Una moción de censura acabó con el Gobierno checo
Cayó el Gobierno checo. La oposición impuso su voto de censura. En su quinto intento, socialdemócratas y comunistas respaldados por tránsfugas, desbancaron al Gobierno del primer ministro, Mirek Topolánek.
Los votos de los diputados tránsfugas fueron los que decidieron sobre el final del Gobierno de Topolánek.
La moción de censura fue aprobada por 101 votos contra 96. Tras conocer la derrota, Topolánek dijo que respetaba el resultado y que “cumpliría sus compromisos constitucionales”. El primer ministro y su Gobierno dimitirán este jueves, pero se mantendrán en funciones hasta la formación de un nuevo Gobierno.
Este proceso llevará varios meses lo que permitirá al Gobierno cumplir con una agenda reducida y continuar con la presidencia europea.
El primer ministro checo aseguró que la situación surgida, tras la aprobación de la moción de censura, no tendrá ningún impacto en el funcionamiento de la presidencia checa de la UE.
“Creo que puede debilitarse nuestra fuerza de negociación. Los socios comunitarios se acostumbraron a nuestra firmeza a la hora de llegar a compromisos. Por otro lado debo decir que nuestro equipo para la presidencia funciona muy bien y continuaremos nuestras labores”, subrayó Topolánek.
A nivel comunitario la caída del Gobierno checo puede tener serias repercusiones porque, la ratificación del Tratado de Lisboa queda a la deriva.El Senado checo debía aprobar el texto en abril, pero la actual crisis puede retrasar todo. Mirek Topolánek era quien promovía la ratificación del Tratado en las filas de su formación, mientras que en el ámbito internacional a la presidencia checa de la Unión Europea le esperan la bienvenida del presidente de EE.UU., Barack Obama, a Europa, y las cumbres del G-20, la OTAN y la UE.
El líder del opositor Partido Socialdemócrata, Jiří Paroubek, promotor de la moción de censura adelantó que permitiría al Gobierno continuar la gestión europea. “Que terminen lo que empezaron” dijo el socialdemócrata.
Tras conocerse el resultado de la votación, la Comisión Europea manifestó su plena confianza en que la República Checa seguirá ejerciendo la presidencia del Consejo con la misma eficacia con la que lo ha hecho hasta ahora.
El Gobierno de coalición, integrado por conservadores, demócrata-cristianos y verdes llegó al poder a principios de 2007, tras seis meses de negociaciones post-electorales. Gobernó en minoría y se apoyó en los tránsfugas de la oposición, ya que en la Cámara de diputados la oposición y el oficialismo dominaban cada uno cien votos de un total de 200 escaños.
El presidente de la República Checa, Václav Klaus, deberá ahora encargar la formación de un nuevo Gobierno. El Partido Cívico Democrático, que lidera Topolánek, cuenta que recibirá el encargo, pero rechaza cualquier apoyo de los comunistas. En caso contrario, el Partido Cívico Democrático propondría la convocatoria de elecciones anticipadas antes del otoño.