De viaje con Franz Kafka
Presentar a Franz Kafka como un aficionado a los viajes e invitar a los espectadores a seguir las rutas favoritas del escritor por pueblos cercanos a la capital checa. Esta fue la intención de los autores del cortometraje producido por la Televisión Checa titulado ‘Cómo viajaba Franz Kafka’.
En tan sólo los quince minutos que dura el cortometraje de la Televisión Checa, se da a conocer una cara desconocida de Franz Kafka, presentado con frecuencia como un ‘bicho raro’.
Surge un Kafka sociable y amistoso. Sus compañeros de viaje son la alegría y la curiosidad tanto por las novedades culturales como por el estilo de vida sana, entre muchos otros.
Como explica Judita Matyášová, la autora del cortometraje, Franz Kafka era muy distinto de lo que la gente suele imaginar.
“Cuando se dice Kafka, muchos se imaginan a un oficinista melancólico al que no le gustaba su trabajo. Todo lo que hacía era redactar libros o cartas. A mí me llamó atención que Kafka, tal vez, no era así. Era un hombre joven con muchas aficiones. Además del trabajo le gustaban otras actividades de las cuales se sabe poco”.
Un lector atento a los diarios y a las cartas que Kafka escribió, puede descubrir que el autor disfrutaba de los viajes. Viajar, tal vez, era una manera de olvidar y de liberarse de la vida cotidiana. Tal y como anotó el autor en su diario el 31 de julio de 1917.“Viajar en un tren, olvidarlo, vivir como en casa, recordar de pronto, sentir la fuerza impulsora del tren, convertirse en un viajero, sacar la gorra de la maleta, enfrentarse a los compañeros de viaje de un modo más libre más dominante, más imperioso, ser conducidos a nuestro destino sin merecerlo, sentir que esto es pueril, convertirse en un favorito de las mujeres, someterse a la continua atracción de la ventana, dejar siempre, al menos, una mano tendida sobre el borde de la ventanilla“.
El historiador literario, Josef Čermák, explica los motivos de los viajes del escritor.“Franz Kafka no era ningún trotamundos o viajero. Incluso podemos decir que sus viajes, con la excepción de los de su juventud, que fueron incitados por sus padres, tenían por objetivo mejorar su salud. Además Kafka viajaba por el territorio checo y por los de la monarquía austrohúngara como empleado de una compañía aseguradora de riesgos laborales”.
A pesar de que Kafka no viajaba tanto por diversión, a lo largo de sus estancias fuera de Praga no faltaban encuentros interesantes ni vivencias que se grabaran en la memoria tanto del escritor como de las personas que se cruzaron con él.
Los autores del cortometraje visitaron algunos de los pueblos cercanos a raga donde solían ir los capitalinos para pasar los fines de semana y los largos meses de vacaciones.
El tren nos lleva a Roztoky, un pequeño pueblo situado al norte de Praga, donde el joven Kafka solía alquilar un cuarto en la casa de la familia Kohn. El edificio perduró de igual manera que los recuerdos de la hija de la familia, Selma Kohn.
En una carta, Selma recuerda los paseos nocturnos en compañía del joven Kafka después de más de cincuenta años.
“Arriba en la colina había una banca y por las noches solíamos ir, Franz con una vela encendida en la mano, a sentarnos en esta banca. Se podía ver tan lejos, todo el valle, el listón argentado del río Moldava. Ahí nos sentábamos a menudo. Él me leía Nietzsche y, si es que lo entendí bien, nos admirábamos uno al otro. Yo era guapa y él muy inteligente. Y ambos éramos divinamente jóvenes“.Al visitar algunos de los paraderos de Kafka, viene a la mente la sensación de encontrarse en un sitio de alguno de sus cuentos o novelas. El fotógrafo Jan Jindra quien tomó cientos de fotos en sitios relacionados con Kafka, describe en una entrevista para la Radiodifusión Checa uno de estos lugares.
“Hay que decir que algunos sitios son muy interesantes. Porque nos permiten echar una mirada a su mundo. Por ejemplo el pueblo de Siřem donde Kafka pasó mucho tiempo en 1917. Eso fue en invierno, había nieve y al leer El Castillo podemos encontrar ciertas similitudes. Kafka se inspiró seguramente en lo que vio en este pueblo“. Recorrer y tomar fotos en prácticamente todos los lugares que Kafka menciona en sus diarios y sus cartas y también el cortometraje producido por la Televisión Checa, forman parte de un extenso proyecto que el fotógrafo, Jan Jindra, lanzó hace más de tres años.
El proyecto llamado ‘Los Viajes de Kafka’ consistió, en primer lugar, en una larga serie de excursiones que siguen las rutas de viajes de Kafka y de su amigo Max Brod tanto dentro del territorio checo como por otros países europeos: Alemania, Francia, Italia y Suiza entre otros.
En todos estos sitios el fotógrafo tomó fotos en blanco y negro que sirvieron para crear una exposición que recorrió no solamente la República Checa sino, gracias a los Centros Checos, llegó también al extranjero.
Además de la exposición, Jan Jindra con Judita Matyášová, autora del cortometraje, publicaron un libro titulado ‘Viajando con Franz Kafka’.
(Repetición del 17/1/2012)