Condenan a una banda checa por tráfico de personas y trabajos forzados en Reino Unido
Una banda checa fue condenada a 26 años de prisión en Reino Unido por explotar a otros compatriotas durante años. Las víctimas provenían de contextos vulnerables y, además de confiscarles sus salarios, las obligaban a vivir en condiciones de hacinamiento. Una de ellas fue forzada a ejercer la prostitución.
Un tribunal británico condenó a tres ciudadanos checos a un total de 26 años de prisión por su participación en la explotación laboral de migrantes, también provenientes de Chequia y Eslovaquia. Los condenados forzaron a sus compatriotas a trabajar en condiciones inhumanas en el Reino Unido, según reveló la BBC.
La periodista Saša Uhlová, del medio Alarm, investigó este y otros casos similares. En una entrevista para la Radio Checa, sostuvo que, una vez que las víctimas son captadas, la ayuda puede tardar años en llegar.
“No puedo juzgar si este tipo de situaciones son algo excepcional o habitual, pero sí puedo decir que me he encontrado con casos similares y conozco a personas que vivieron así durante muchos años. Son personas que están dispuestas a hacer grandes sacrificios por una retribución mínima. Muchas veces, vienen de orfanatos o tienen un pasado problemático. Provienen de un contexto vulnerable y hay gente que toma ventaja de esta situación; simplemente se apoderan de ellos. Puede llevar muchos años descubrir lo que sucede”.
Explotados por años
La investigación policial, que comenzó en 2019, reveló que los responsables del tráfico de personas sometieron a 12 víctimas vulnerables a trabajos forzados en restaurantes de comida rápida y fábricas que suministraban productos a supermercados británicos. Una de las víctimas, una mujer, fue obligada a ejercer la prostitución.
Las personas explotadas, que en su mayoría eran indigentes o tenían problemas de adicción, percibían al menos el salario mínimo legal, pero los miembros de la banda les confiscaban casi la totalidad de sus ingresos. A las víctimas solo se les dejaba una mínima parte, obligándolas a subsistir con unas pocas libras diarias en condiciones deplorables. La policía descubrió que los beneficios de este esquema servían para financiar el estilo de vida lujoso de los traficantes, quienes adquirieron automóviles de alta gama, joyas y bienes raíces en la República Checa.
El contexto británico, un punto gris
Según Uhlová, las condiciones de trabajo en Reino Unido también juegan un papel importante en este tipo de situaciones.
“Conozco varios casos similares en Gran Bretaña, algunos en un avanzado estado de investigación, y creo que allí no existe un control tan grande del mercado laboral. Una historia sobre la que trabajé es realmente insólita: un grupo de víctimas fue recogido por la mafia en el restaurante donde trabajaban y luego los delincuentes simplemente se olvidaron de ellos, dejándolos totalmente desorientados. Lo increíble es que los empleadores no notaron las irregularidades hasta después de pasado mucho tiempo. Yo creo que, si las condiciones fueran distintas, deberían notar este tipo de cosas”.
La sentencia del tribunal británico subraya la gravedad del caso, mientras que la mujer implicada en la organización criminal aún espera la determinación de su condena.