A contratiempo, Chequia busca definir dónde depositar sus desechos nucleares
La República Checa no logra definir en qué parte del país se depositarán los desechos nucleares producidos por las dos plantas que operan en el territorio. La resistencia de los habitantes y el adelanto de la fecha límite para tomar la decisión dificultan los planes de las autoridades locales.
La solución temporal de conservar los desechos nucleares en las plantas de Dukovany, en el sur de Moravia, y de Temelín, en Bohemia del Sur, comienza a impacientar a las autoridades locales checas. El Estado no logra definir en qué parte del país se guardarán estos residuos de forma definitiva y, mientras otros países de la región cuentan con sus depósitos en una fase avanzada de construcción, Chequia se ve imposibilitada de dar el primer paso en ese sentido.
Los habitantes de cada región se resisten a recibir estos desechos y la taxonomía de la Unión Europea, una iniciativa que intenta orientar los esfuerzos del bloque para garantizar una Europa climáticamente neutra antes de 2050, ha acortado los plazos para llegar a una definición, que originalmente estaba prevista para el año 2065.
Actualmente, los desechos se conservan en barriles alojados en las propias plantas. Jiří Bezděk, el portavoz de la central nuclear de Dukovany, explicó durante una visita de la Radio Checa a las instalaciones, cómo se lleva a cabo el proceso vigente.
“Puedes ver que ahora estamos en la instalación de almacenamiento de combustible nuclear usado. Este combustible se puede almacenar en contenedores por un período de hasta 60 años. A partir de entonces es posible retirarlo, revisar el contenedor y volver a poner combustible durante otras seis décadas”.
El contenido de los barriles técnicamente aún no es considerado como desecho nuclear, porque en su estado actual es posible reciclarlo y reutilizarlo en un nuevo tipo de combustible, aunque lo cierto es que este tipo de reciclado no se practica en el país. La Autoridad de Depósitos de Desecho Nuclear no ha logado definir qué se podrá hacer cuando los materiales alcancen el estado de desecho nuclear. Sin embargo, las autoridades locales aseguran que el país será capaz de cumplir con la nueva fecha límite establecida. El viceministro de Industria, Tomáš Ehler, y la jefa de la Oficina de Seguridad Nuclear, Dana Drábová, coincidieron en esta postura.
Este optimismo se encuentra en un choque constante con los deseos de los habitantes del país, que se niegan a recibir los materiales en sus territorios. A pesar de que la Autoridad de Depósitos de Desecho Nuclear ha logrado aprobar cuatro sitios distintos como depósitos permanentes, ninguna de las iniciativas logró concretarse desde 2001.
Edvard Sequens, secretario de una asociación civil en la que confluyen diversas organizaciones contra los depósitos de desechos nucleares, expresó que, a pesar de la resistencia de los habitantes, lo cierto es que legalmente los ciudadanos tienen un poder limitado a la hora de influir en la decisión.
Mientras otros países, como Francia, Suiza y Finlandia, tienen muy avanzada la construcción de sus depósitos, se estima que la República Checa recién en 2030 logrará definir dónde se ubicarán los propios.