Célebres escenas eróticas del cine checo

Hedy Kiesler en la película 'Éxtasis'

La cinematografía checa posee una primacía mundial: en la película experimental Éxtasis del cineasta checo Gustav Machatý, rodada en 1933, la actriz austríaca Hedy Kiesler aparece durante algunos minutos desnuda. Fue el primer desnudo fílmico en la historia del cine mundial.

Hedy Kiesler - Lamarr
Desde el punto de vista actual, las imágenes de la bella actriz desnuda son inocentes. La muchacha desnuda está enfocada desde cierta distancia y las imágenes son discretas. Sin embargo, el desnudo de Hedy Kiesler, que en aquel entonces tenía 18 años, provocó un sonado escándalo.

Hitler ordenó retirar la película de los cines, el Papa habló de una obra diabólica, los distribuidores cortaban las escenas eróticas.

El director de cine Gustav Machatý había logrado rodar una película de vanguardia que utilizaba un sofisticado lenguaje fílmico. Sin embargo, su película, tan apreciada hoy en día, fue considerada pornográfica en su tiempo. En Estados Unidos no se proyectó al público hasta 1938. El marido de la actriz intentó comprar todos los negativos.

Hedy Kiesler - Lamarr
La novel actriz que protagonizó la película de Gustav Machatý, se convirtió a finales de los 30 y principios de los 40 en la superestrella hollywoodiana Hedy Lamarr. Parece mentira, pero además ella fue inventora.

Basándose en las estructuras de la música de vanguardia, Hedy Lamarr inventó para uno de sus maridos- y tuvo seis- el principio de la señal de radio que no podía ser interferida. La actriz donó en 1942 la patente a Estados Unidos, que estaba en guerra con las potencias del Eje.Dicho principio técnico se utiliza en la actualidad en la telefonía móvil.

El desnudo de Hedy Kiesler de la película "Éxtasis" pertenece a las antologías. Para buscar otra célebre escena erótica del cine checo debemos avanzar hacia los años sesenta.

En los cuarenta estaba la guerra y en los cincuenta se rodaban en Checoslovaquia películas sobre la edificación del comunismo y las mujeres aparecían en las pantallas vestidas con monos y con un pañuelo en la cabeza. ¿Puede haber una vestimenta menos erótica?

Hedy Kiesler en la película 'Éxtasis' | Foto: public domain
Los sesenta fueron en Checoslovaquia los años de la liberalización del régimen comunista, y los cineastas experimentaban hasta dónde podían llegar. Libraban fatigantes batallas con la llamada Administración de la supervisión de la prensa. Bajo este complicado nombre se escondía el órgano de la censura.

Si la censura aprobaba el guión era posible iniciar el rodaje. Los cineastas presentaban a los censores la primera versión de la película y la definitiva. Sólo tras haber cumplido todos estos trámites se enteraban si la película podía tener distribución.

La película "Los trenes rigurosamente vigilados", rodada por Jirí Menzel en 1966, se basa en la homónima obra de Bohumil Hrabal. En este filme, galardonado con el Oscar, hay una escena que es considerada por muchos como la más erótica del cine checo.

La memorable escena tiene lugar en la oficina de una estación de ferrocarril:el subjefe de la estación toma un timbrador y estampa timbres en el trasero desnudo de la joven telegrafista Zdenicka Svatá, que está tumbada sobre una mesa.

Cuando vio la escena el director de entonces de la Cinematografía Checoslovaca, Alois Polednák, ordenó categóricamente: "¡Cortar!"

El realizador de la película, Jirí Menzel, no estaba dispuesto a sacrificar una escena tan pintoresca y decidió lanzar el contrataque. Antes de ser sometida la película a censura, realizó un preestreno para los vecinos del pueblo de Lodenice, al oeste de Praga, donde se rodó el filme.

"No les escandaliza? ¿Debemos cortarlo?", preguntó Menzel después de la proyección.

"¡De ninguna manera! ¡Todo menos eso! ¿Por qué?", exclamaban los espectadores. El cineasta tenía el mejor argumento en la contienda con los censores:¡A los trabajadores les gustaba la película!

Jitka Zelenohorská y Josef Somr en la película 'Los trenes rigurosamente vigilados'
La escena en que el disoluto subjefe de estación Hrdlicka estampa el timbre sobre las nalgas de la telegrafista Zdenicka le causó un problemilla a Josef Somr, el actor que interpretaba el papel del donjuanesco empleado de ferocarriles. Su padre no le perdonó el haber protagonizado una escena denigrante para el estamento de los ferrocarrileros.

Es que el padre del actor había trabajado en los ferrocarriles, así que increpó a su hijo por la escena que había interpretado:

"Ahora la gente va a pensar qué cosas vergonzosas hacen los subjefes de las estaciones de ferrocarril. Es un disparate. Nadie se atrevería a hacer en el servicio semejante cosa", tronó Somr padre.

En la aldea natal de Josef Somr, Vracov, la mitad de los vecinos eran ferrocarrileros. La mamá del actor no salía de casa por vergüenza.

Magda Vásaryová - Maryska
La película "Los trenes rigurosamente vigilados" fue galardonada en 1967 con el Oscar. El realizador Jirí Menzel tuvo la suerte de haber rodado el filme en el período de deshielo del régimen comunista en los años sesenta. En los setenta ya se impondría la mojigatería de los neoestalinistas.

Desde los años setenta se cuenta una historia sobre el líder comunista checoslovaco, Gustáv Husák, de la que no se sabe si es verídica o inventada. En todo caso refleja bien la atmósfera de la época.

Una vez el presidente de la República, Gustáv Husák, no podía dormir y decidió encender la televisión. En una película policial alemana vio a una mujer que se estaba duchando. El líder comunista montó en cólera y despertó por teléfono al director general de la Televisión Checoslovaca, ordenándole que fuese castigado el culpable de la exhibición de pechos desnudos en la televisión. El funcionario que autorizó la exhibición de la película fue despedido.

Magda Vásaryová y Rudolf Hrusínský en la película 'Tijeretazos'
En los años ochenta, el director de cine Jirí Menzel realiza otra vez un guión basado en una obra de Bohumil Hrabal. Nace la película "Tijeretazos" con una célebre escena de tinte erótico: el doctor Guntorád, interpretado por Rudolf Hrusínský, chequea a la bella Maryska y acaba durmiéndose sobre el pecho de la mujer, encarnada por la inolvidable Magda Vásaryová.

Los conocedores incluyen esta escena en la antología de las más célebres escenas eróticas del cine checo.

Después de la Revolución de Terciopelo de 1989 caen todos los tabúes. Los desnudos y las escenas eróticas proliferan en las películas checas y muchos espectadores sospechan que es por hacer la película más taquillera. Ésta ya es otra historia.