Dinastía polaca en el trono checo

Vladislao de Jagellón
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En esta presente edición de "Legados del pasado - testimonios del presente" prestaremos nuestra atención a la dinastía polaca de los Jagellones que gobernaba a postrimerías del siglo XV también el Reino Checo. Su reinado marcaban conflictos bélicos y civiles y el florecimiento cultural de la monarquía.

Vladislao Jagellón
El siglo XV fue uno de los más turbulentos de la historia checa. Se concluyó el reinado de la dinastía de los Luxemburgo y el país fue arruinado por las guerras husitas. El último rey de orígen checo, Jorge de Podiebrad entró en conflicto religioso con el Papa que le excomulgó por ser, a su juicio, un hereje. El monarca checo además guerreó contra el rey húngaro, Matías Corvino.

Tras la muerte de Jorge de Podiebrad, el reino checo se vio amenazado por su poderoso vecino húngaro al este y por los intereses políticos de la casa de los Habsburgo al oeste. La aristocracia checa se veía obligada a buscar el rey para el trono vacante.

Al final fue, en 1471, coronado como rey checo el joven príncipe Vladislao Jagellón. Su estirpe provenía de Lituania y sus antepasados, incluyendo a su padre Kazimír, reinaban en Polonia. Por ello se considera a los Jagellones como a una dinastía polaca.

Rey húngaro Matías Corvino
El Reino Checo se encontraba en medio del conflicto entre dos mayores grupos religiosos, los católicos y los utraquistas, conflicto que en sí era un legado de las guerras husitas. Además, otras discrepancias surgían entre la aristocracia y el creciente poder de las ciudades.

En la escena política exterior se cernía sobre el Reino Checo la sombra amenazadora del rey húngaro Matías Corvino, yerno del difunto rey Jorge de Podiebrad. El rey Matías capitaneó la cruzada enviada contra el Reino Checo, pero su suegro Jorge lo derrotó y lo forzó a abandonar el territorio.

No obstante, Matías Corvino rompió la promesa y se dejó coronar rey checo por los señores católicos y las ciudades checas. Unas semanas después, la elección fue rechazada por la Asamblea de los Estamentos checos, el parlamento de entonces.

La lucha por el trono checo continuó también bajo el reinado del Vladislao Jagellón. El rey húngaro se apoderó de Moravia, de Silesia y de Lusacia y pretendía, además, conseguir la corona checa para fortalecer su hegemonia en Europa Central.

Las reyertas continuas fueron concluidas en 1479 con un acuerdo entre ambos monarcas, firmado en la ciudad de Olomouc. Vladislao Jagellón fue proclamado rey checo hereditario en Bohemia y Matías Corvino recibió el mismo título en Moravia, Silesia y Lusacia.

Olomouc
La candidatura del rey Vladislao fue apoyada sobre todo por los utraquistas. Sin embargo, una vez formalizado el acuerdo con Matías, Vladislao empezó a acercarse más al bando de los nobles y eclesiásticos católicos. La actuación del rey empeoró las relaciones entre ambos partidos.

Los utraquistas temían perder su influencia y en 1483 organizaron en Praga una sublevación sangrienta, conocida también como la "Segunda defenestración checa" por haber sido varios concejales del bando católico arrojados de las ventanas de sus alojamientos. Los utraquistas conquistaron los barrios históricos sustituyendo a los representantes católicos por los suyos.

Dos años después las discrepancias religiosas se terminaron con la renovación de la paz religiosa concretada en la ciudad de Kutná Hora. Según el acuerdo, todos los habitantes del reino tenían desde aquel entonces el derecho a profesar su fe.

Vladislao Jagellón vio desaparecer otra dificultad que complicaba su reinado, cuando murió el rey húngaro Matías Corvino en 1490. Tras un breve período, el monarca checo fue elegido su sucesor y unió a la corona checa también la húngara. A insistencias de la aristocracia magiar cambió su sede de Praga a Buda, la Budapest actual, y al Reino Checo volvió sólo tres veces.

Vladislao Jagellón
El último gran conflicto bajo el reinado de Vladislao Jagellón se propagó entre la nobleza y las ciudades, reforzadas tras las guerras husitas. Ambos disponían de representantes en la Asamblea de Estamentos y luchaban por la mayor influencia sobre el propio monarca checo. Un código de leyes dio al final más poder a la aristocracia y redujo los derechos de las ciudades.

El rey Vladislao era, por naturaleza, muy pacífico y no deseaba entrar en conflictos. Por su mansedumbre ganó por apodo el sobrenombre del rey "Bien", ya que ésta fue la respuesta más frecuente que dirigía a las infinitas solicitudes de sus vasallos. No obstante logró fortalecer la influencia de Jagellones en Europa Central.

La situación política del Reino Checo fue muchas veces inestable durante el gobierno de Vladislao Jagellón, pero no se puede decir lo mismo sobre el entorno cultural y artístico de aquel entonces. Los países checos se recuperaron de los daños de las guerras husitas y vivían una época de florecimiento.

El arte se vio favorecido por notables inversiones del rey que renovó la extracción de plata en las minas de la ciudad de Kutná Hora. Con el dinero, el monarca pensaba dar un mayor brillo al Reino Checo.

El templo de Santa Bárbara en Kutná Hora,  foto: Štěpánka Budková
En la propia Kutná Hora mandó Vladislao Jagellón a concluir el templo de Santa Bárbara, contratando los servicios del arquitecto Benedikt Ried. El mismo artista continuaba con su obra en otras ciudades y castillos checos. La mayor huella Benedikt Ried la dejó, sin embargo, en la capital de Praga.

El rey Vladislao Jagellón intentó renovar el resplandor del Castillo de Praga, abandonado por los monarcas checos a finales del siglo XIV. Trasladó su sede de la llamada Corte Real de la Ciudad Vieja al Castillo y mandó rehabilitar varios edificios deteriorados.

El arquitecto Benedikt Ried se hizo cargo del Palacio Real y creó la famosa sala que lleva el nombre del rey Vladislao. Con sus dimensiones de 62 metros de largo, 16 de ancho y 13 de altura, la Sala de Vladislao, con la típica bóveda, cuyos nervios forman cinco estrellas, pasó a ser el recinto más grande no eclesiástico de la época. Durante su existencia sirvió para reuniones de la Asamblea, torneos de caballeros y banquetes. Actualmente se celebra en este lugar la elección del Presidente de la República.

La sala es un típico ejemplo del estilo gótico tardío, llamado también el estilo gótico de los Jagellones. Sus grandes ventanas, sin embargo, representan el primer ejemplo del renacentismo en las tierras checas.

Otro testimonio del arte arquitectónico de Benedikt Ried lo encontramos al abandonar la Sala de Vladislao bajando por otra obra suya - la Escalera Ecuestre. La renovación de Praga se extendió asimismo ala catedral de San Vito, donde Benedikt Ried y su taller crearon el Oratorio Real, conectado por un pasillo con el palacio del rey.

Por último, Benedikt Ried mejoró la fortificación del Castillo de Praga, reforzando la muralla norte por tres torres. Con una de ellas, denominada Daliborka se relaciona la leyenda sobre su primer prisionero que dio al torre su nombre.

Se llamaba Dalibor de Kozojedy y fue encarcelado por apoyar a los campesinos rebeldes. Sus guardianes le dieron un violín para que tocando consiguiese los alimentos. Dalibor no sabía tocar el instrumento, pero frente a la penuria se vio obligado a aprenderlo. De aquí viene el proverbio "La penuria hizo a Dalibor tocar el violín" o en español "La necesidad aguza el ingenio".

Torre Daliborka,  foto: Czechtourism
Dentro de poco el prisionero tocaba violín como un virtuoso y podía sobrevivir su larga pena, ya que los espectadores siempre le daban los víveres en una cesta que bajaba al pie de la torre. Sin embargo, después de varios años fue ejecutado por rebelarse contra rey.

Vladislao Jagellón murió en 1516 tras 45 años del reinado. En el trono le sucedió su hijo, Luis Jagellón, de diez años de edad. Residía en Hungría como su padre. La aristocracia checa, mientras tanto, aprovechaba la ausencia del monarca en su favor. Los conflictos entre diferentes fracciones de la nobleza amenazaron con la guerra civil en el Reino Checo.

Luis Jagellón visitó Praga para calmar la situación y recuperar la autoridad real. Sin embargo, tras su regreso a Hungría, las discrepancias se reanudaron. En aquel entonces apareció otro peligro - el ejército turco del Solimán el Magnífico.

Los húngaros salieron al encuentro con los turcos y el 29 de agosto de 1526, ambos ejércitos libraron batalla en Mohács, en la actual frontera húngaro-serbia. Las tropas magiares fueron desbaratadas por la artillería y la caballería otomanas. El rey checo y húngaro Luis Jagellón se ahogó en uno de los pántanos cercanos al huir del campo de batalla.

Con la muerte de Luis Jagellón terminó el reinado de la dinastía polaca de los Jagellones en las tierras checas. El trono vacante lo ocupó Fernando I Habsburgo, hermano del emperador romano-germánico y rey español, Carlos V. La casa de los Habsburgo gobernaría el Reino Checo hasta el fin de la Primera Guerra Mundial en 1918.

Autor: Jaroslav Smrz
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