Chequia incluye los moldes para el teñido con añil en su patrimonio cultural

El Ministerio de Cultura checo ha incluido en su Patrimonio Nacional Inmaterial los moldes para el teñido con añil. Sin embargo, los artesanos que utilizan esta técnica escasean cada vez más.

Modrotisk | Foto: Zdeňka Kuchyňová,  Radio Prague International

La técnica del teñido con añil (modrotisk), muy popular en la República Checa para la elaboración de trajes típicos de varias zonas del país, había sido incluido en noviembre de 2018 en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. La solicitud la habían presentado conjuntamente Chequia, Eslovaquia, Alemania, Austria y Hungría.

Para el estampado de las telas con teñido con añil son indispensables también unos moldes especiales, que permiten mantener lugares en blanco, al teñir la tela de azul. Estos moldes comienzan a ser un artículo difícil de conseguir. En Chequia, por ejemplo, existen sólo tres talleres que los fabrican, uno en el pueblo de Olešnice, otro en el de Strážnice y el último en la ciudad de Dvůr Králové nad Labem.

Foto: Jana Házová,  Český rozhlas

En vista de la situación y a fin de preservar su producción, el Ministerio de Cultura checo los ha incluido en el Patrimonio Cultural Inmaterial de la República Checa, en el que figuran actualmente 36 artículos en total.

En una galería de arte del pueblo de Tři Studně, en la región de Vysočina, se recuerdan las tradiciones populares nacionales, entre las que figuran, naturalmente, telas de teñido con añil y un molde muy valioso, como contó a la Radio Checa en su momento Ivana Buttry, funcionaria vinculada a ese sitio de exposiciones.

Ivana Buttry | Foto: Dáša Kubíková,  Český rozhlas

“A los visitantes les damos a conocer cómo se procedía antaño en la elaboración de la lana de las ovejas, el procesamiento de lino, así como la tradición del teñido con añil. Y tenemos aquí también un molde, justamente para ese teñido, que data de 1716 y que logramos salvar del paso del tiempo”.

La nominación de los moldes para ser incluidos en el Patrimonio Cultural de la República Checa había sido presentada por el Museo de Bohemia Oriental de Hradec Králové, pero la tradición del teñido con añil sentó sus raíces también en Moravia del Sur, donde esas telas forman parte de muchas prendas de los trajes populares típicos y son una inspiración igualmente para obras de arte. Los moldes se fabricaban de madera y los diseños que llevaban tenían los más diversos tamaños y formas. Los centros textiles solían invitar también a los maestros en fabricación de moldes a sus empresas para desarrollar directamente en el lugar diseños especiales de moldes.

Milan Bartoš | Foto: Jana Házová,  Český rozhlas

Milan Bartoš, de la ciudad de Dvůr Králové nad Labem, es uno de los pocos especialistas que se dedican hasta el presente a la fabricación y reparación de los moldes para el teñido con añil. La mayor parte del trabajo se hace de forma manual o con utilización de máquinas antiquísimas, según contó hace algún tiempo a la Radio Checa.

“Este es el sonido típico que emito con mis instrumentos al trabajar. Si lo escuchara al encontrarme en una plaza, por ejemplo, enseguida lo reconocería y me daría vuelta para ver de dónde viene ese sonido tan especial. Tiene su ritmo, que podría ser aprovechado incluso en la música”.

Al señor Bartoš lo hemos visitado justamente cuando trabajaba en su obra monumental, como había dicho a la Radio Checa.

Milan Bartoš y Jaroslav Plucha | Foto: Jana Házová,  Český rozhlas

“Es un molde que lleva un diseño especial. Es un recuerdo a la señora Heberhardová, que con mi abuelo formaron antaño un dúo en la fabricación de moldes de estampado. Mi abuelo hacía los moldes y la señora Heberhardová los diseños. En casa encontré un vestido que había sido de mi mamá y la tela se la había regalado mi abuelo, que junto con su colaboradora elaboraron el molde. Yo cogí el vestido y en base a él hice un nuevo diseño para un nuevo molde, utilizando el mismo tema vegetal. Además, ese vestido se podría usar hasta el presente, no salió nada de moda y cuando lo presento en algún lugar, la gente sigue admirándolo”.

Foto:  Český olympijský tým

Milan Bartoš, junto con otro especialista checo en fabricación de moldes de estampado, Jaroslav Plucha, utilizan en su trabajo máquinas de los años 30 del siglo pasado. Y su costumbre de trabajar a mano o con máquinas antiguas no la abandonaron ni al colaborar con la diseñadora Zuzana Osako en la forma y el diseño de la serie de vestimentas de los deportistas checos para los Juegos Olímpicos de Tokio de 2020.

Autores: Ivana Vonderková , Jana Házová | Recursos: Český rozhlas , ČTK
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