Chequia queda desprotegida ante el contrabando de especies amenazadas

Foto ilustrativa: animalrescueblog via Foter.com / CC BY-NC

Chequia se encuentra en estos momentos sin un equipo especializado en la lucha contra el comercio ilícito de especies exóticas. Muchos temen que el país podría abrirse nuevamente al contrabando y que no cumplirá con las obligaciones que se desprenden de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, la CITES.

El equipo de inspectores del departamento de CITES de la Inspección del Medio Ambiente Checa dimitió recientemente por desacuerdos con la dirección de la organización. La jefa del departamento, Pavla Říhová, citó condiciones laborales desagradables y el director de la Inspección, Erik Geuss, no quiso precisar ante los medios las razones de la ruptura.

Foto: ČT24

Mientras que las causas pueden ser diversas, muchos temen que la ausencia del equipo de CITES podría contribuir al aumento de delitos relacionados con el contrabando de especies amenazadas de animales y plantas.

CITES es un tratado adoptado en 1973. Su objetivo es proteger a los animales y plantas salvajes, así como su medio natural. En este momento cuenta con 183 signatarios.

Chequia se adhirió a CITES en 1992. Entonces, el país no contaba con la infraestructura necesaria para cumplir con las obligaciones que se desprendían de la Convención. Ladislav Miko, fundador del departamento y vicedirector por aquel entonces de la Inspección del Medio Ambiente Checa, recordó para la Radio Checa los comienzos del departamento.

Foto: ČT24

“Tuvimos la suerte de que, como fue poco después de la Revolución de Terciopelo, el mundo occidental quería ayudarnos. Como jefe del equipo tuve la oportunidad de participar en cursos y capacitaciones interesantes en EE.UU., Francia e Inglaterra y allí aprendí cómo se hacían las cosas. Y descubrimos que se trata de un trabajo típico de investigación, que en el país hacía solo la Policía u otros órganos represivos. Y nosotros tuvimos que aprenderlo todo”.

Encontrar al personal necesario no fue tarea fácil, ya que muchos no consideraban que se tratara de un tema importante. En aquel entonces la cría de animales salvajes y el cultivo de plantas exóticas no eran un delito. Al mismo tiempo, la labor del equipo es bastante específica y en la década de los 90 no era siempre la más segura, cuenta Miko.

“No es un trabajo nada fácil. Por un lado, deben saber cómo descubrir las vías, buscar en internet, en documentos, es decir un trabajo típico de investigación. Por otro, hace falta estar preparado a que alguien los pueda asaltar bajo un portal. A mí, en una ocasión, me desconectaron los frenos del coche. El peligro no es teórico”.

Foto: archivo Policie ČR

Gracias al departamento de Miko, el equipo de CITES estaba representado en cada pase transfronterizo y cada aeropuerto. De esta manera era capaz de reaccionar en un plazo máximo de dos horas en toda Chequia.

Además del personal, los expertos necesitaban también el equipamiento adecuado, cuenta Miko.

“Cuando se confisca un animal vivo, hace falta transportarlo de manera segura. Así que necesitábamos vehículos especiales. También jaulas y a personas capaces de capturar a un cocodrilo, un varano, una tortuga o un loro, que de hecho le puede arrancar el dedo fácilmente si no sabe cómo agarrarlo. Una vez terminamos persiguiendo a un varano por el aeropuerto de Praga. Cuando los contrabandistas se sienten arrinconados, son capaces de soltar a los animales”.

En la década de los 90, por falta de leyes e infraestructuras, Chequia constituía un paraíso para los contrabandistas. En muchos casos se dedicaban a estas actividades criminales también los checos, que han sido muy hábiles en la cría de especies.

Foto: Danilo Prudêncio Silva  (Wikipedia)

En estos días al departamento le toca lidiar más bien con mafias internacionales. Estas aprovechan la posición geográfica de Chequia para desarrollar sus actividades. En 2018, por ejemplo, el departamento de CITES descubrió una banda que mataba a tigres criados en la clandestinidad en Chequia para fabricar productos de medicina china y exportarlos a Asia. Ese es uno de sus mayores logros, pero sus intervenciones han sido numerosas.

De acuerdo con Pavel Šremer, antiguo vicedirector para la cooperación internacional de la Inspección del Medio Ambiente Checa, el equipo de Pavla Říhová realizó 408 controles el año pasado y confiscó más de 72 000 ejemplares de especies salvajes.

Muchos temen, incluido Šremer y Miko, que la ausencia del equipo y la suavización del control que esta puede conllevar, puedan crear un ambiente propicio al desarrollo del contrabando en Chequia y un caldo de cultivo para las mafias internacionales. Sostienen asimismo que Chequia tardará en formar nuevos expertos y que la experiencia y los contactos adquiridos hasta ahora pueden perderse.

De acuerdo con la Interpol, los crímenes vinculados al contrabando o al comercio ilícito de especies amenazadas constituyen el cuarto tipo de actividad criminal más rentable tras el narcotráfico, la falsificación de dinero y la trata de personas. Cada año, esta actividad genera entre 68 000 y 190 000 millones de euros a nivel mundial. Y esta rentabilidad crea una gran presión sobre las especies salvajes.

Autor: Romana Marksová
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