Chequia, entre los 50 países menos corruptos del mundo
El último informe de Transparencia Internacional clasifica a 180 países según su grado de corrupción. Chequia no presenta grandes cambios, repitiendo el puesto 49 que logró el pasado año.
Transparencia Internacional ha dado a conocer un año más su informe acerca de corrupción, donde Chequia ocupa el puesto número 49, alcanzando una puntuación de 54 según este Índice de Percepción de Corrupción (CPI).
El CPI clasifica a un total de 180 países acorde a los niveles percibidos de corrupción en el sector público y a través de una amplia variedad de datos procedentes de expertos o instituciones como el Banco Mundial. En base a estas cifras, el CPI otorga a cada país una puntuación de 0 a 100. 0 sería el mayor grado de corrupción posible mientras que 100 sería el menor.
En este sentido, las cifras de Chequia se mantienen estables. El país repite la misma puntuación que en el 2020 (54) y apenas se aprecian cambios respecto a 2019 (56) y 2018 (59). Por otro lado, los 54 puntos obtenidos sitúan al país por encima de la media mundial a este respecto (43) pero por debajo de la de la Unión Europea (64).
Atendiendo al ranking, Chequia comparte el puesto 49 junto con Malta y la exótica Mauricio, que obtienen una puntuación calcada. Con respecto al entorno europeo, destacan las altas puntuaciones obtenidas por los países nórdicos: Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia dominan la clasificación europea, obteniendo todas ellas una puntuación superior a 80. Por contra, Rumanía, Hungría y Bulgaria quedan como los países con un peor índice a nivel europeo, sin superar ninguna de ellas los 40 puntos.
Por otro lado, las fluctuaciones a nivel global no son especialmente significativas: 25 países mejoraron su CPI, 23 sufrieron una regresión y los 132 restantes se mantienen igual. Destaca, por ejemplo, la vecina Eslovaquia, con un aumento de 3 puntos respecto al curso pasado o Eslovenia, que baja 3 puntos.
Respecto al caso checo en particular, Transparencia Internacional señala la ausencia de leyes y mecanismos efectivos a este respecto, así como que el estancamiento en la lucha anticorrupción responde a la falta de voluntad política.
Por su parte, el exprimer ministro Andrej Babiš no tardó en salir al paso de estas cifras y defender su labor y la de su ejecutivo en esta materia.
“Bajo nuestro gobierno, ni un solo ministro tuvo un problema de corrupción. Todo eso lo hemos erradicado de las más altas esferas de la política“, afirmó. Según Babiš, no solo los datos no reflejan esta realidad, sino que en el pasado el gobierno de ANO y el Partido Socialdemócrata impulsó leyes anticorrupción que no tuvieron el respaldo necesario en la Cámara Baja. "La oposición simplemente no las quería", agregó.