaba a la gente produciendo en secreto harina, por lo cual fue detenido por la Gestapo. La policía secreta comunista no lo descubrió. Tuvo más suerte que un molinero vecino que fue capturado al cruzar la frontera y condenado a 22 años de prisión.
A su hijo le ordenó estrictamente no contar nada sobre estos acontecimientos a nadie. Josef Simák mantuvo el secreto durante largos 50 años.
"Por primera vez hablé de ello después de la Revolución de Terciopelo en 1989. Antes ni lo conté a mi esposa porque también en este caso podría ser amenazada toda nuestra familia".
El público pudo enterarse de los detalles de la dramática fuga de Bohuslav Horák gracias a la serie televisiva "Historias del telón de acero". Después de ver algunos episodios de la serie los hermanos Simák se comunicaron con los autores para revelarles la historia de su propia familia.
Los documentales cortos "Historias del telón de acero" se realizaron en base al libro homónimo del periodista Ludek Navara, quien hace poco publicó ya el segundo tomo de las "Historias".
Además de recuerdos personales y documentos del Archivo Nacional de Praga le sirvieron como fuente para escribir el libro artículos en la prensa extranjera, explicó Ludek Navara.
"Fueron periódicos, en su mayoría, alemanes y austríacos, los que informaron sobre las fugas. Pero cabe destacar que las noticias en la prensa extranjera se refirieron únicamente a las huidas que acabaron con éxito. De los desafortunados que se quedaron detrás del telón de acero o murieron en él, no se sabía. Además existe una gran cantidad de material poco conocido de Radio Europa Libre que está a disposición en la biblioteca Libri Prohibiti en Praga, que también es una fuente muy interesante".
Una lista de las personas que perecieron en el telón de acero fue elaborada por la Oficina de Documentación e Investigación de los Crímenes del Comunismo, pero no está completa. En los archivos del Ministerio del Interior quedan por investigar otros informes sobre los así llamados "elementos infiltrados en la frontera".
Del primer tomo de "Historias del telón de acero" se vendieron más de siete mil ejemplares. A finales de este año el libro debe salir en alemán.
Sin embargo, Ludek Navara se encontró también con reacciones negativas.
"Recibí varias cartas anónimas probablemente de los antiguos efectivos de la Guardia Fronteriza. Hablamos con algunos de ellos. A mí me sorprendió que, según parece, ellos hasta hoy creen en lo que hicieron, que lo hicieron bien y correctamente, y que lo hicieron no sólo porque se lo ordenaron, sino porque correspondía a su convicción".