Chequia, un faro en la integración escolar de los niños ucranianos
Con un enfoque inclusivo y práctico, Chequia ha implementado políticas innovadoras para integrar a los niños refugiados de Ucrania en su sistema educativo, a pesar de los desafíos que representa ser el país con mayor proporción de refugiados de esa nación en el continente. Los datos se desprenden de un reciente estudio del Consejo de Europa.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, la República Checa ha tomado medidas significativas para garantizar que los niños refugiados ucranianos puedan acceder a la educación y sentirse parte de la comunidad. Un estudio reciente del Consejo de Europa destacó el enfoque pragmático e inclusivo del país, que sirve de modelo para otras naciones que enfrentan crisis similares.
Con 32,9 refugiados ucranianos por cada 1000 habitantes, la Chequia es líder en términos de proporción de refugiados acogidos en Europa. Este escenario ha representado una presión considerable para su sistema educativo. Sin embargo, el país ha respondido de manera ejemplar.
La ucraniana Olena Yurkina es madre de gemelos que comenzaron a estudiar en una escuela de Praga este año y, según comentó en conversación con RPI, ella y su pareja están muy contentos con la decisión.
“En septiembre, mis hijos, dos niños de seis años, comenzaron el primer grado en Praga. En Ucrania, tomamos muy en serio la elección de la escuela, por lo que en primavera aplicamos a cuatro colegios diferentes. Nos aceptaron en dos buenas escuelas en el centro de la ciudad. Elegimos una de ellas y no nos arrepentimos de nuestra decisión”.
Según Yurkina, sus hijos tuvieron el privilegio de llegar “preparados” a la capital checa, a diferencia de las condiciones en las que pueden arribar otros niños del país.
“Nuestros niños estaban bien preparados: saben leer, y el programa académico les resulta muy fácil. Los profesores me gustan mucho, especialmente por el respeto con el que tratan a los niños y por cómo interactúan con los padres. Ya llevamos tres meses yendo a esta escuela y no hemos tenido ningún problema. Desafortunadamente, este año se canceló el programa de apoyo para asistentes ucranianos. Sin embargo, fuimos afortunados: el asistente ucraniano de nuestra escuela continuó trabajando. Esto, por supuesto, facilita mucho la comunicación con respecto a cualquier asunto escolar y, además, ayuda a que los niños se sientan más tranquilos al afrontar situaciones estresantes con el apoyo de un especialista ucraniano”.
Apoyo lingüístico y cultural
Entre las políticas clave impulsadas por el país se encuentra un proceso de inscripción simplificado. Los niños pueden registrarse en las escuelas sin necesidad de presentar documentación completa, como certificados de nacimiento o historiales escolares previos. Además, las matrículas están abiertas durante todo el año académico, lo que permite que las familias en situaciones complicadas encuentren rápidamente un lugar para sus hijos.
Para superar las barreras lingüísticas, las escuelas han contratado a más de 700 asistentes pedagógicos de habla ucraniana. Estos profesionales no solo ayudan a los estudiantes a adaptarse al nuevo sistema educativo, sino que también promueven la preservación de sus raíces culturales y lingüísticas.
Atención al bienestar emocional
Además, según se desprende del informe del Consejo de Europa, el bienestar psicológico de los niños refugiados es una prioridad para las autoridades checas. Las escuelas cuentan con personal capacitado para brindar apoyo de este tipo, planes de ayuda personalizados y programas de formación para los docentes, que les permiten identificar y abordar puntos sensibles, como posibles traumas.
Según expresó Yurkina, para ella y su pareja fue una grata sorpresa el hecho de que les solicitaran asistir a las reuniones de maestros junto a los niños.
“Esta semana tuvimos nuestra primera reunión de padres con el maestro. Para mí fue sorprendente que fuera necesario asistir con los niños, porque en Ucrania, normalmente, las notas buenas y malas de los niños se discuten sólo entre el profesor y los padres, sin la presencia de estos. Es muy positivo que en Chequia existan otras prácticas”.
No obstante, algunos desafíos persisten, según detalla el reporte. La práctica de la "doble escolarización", donde los niños asisten a clases locales mientras siguen el plan de estudios ucraniano de manera virtual, complica su integración completa. Para resolver este problema, la República Checa trabaja en colaboración con el Ministerio de Educación de Ucrania, incentivando a las familias a priorizar la educación local y al tiempo de garantizar el reconocimiento mutuo de los logros académicos.
Un modelo de inclusión
Sin embargo, las estrategias de la República Checa han ido más allá de lo académico, ya que fomentan la convivencia entre los refugiados y las comunidades locales. A través de actividades extracurriculares conjuntas y programas de participación familiar, las escuelas han promovido un ambiente inclusivo que beneficia a todos los estudiantes.
Con un ejemplo claro, la madre consultada por RPI expresa cómo se vive este proceso de integración en el día a día.
“En la escuela hay muchas oportunidades organizadas, especialmente para actividades extracurriculares durante la extensión horaria. Es muy conveniente que todo esto se realice dentro del horario, o bien, que los profesores vayan a buscar a los niños dentro de este horario y los devuelvan después. De este modo, no es necesario pasar todo el día llevando a los niños de un lado a otro por la ciudad para distintas actividades. Cada día, los niños tienen algo interesante que hacer, mientras que yo puedo trabajar tranquilamente durante todo el día”.
El compromiso demostrado por el país refleja su entendimiento de que una educación inclusiva no solo es posible durante una crisis, sino también esencial para construir una sociedad más cohesionada.
Inspiración para el futuro
La experiencia de la República Checa demuestra que, con planificación y colaboración, los sistemas educativos pueden adaptarse a contextos de crisis sin sacrificar la calidad ni la equidad. Su modelo podría servir como fuente de inspiración para otras naciones, ya que demuestra cómo la educación puede ser una herramienta poderosa para la inclusión y la estabilidad social.
