450 años del nacimiento del enigmático Rodolfo II

Rodolfo II de pintor Hans von Aachena

Mañana 18 de julio se cumplen 450 años del nacimiento de uno de los monarcas más enigmáticos de la historia: el emperador del Sacro Imperio Romano Germano y rey checo, Rodolfo II, que convirtió a Praga en la metrópoli del arte europeo.

Rodolfo II de pintor Hans von Aachen | Foto: Kunsthistorisches Museum,  Wikimedia Commons,  public domain
Hay pocos monarcas de los que se cuenten tantas historias sobre sus extravagancias, su irascibilidad y sus trastornos mentales como sobre Rodolfo II. Es innegable que Rodolfo II padeciera una dolencia síquica como resultado de las taras familiares de los Habsburgo, pero al mismo tiempo era un hombre extraordinariamente inteligente y culto.

Rodolfo II nació el 18 de julio de 1552 como hijo de Maximiliano II de Habsburgo y de su prima, María de Austria, hija del emperador Carlos V. Su bisabuela Juana La Loca sufriera una enfermedad mental incurable.

El futuro emperador romano germano y rey checo se educó en España, en la corte rígidamente católica del rey Felipe II, hermano de su madre. Tras la muerte de Maximiliano II ciñó a la edad de 24 años las coronas del Sacro Imperio Romano Germano y de los reinos de Bohemia y de Hungría.

Rodolfo II obtuvo el título de rey checo a cambio de la promesa verbal de la libertad religiosa. En el reino de Bohemia predominaban los protestantes y Rodolfo II se dio cuenta de que no podía aplicar en el país una dura política de recatolización.

Rodolfo II trasladó en 1583 su sede de Viena a Praga que se convirtió en la capital de todo el imperio centroeuropeo de los Habsburgo. El emperador hizo de Praga la metrópoli de las artes y de las ciencias europeas. Para Rodolfo II trabajaban, entre otros, los pintores Giuseppe Arcimboldo, Bartolomeo Spranger y Hans von Aachen y el escultor Adrian de Vries.

Rodolfo II, famoso mecenas y coleccionista, adquiría también en el extranjero obras cumbre de la pintura. Al final de su vida, en 1612, la galería del Castillo de Praga contaba con 3 mil cuadros. Al servicio del emperador trabajaron también los astrónomos Tycho de Brahe y Johannes Kepler y numerosos alquimistas.

Como gobernante, Rodolfo II fue desafortunado. En 1608 tuvo que ceder la gobernación de Hungría y de Austria a su hermano Matías. Los estamentos checos se mantuvieron fieles, pero a cambio de la Carta de Majestad, de 1609, en la que Rodolfo II garantizaba la libertad religiosa de los protestantes. Cuando el monarca intentó recuperar las posiciones perdidas, los estamentos checos lo obligaron a abdicar y eligieron como rey checo a su hermano Matías.

El emperador Rodolfo II falleció en Praga en 1612. Después de su muerte, el fulgor intelectual de Praga pronto sería apagado por el implacable conflicto entre católicos y protestantes y en la capital checa se encendería en 1618 la llama de la Guerra de los Treinta Años.