Comienza a perfilarse la reforma del sistema de pensiones en Chequia
El Gobierno checo ha abierto los debates sobre la dolorosa pero inevitable reforma del sistema de pensiones. Entre las recientes propuestas de la coalición tripartita destaca la de frenar el crecimiento de las rentas por jubilación a partir de 2012.
Su objetivo es ponerla en marcha dentro de dos años, una tarea difícil pero necesaria, según destaca Vladimír Bezděk, líder del grupo de expertos que ha elaborado un proyecto de la reforma.
“Si no hiciéramos nada, dentro de 30 o 40 años tendríamos un sistema que generaría un déficit de entre el tres y el cuatro por ciento del Producto Interno Bruto al año. En precios actuales, son cuatro mil millones de euros cada año”, recalca Bezděk.
La llamada ‘Reforma de Bezděk’ cuenta con la reducción de la prima de seguro social del 28 al 23 por ciento del salario mensual bruto y con la creación de cuentas individuales de pensiones a las que el ciudadano destinaría, obligatoria o voluntariamente, el tres por ciento de su salario.
De esta manera, los ciudadanos checos participarían de un 20 por ciento, aproximadamente, en la financiación del sistema de pensiones, mientras que ahora lo hace de tan sólo un seis por ciento.
El proyecto, aplaudido por los partidos de derecha es criticado duramente por la Socialdemocracia. Su líder, Bohuslav Sobotka, señaló que “la privatización del sistema de pensiones representa un gran riesgo ya que puede obstaculizar el acceso de los grupos sociales de bajos ingresos económicos a los servicios públicos”.A pesar de ello, el primer ministro Petr Nečas está preparado para deliberar con la oposición sobre el asunto.
“La problemática de la reforma de pensiones no será debatida exclusivamente por la coalición tripartita. Queremos invitar al debate también al opositor Partido Socialdemócrata”, declaró Nečas.Llegar a un acuerdo será aún más difícil ahora que el Gobierno ha planteado frenar el crecimiento de la renta por jubilación a partir de 2012. Mientras que actualmente las pensiones se elevan de acuerdo con la inflación y el crecimiento de los sueldos reales, en el futuro sólo reflejarían el aumento de los precios.
El vicepresidente de la Socialdemocracia, Zdeněk Škromach, se opuso rotundamente al proyecto. Según su opinión, afectaría negativamente la calidad de vida de los jubilados, lo que es inaceptable para su partido.