Confusión y cansancio en las fronteras con Alemania
Ante la alta incidencia en Chequia del coronavirus, Alemania mantiene cerradas sus fronteras en la práctica y solo los empleados de algunos sectores pueden pasar al país vecino sin entrar en cuarentena. Las reglas han estado cambiando durante la semana.
Malos tiempos para los checos que tienen que pasar cada día la frontera para trabajar en Alemania. Desde que comenzó la pandemia, esa franja de tierra que separa un país de otro está poniendo a prueba los nervios de estas personas coincidiendo con los periodos de mayor número de nuevos contagios, como es el actual.
Además de transportistas y trabajadores humanitarios, desde el domingo solo pueden cruzar la frontera profesionales checos de algunos sectores de especial relevancia para Alemania, siempre con una prueba de antígenos negativa realizada ese día, y después de haber rellenado un formulario electrónico. De no pertenecer a alguno de estos colectivos, a pesar de presentar test negativo, hay que pasar una cuarentena, que es de dos semanas en Sajonia, y de diez en Baviera. En el caso de Baviera, además, se puede acortar si se supera otro test negativo a los cinco días de la llegada.
Esta semana se han formado, por tanto, colas de decenas de kilómetros, tanto de camiones como de vehículos particulares, especialmente el lunes. La decisión de Alemania de cerrar fronteras, no solo con Chequia, sino también con el Tirol austriaco, no sentó bien en la Comisión Europea, que considera que rompe el principio de libre movimiento comunitario. Además, el cierre de fronteras afecta también a quienes solo pretenden cruzar el país, por ejemplo, los propios diplomáticos o europarlamentarios que viajan a Bruselas, con quienes no se hacen excepciones. Pero ninguno de estos argumentos han hecho cambiar los planes de Alemania para intentar frenar los contagios que le llegan desde el este.
En el Estado de Sajonia, en un principio, se permitía el paso a profesionales de la sanidad, servicios de asistencia y empleados de la agricultura. Este martes, la ministra sajona de Asuntos Sociales, Petra Köpping, anunció la ampliación de la lista de empleos a los del sector energético, la gestión del agua, informática, transporte, servicios técnicos, alimentación y farmacia. Los trabajadores tendrán que presentar un documento de las autoridades alemanas justificando que se trata de una profesión autorizada. Estos documentos se entregarán a petición del empleador. De momento, los trabajadores muestran su contrato de trabajo, mientras que las autoridades sajonas han dado varias fechas contradictorias en las que ya será obligatoria la presentación del documento. Según el Ministerio de Asuntos Sociales de Sajonia, esto sucederá ya el viernes, aunque la propia ministra había apuntado al lunes.
Para la presidenta de la Asociación de Trabajadores Transfronterizos de la República Checa, Zuzana Vintrová, esto es solo una muestra más de la improvisación y los fallos cometidos en el cierre de fronteras por la parte alemana.
“Creo que estas medidas se están tomando de nuevo deprisa y corriendo y sin conocimiento”.
En Baviera, sin embargo, se ha sido más estricto aún. El documento sobre la importancia de la profesión ya se exige desde este miércoles. En fronteras checo-bávaras en las que se formaron largas colas el lunes, como en el paso de Strážný, este miércoles la situación es mucho más relajada, seguramente porque muchos trabajadores sencillamente ya no pueden acudir a sus empleos. Pero las empresas alemanas advierten de que la falta de trabajadores checos afectará a la economía. Por ejemplo, el importante sector automovilístico alemán alerta de posibles retrasos en la producción.
Lo que sí pueden hacer los trabajadores transfronterizos una vez llegados a Alemania, es alojarse en algún hotel para no tener que volver a repetir los trámites y las esperas. El Estado alemán les ofrece 40 euros diarios para ayudarles con estos gastos. Y si se llevan a miembros de su familia, reciben 20 euros más por persona y noche.
Por otra parte, las fronteras también han empezado a cerrarse en parte en Eslovaquia. Desde este miércoles, quien viaje desde Chequia tendrá que guardar cuarentena dos semanas, u ocho días y pasar un test PCR. Estudiantes, trabajadores transfronterizos, artistas o transportistas tendrán un régimen más laxo y solo necesitarán prueba de antígenos negativa de no más de siete días de antigüedad.