Chequia echa cuentas de cara a un eventual corte de gas ruso

La República Checa tiene reservas de gas para casi tres meses en el caso de que Rusia cierre el grifo a Praga igual que ha hecho con Polonia y Bulgaria. El Gobierno y toda la UE buscan soluciones y alternativas.

Chequia, uno de los países más beligerantes con respecto a Rusia en la invasión de Ucrania, es también uno de los más vulnerables de cara a un eventual corte de gas ruso como el que ya han sufrido Varsovia y Sofía. De hecho, el gas natural que se consume en Chequia proviene, prácticamente en su totalidad, de Rusia.

Petr Fiala | Foto: Petr Sznapka,  ČTK

Uno de los principales suministradores de ayuda militar y humanitaria a Ucrania como es Chequia, no se dispone a pagar en rublos por el gas, como exige ahora Rusia, en lo que considera el Gobierno checo una vulneración del contrato de suministro, por lo que ese escenario polaco y búlgaro, no es impensable tampoco para Praga.

El primer ministro, Petr Fiala, aseguró que no tiene ningún indicio de que Rusia vaya a actuar así con Chequia, pero que en cualquier caso, se están buscando alternativas.

“Si Rusia detuviera el suministro de gas a la República Checa, seríamos capaces de hacer frente a la situación durante un tiempo con una combinación de reservas y otros proveedores. Pero a largo plazo tendríamos que buscar otras soluciones”.

Chequia, con unos 925 millones de metros cúbicos de gas natural en sus reservas en la actualidad, tiene así para llegar hasta julio con el consumo medio de estos meses de primavera y verano. Si fuera necesario, se cortaría el suministro a empresas para reservar el gas para los hogares e infraestructuras críticas como hospitales. Así, estas reservas podrían alcanzar hasta mediados de noviembre.

El experto en cuestiones energéticas Vratislav Ludvík, explicó a la Televisión Checa por qué no se disponen de reservas mayores en estos momentos.

Foto: Ondřej Hájek,  ČTK

“El depósito forma parte del sistema de gas. Este funciona de manera periódica, lo que quiere decir que se llena durante el verano y durante el invierno se va consumiendo. Ahora no puede estar más lleno porque hemos estado consumiendo su contenido durante todo el invierno”.

Un eventual corte de gas prolongado que provocara el cese del suministro a las empresas supondría un vuelco para la economía del país, ya que muchas factorías deberían cerrar y despedir a sus trabajadores al depender completamente del gas natural.

El embajador especial para cuestiones de seguridad energética de la República Checa, Václav Bartuška, consideró en declaraciones para Radio Praga Internacional que Europa encontraría la manera de salir adelante sin el gas ruso, a pesar de todo.

Václav Bartuška | Foto: Kateřina Cibulka,  Český rozhlas

“Si se detuviera el suministro de gas a Europa supondría un cambio fundamental y el mayor shock del sistema de los últimos años. Pero Europa lo superará. No será sencillo, pero lo superará. Habrá que sustituir el gas natural ruso por otro, lo que no se puede hacer en unos días o semanas, pero sí somos capaces de hacerlo en el transcurso de unos años”.

Para Bartuška, exigir de repente el pago en rublos es una forma de extorsionar a la Unión Europea por parte de Rusia. Cortar el gas a Polonia y Bulgaria es solo un primer paso, advirtió, por lo que considera que las posibilidades de que Chequia sufra un corte similar son muy altas. Bartuška destacó lo sorprendente que es especialmente dejar a Bulgaria sin gas, un país que históricamente ha sido bastante cercano a Moscú. El embajador especial para cuestiones de seguridad energética explicó cuáles serían los primeros pasos a seguir para Praga en el caso de quedarse sin suministro.

“Es posible sustituir parte del consumo por otros tipos de combustible para la producción de electricidad y calor, especialmente carbón, y buscar por el mundo otros suministradores de gas, que sería, básicamente, gas natural licuado, que podría proceder de Catar, Australia, Estados Unidos u otros productores menores”.

Foto: ŠJů,  Wikimedia Commons,  CC BY 4.0 DEED

Hungría, con su ya consabida postura de beneplácito hacia Moscú, algo extraordinario dentro del conjunto la UE durante la invasión de Ucrania, anunció que accederá a las nuevas condiciones de pago impuestas por Rusia. “No nos queda otra opción”, dijo a la televisión estadounidense CNN su ministro de Exteriores, Péter Szijjártó. Pero también se preparan para pagar en rublos la compañía alemana Uniper y, según el Financial Times, la austriaca OMV. Según la agencia Bloomberg, de hecho, habría cuatro países europeos que ya estarían pagando por el gas en rublos, aunque no queda claro si se trata de países de la UE o no.

Por su parte, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von del Leyen, acusó a Rusia de ser un suministrador poco fiable y aseguró que la Unión Europea reaccionará de manera coordinada y solidaria con sus miembros más afectados por el “chantaje” ruso.