Conferencia ´¿Quo vadis Cuba?´ recordó el sexto aniversario de la ´Primavera Negra´

Con motivo del aniversario 6 del encarcelamiento de 75 opositores pacíficos en Cuba, la Iglesia Evangélica de los Hermanos Checos y otras instituciones checas organizaron en Praga la conferencia internacional ´¿Quo vadis Cuba?´. El evento estuvo abierto a todos los que se interesan por la situación de los derechos humanos y de la libertad religiosa en la isla.

De los 75 disidentes del régimen de Fidel Castro encarcelados el 18 de marzo de 2003, 54 permanecen en prisión condenados a altas penas que llegan a 28 años de cárcel. La conferencia ´¿Quo vadis Cuba?´, celebrada este martes y miércoles en la capital checa, estuvo dedicada a todos aquellos a los que les falta alguien en casa.

La Iglesia Evangélica de los Hermanos Checos se ocupa de Cuba desde hace unos diez años, explicó a Radio Praga el máximo representante de la entidad, Joel Ruml.

“Pensamos que una Iglesia no es Iglesia sin que se interese por la gente que vive reprimida y humillada. Además, los checos tenemos la experiencia de haber vivido en un régimen no democrático y sabemos cómo nos alentaba saber que la gente de los países democráticos y libres nos apoyaba o se interesaba por nosotros. Ahora sólo devolvemos esta atención”.

En la inauguración de la conferencia Joel Ruml recordó que este año se conmemora el 20 aniversario de la caída del Muro de Berlín. En este sentido apuntó que se oyen voces, por ejemplo en Hungría, de que no hay motivo alguno para festejar. Preguntamos a Joel Ruml si se percibe una similar sensación de depresión de la democracia también en la República Checa.

Joel Ruml
“Creo que se siente cierto cansancio. La crisis económica afecta a la gente y le preocupa. También le agobia la manera de cómo se practica la democracia en nuestro país, todos estos fracasos. La política goza de mala fama y la gente no tiene el coraje ni las ganas de asumir la responsabilidad y organizar algo al nivel del ciudadano porque las barreras administrativas son enormes”.

El tercer motivo de esta pesadumbre de los checos es, según Joel Ruml, el hecho de que el recuerdo del comunismo con sus seguridades sociales no haya desaparecido todavía. El socialismo empieza a idealizarse en la República Checa, señaló Joel Ruml.

“Es lo mismo cuando los israelitas se iban de Egipto: no se ve la esclavitud, sino sólo lo positivo. Con ello uno se orienta mucho peor en la actualidad y asume la libertad con mayores dificultades. Así que nos encontramos en la primera etapa de un duelo que no es fácil, pero es necesario recordar estos temas ahora y con gratitud”.

A pesar de estos problemas que suelen abusarse Joel Ruml, de la Iglesia Evangélica de los Hermanos Checos, anima a los cubanos para que no dejen de anhelar la libertad y para que busquen ya en este momento caminos cómo cambiar el régimen por dentro.

“La vida empieza a ser más hermosa en el momento en que uno mismo puede arreglar algo, esforzarse por algo, y el otro no se lo impide. Esa es la libertad. Cuando uno, como ciudadano, tiene el espacio para realizar lo que considera sensato y bueno”.

Foto: CTK
El primer día de la conferencia ´¿Quo vadis, Cuba?´ culminó con una subasta benéfica de dibujos y cuadros proporcionados por artistas checos, alumnos de una escuela evangélica de Praga y niños cubanos. Con los fondos recaudados, casi 1.200 euros, se comprarán utensilios de dibujar, revistas y libros infantiles que se enviarán a los centros de ocio para niños y jóvenes en Cuba, según explicó Pavla Holcová, de la organización humanitaria checa Hombre en Emergencia.

“En Cuba no puede funcionar oficialmente ningún centro infantil ni juvenil que no sea de la Organización de Pioneros o de otros grupos manipulados ideológicamente por el Estado. Ello significa que todos los clubes no oficiales para niños donde se hacen actividades absolutamente apolíticas —los niños dibujan, hacen carnavales o aprenden a bailar— son ilegales y muchas veces perseguidos por el régimen”.

Pavla Holcová agregó que los materiales, difíciles de conseguir en Cuba, se distribuirán por toda la isla para llegar también a lugares más apartados de La Habana como Santiago y Holguín.