Conservacionistas checos exigen una unidad especial para proteger la vida silvestre
Los casos de aves de presa envenenadas o la caza furtiva crecen cada año en la República Checa y los conservacionistas checos piden la creación de una unidad especial de la Policía para prevenir estos incidentes.
A pesar de las muchas apelaciones por parte de los conservacionistas checos, la Policía de la República Checa todavía no ha creado una unidad especial para prevenir los delitos medioambientales. Entre los más frecuentes se encuentran, por ejemplo, el envenenamiento de aves de presa o la caza furtiva.
Entre las organizaciones que intentan preservar la naturaleza checa se encuentra la Sociedad Ornitológica Checa. Klára Hlubocká, especialista en prevención e investigación de delitos, ofreció más detalles en entrevista para la Radio Checa.
“Nuestra misión principal es encontrar los animales y los cebos envenenados. Lamentablemente, en la mayoría de los casos, llego cuando ya todo ha terminado. Uno puede notar que los animales sufrieron antes de su muerte porque los encontramos en posiciones convulsivas. No es algo bonito de presenciar”.
Entre las causas más frecuentes de envenenamiento encontramos el uso de pesticida carbofurano. En los últimos cinco años, la gente ha envenenado de esta forma a unas 30 águilas. Hlubocká explicó cómo la Policía maneja estos casos.
“Entregamos los casos en la Policía y luego ellos tratan de investigarlos. Cuando la investigación es exitosa, los acusados son condenados”.
Klára Hlubocká y otros ornitólogos cooperan con la Policía y han ayudado en 150 casos. Sin embargo, hasta el momento, tan sólo en tres se han dictado condenas.
Pavla Říhová de la Facultad de Ciencias de la Universidad Carolina de Praga indicó a la Radio Checa que el envenenamiento de animales representa sólo una cifra pequeña de los delitos medioambientales.
“Existen muchas otras actividades como, por ejemplo, la gestión de residuos ilegal, las talas ilegales o la captura ilegal de especies protegidas. El espectro es muy vasto”.
Říhová agregó que ahora existe gran escasez de policías que se especialicen en este tipo se delitos.
“En nuestro país, las autoridades estatales subestiman bastante este tipo de delitos. Oímos una y otra vez que hay menos casos, que es algo insignificante, que tienen cosas más importantes que resolver”.
No obstante, el número de los casos crece. El año pasado, la Policía investigó 270 casos, esto significa 20 casos más que el año anterior.
Mientras que la Policía en Alemania o en Eslovaquia cuenta con unidades medioambientales especializadas, la Policía Checa ha adoptado una estrategia diferente. Jakub Vinčálek, portavoz policial, ofreció detalles a la Radio Checa.
“La Policía de la República Checa presta atención a dicha problemática, simplemente no se concentra en un departamento independiente. Tenemos expertos en las unidades a nivel nacional, como en los directorios regionales”.
Vinčálek defiende que la creación de una unidad especializada significará que todo estaría concentrado en un sólo departamento y así no se abarcaría todo el territorio del país.
En la República Checa, docenas de policías se encargan de delitos medioambientales, pero muchos de estos casos siguen sin resolver. Sólo en una cuarta parte de los mismos se dictan condenas. Jakub Vinčálek dijo que la investigación de este tipo de delitos, representa un reto enorme para la Policía.
“Si alguien comete algo semejante, usualmente queda fuera del alcance de la gente común. Además, en muchas ocasiones las huellas que los delincuentes dejan atrás no ayudan mucho a las fuerzas policiales debido al tiempo transcurrido o por la lejanía de los lugares”.
En su plan de desarrollo, la Oficina de la Policía ha prometido ofrecer entrenamiento adicional a sus hombres.