Crece la confianza de los empresarios checos en la economía nacional

Foto: Vitali Smolygin

La confianza de los empresarios checos en la marcha de la economía sigue creciendo, incluso en el sector industrial, donde permanecía estancada. Por el contrario la confianza de los hogares baja drásticamente, incómoda ante una mayor inflación y la expectativa de que el desempleo vuelva a subir.

Foto: Vitali Smolygin
Las empresas checas siguen viviendo un buen momento y suponen que las vacas gordas se van a prolongar todavía un poco más, según se desprende del sondeo de junio del Instituto Checo de Estadística. La confianza empresarial en la economía ha crecido un 0,3% interanual.

Si se analiza por sectores, resulta interesante el incremento de la confianza del sector industrial, en un 0,7%, que no aumentaba desde noviembre del año pasado, así como las buenas perspectivas que se sienten en el sector comercial y sobre todo en la construcción, que se halla en sus valores más altos desde febrero de 2016.

En concreto, según la agencia Cyrrus, los constructores checos se benefician de una mayor demanda de apartamentos, oficinas y fábricas, y de hecho la expectativa de crecimiento para las empresas orientadas a estos edificios es del 6% para este año. Algo peor lo tienen las dedicadas a las infraestructuras, que se hayan prácticamente congeladas, aunque a partir del año que viene se espera que las administraciones públicas comiencen a invertir en ellas dinero europeo. Así valora la situación el economista Jan Bureš, de Patria Finance.

Jan Bureš | Foto: Tomáš Adamec,  Český rozhlas
“No sobrevaloraría estas cifras, aun así creo que esta gran confianza en la economía se corresponde con el actual crecimiento económico en torno al 3%. Por otro lado en los hogares, seguramente debido a un punto de vista conservador, está creciendo un poco el temor a un desarrollo negativo. Entre los empresarios, que siguen teniendo los cuadernos de pedidos llenos, el optimismo es mayor, y cada vez más. Es lo mismo que estamos viendo en el mercado alemán, que es el más importante para las exportaciones checas”.

Precisamente lo que destaca del sondeo de junio de percepción del desarrollo económico es la falta de correspondencia entre la opinión de las empresas y de los consumidores. La confianza de los hogares checos en la economía bajó en junio un drástico 2,2% interanual.

De acuerdo con Bureš hay dos factores que hacen que los hogares vean el futuro de forma más pesimista.

“La manera de pensar de los hogares checos, sanamente conservadora, no cree que la atmósfera en el mercado de trabajo, donde realmente hay carencia de mano de obra en todas las profesiones, vaya a durar para siempre. Es algo temporal, aunque va a continuar aún un semestre. Por lo que respecta al segundo temor, la inflación, está basado en fundamentos más reales. Los valores son más altos de lo que estábamos acostumbrados (alrededor del 2%). Y los hogares pueden percibir esta inflación de manera subjetiva, más acusada, sobre todo porque crecen los precios relacionados con la vivienda, que no tienen tanto peso a la hora de calcular oficialmente la inflación”.

En cualquier caso, y a pesar del cambio de dirección, la confianza de los consumidores checos se sitúa en 106,2 puntos, por encima de los 95,2 puntos que alcanzan los empresarios. La confianza en la economía checa es alta en comparación con otros países de la Unión Europea. Solo Gran Bretaña y Alemania se sitúan por encima. En este último país el optimismo de los empresarios asciende a 115,1 puntos, con tendencia a seguir subiendo.

Autor: Carlos Ferrer
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