“Una de las tragedias de la pandemia ha sido la soledad”
Durante los últimos meses, médicos de todo el mundo se han enfrentado a la difícil tarea de lidiar con el coronavirus. Alexandra Čadová, una médica checa asentada en Asturias, nos ha compartido su experiencia.
Alexandra Čadová es una checa que vive en Asturias desde hace varios años y trabaja como médica de atención primaria en Gijón. Durante los últimos meses se ha enfrentado, como médicos de muchos países del mundo, a la difícil tarea de ayudar a los pacientes enfermos de COVID-19.
Tras una primera oleada en primavera, en República Checa al igual que en España se registra nuevamente un número creciente de casos de contagio. Según Čadová, no se trata de algo inesperado.
“Es entendible que los casos estén creciendo porque aumentó mucho la movilidad. Todo el mundo contaba con que esto iba a crecer. Probablemente no contábamos con que iba a crecer tan rápido y que probablemente ya estamos en la segunda ola”.
Al principio de la pandemia, también en España se enfrentaron a una falta de material de protección. Problema que ya ha sido resuelto, según confirma Čadová. Considera que el sistema sanitario está preparado para la oleada que emerge, pero que, no obstante, tiene por delante un reto nuevo.
“Yo creo que sí, que el sistema español está preparado, sobre todo con las medidas de restricción, pero lo que veo difícil es el problema del personal sanitario. Porque hay poco personal sanitario y el que hay está muy cansado. Eso creo que se verá más en octubre, noviembre y diciembre cuando llegue la época de gripe. Eso lo veo difícil y creo que los pacientes no lo van a entender. Entonces yo misma tengo mucha curiosidad por ver cómo se va a resolver este tema”.
En los peores meses de la pandemia, en muchos países se hizo costumbre aplaudir a cierta hora del día a los médicos y al personal sanitario para agradecerles su esfuerzo y sacrificio. Según cuenta Alexandra Čadová, se trataba de un momento muy emotivo, aunque admite que últimamente, registra un cambio en la actitud de la gente.
“Los aplausos cambiaron un poco porque ahora crecen voces y nos hacen responsables de frustraciones personales. A veces uno se siente un poco frustrado como médico. Al principio todo el mundo nos aplaudía, todo el mundo nos respetaba, ahora ya no es así. Nos hacen responsables de la organización y de la falta de personal. Yo ahora veo voces crecientes de pacientes que están incómodos con esta situación. Es una pena porque nosotros hemos trabajado, y seguimos trabajando muchísimo”.
La soledad como efecto secundario
Con las restricciones que conllevó la pandemia, muchos europeos se quedaron encerrados en sus casas en primavera, buscando nuevas maneras de pasar el tiempo y llevar una vida más o menos normal. Tras un relajamiento de las medidas, con la nueva oleada que posiblemente está llegando, algunas regiones españolas están volviendo a introducir reglas más estrictas.
Según contó Čadová para Radio Praga Internacional, se ha quedado sorprendida de los responsables que han sido los españoles a la hora de cumplir con las restricciones establecidas por las autoridades.
“A mí sinceramente me sorprendió bastante porque como sabemos a los españoles les gusta abrazarse, besarse y tener una vida social muy cercana. A mí me sorprendió para bien que los españoles cumplieron, yo diría, al 100%. La gente, o la mayoría, ha sido muy responsable y siguieron las restricciones de forma perfecta. Yo no lo esperaba, esperaba que fuese más difícil. Por supuesto a la gente le cansa el estar en casa y no poder salir, no ver a los amigos y la familia. Pero he de decir que durante el estado de alarma, los españoles han sido muy responsables”.
Además de atención primaria, Alexandra Čadová trabaja ocasionalmente asimismo en geriatría y cuidados paliativos. Considera que ha sido precisamente el aislamiento el que ha supuesto una de las tragedias más grandes de la pandemia.
“Creo también que la mayor tragedia para la gente mayor ha sido la soledad absoluta y tremenda porque muchos de los ancianos en los centros geriátricos se han quedado solos. Gente que tiene algún deterioro cognitivo o algún tipo de demencia, no entienden que de repente sus seres queridos no pueden ir a verlos. Yo creo que eso ha sido una tragedia. Yo lo llamaría sobre todo soledad. Mucha gente desgraciadamente falleció con miedo y en soledad. En ese sentido, yo creo que es la cara social de la pandemia de coronavirus”.
Cuando fue posible, Alexandra Čadová viajó a la República Checa para visitar a su familia en Moravia. Según contó a Radio Praga Internacional, en vista de las siempre cambiantes restricciones, ha preferido venir en coche y su viaje desde Gijón a Chequia se dio sin problemas. Espera que, tras pasar un rato plácido en el campo moravo, no se encuentre con muchos obstáculos al regresar a su hogar en Asturias y retomar su trabajo como médica.