Anna de Almeida, gran propagadora de la cultura y la lengua checas en Portugal
En el Ministerio de Relaciones Exteriores, en Praga, fueron entregados este viernes los premios Gratias Agit 2016. Éstos son conferidos todos los años a personas y colectivos en reconocimiento de sus actividades a favor de la promoción de la República Checa en el exterior. Entre los galardonados figura esta vez Anna de Almeida, que desde los años 80 vive en Lisboa, Portugal, y que durante su actual estadía en la capital checa concedió una entrevista a Radio Praga.
”Del que me iba a ser concedido el premio Gratias Agit me enteré del embajador checo en Portugal, Stanislav Kázecký. La noticia me alegró sobremanera. Para mí es un gran honor y el premio lo aprecio mucho”.
Al principio Anna de Almeida se dedicó en Portugal a su familia, a sus dos hijas y posteriormente trabajó en la Embajada Checa en Lisboa. Pero quería hacer más, se puso en contacto con los checos residentes en Portugal, que son unos 300 en total por todo el país. Comenzó a dar también clases de idioma y literatura checas en la Universidad de Lisboa, continuando en esta labor hasta el presente. Entre sus alumnos figuran las parejas portuguesas de algunos checos, según afirma Anna de Almeida.
”La motivación principal de esas personas para aprender el checo es el deseo de entender y poder comunicarse con la gente cuando viajen a la República Checa. Lamentablemente, hay pocas personas en Portugal que se interesen por el idioma y la cultura de Chequia con mayor profundidad. Y es que la competición de idiomas y de las grandes culturas es fuerte. Por otro lado, para mí es un desafío, ya que hago algo que no se da automáticamente”.Además de enseñar a adultos, Anna de Almeida, fundó en el año 2012 en Lisboa la Escuela Checa Sin Fronteras que persigue el objetivo de que los niños checos que viven en el extranjero sigan conectados con su patria, y aprendan o no olviden el idioma checo.
”La Escuela Checa Sin Fronteras está orientada a menores de matrimonios mixtos o de familias checas que viven temporalmente o a largo plazo en Portugal. Es una institución interesante y útil, que fue fundada primero en Francia y, gracias a la positiva reacción de las personas, fue surgiendo también en otros países del mundo. Considero necesaria la labor de estas escuelas. Permiten que una vez a la semana los niños estén en un ambiente típicamente checo y que no sólo conserven el checo para poder hablarlo, sino que también aprenden a leer y escribir en checo, lo que no es algo automático”.
Otras actividades de la señora de Almeida es su trabajo en un coro y la traducción de obras literarias de autores checos al portugués. En colaboración con su esposo, según dice, ha traducido por ejemplo las novelas ‘Markéta Lazarová’, y ‘Rozmarné léto’ (‘Un verano caprichoso’), del escritor Vladislav Vančura, así como libretos de óperas del compositor Leoš Janáček.”La cultura checa no se conoce mucho en Portugal. La gente lee cada vez menos. Para mí la música, la literatura y las traducciones son una de mis aficiones. Además, cuando uno vive largo tiempo en el extranjero siente la necesidad de ser útil de alguna manera también con su parte checa, su modo de ser checo, para denominar eso de alguna manera”.
Otra de las formas de cómo mantener el espíritu y las tradiciones checas entre los ciudadanos de origen checo que viven en Portugal es la organización de encuentros con motivo de alguna festividad. Así por ejemplo, las mujeres checas se juntan en Lisboa y otras ciudades portuguesas en víspera de las Fiestas Navideñas y preparan las típicas galletas que en Navidad no pueden faltar en ningún hogar de la República Checa. Y también cantan villancicos en checo, así como otras canciones populares que les hacen recordar su patria.