Una colegiala de 11 años envía una carta sospechosa y moviliza a la policía y a los bomberos

Antrax cutáneo

Hasta el cierre de esta edición no había sido detectado en la República Checa un solo caso de ántrax. A pesar de ello, el pánico en el país no disminuye ya que los envíos sospechosos crecen como una bola de nieve. Muchos de estos envíos se deben a bromas de mal gusto que ponen en vilo a los destinatarios, a la policía y a los bomberos.

Antrax cutáneo
La policía ya identificó a dos remitentes de cartas sospechosas. Los policías descubrieron primero a una colegiala de 11 años, de la capital checa, que envió cartas que contenían azúcar en polvo a dos compañeras suyas de la escuela y a dos personas más. Tras percatarse de que de los sobres se derramaba un polvo blanco, parecido a las esporas de ántrax, las empleadas de Correos avisaron a la policía y a los bomberos. Identificar a la que había escrito las direcciones con letra evidentemente infantil, ya fue una operación de rutina. La colegiala no será sancionada por tratarse de una menor.

El otro autor de envíos sospechosos será procesado por provocar falsa alarma: "Se trata de un hombre detenido en Bohemia Oriental, acusado de provocar falsa alarma con envíos de cartas sospechosas", dijo el ministro del Interior, Stanislav Gross. El imputado, funcionario de una aseguradora, envió decenas de cartas amenazadoras, delito por el que podrá ser condenado a tres años de cárcel. El ministro del Interior afirmó que su departamento tratará de atajar con medidas enérgicas la avalancha de falsas alarmas. Ayer miércoles la policía y los bomberos tuvieron que salir para recoger casi 300 envíos sospechosos en toda la República Checa. Cartas amenazadoras llegaron también a los medios de comunicación: primero recibieron una misiva con polvo blanco y papeles con citas de la Biblia y del Corán en la redacción del diario Lidové Noviny, y unas horas después llegó un envío postal sospechoso a la estación Europa Libre/Radio Libertad en el centro de Praga. Los bomberos tuvieron que acudir también a la Cámara de Diputados para recoger otra misiva que había despertado sospechas. No es de extrañar entonces que los directivos del Cuerpo de Bomberos se estén quejando de que a sus hombres ya empieza a faltarles tiempo y medios para cumplir su misión principal: la de extinguir los incendios.