Un estudio revela la inferior calidad de algunos productos en Chequia

Foto: Ambro / FreeDigitalPhotos.net

Científicos checos han realizado un test sobre 21 productos vendidos en diferentes Estados europeos. El estudio ha revelado que a pesar de tener el mismo envase, solo tres de ellos tenían la misma composición. La investigación subvencionada por el Ministerio de Agricultura checo muestra que las multinacionales entregaban productos de calidad inferior a los consumidores del antiguo Bloque Oriental.

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La Universidad de Ciencia y Tecnología de Praga ha realizado un test a 21 empresas alimenticias con mercado en Alemania, Eslovaquia, Austria, Hungría y Chequia. Los datos revelan que solo tres de los 21 productos estudiados tenían la misma composición, a pesar de que el empaquetado era exactamente igual.

Jana Pivoñka de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Praga ha declarado que a pesar de que el estudio no prueba en términos generales que los artículos de alta calidad se vendieran determinados países, existe una evidencia de que se favorece la composición de algunos de ellos en Alemania y Austria.

Esto puede observarse, por ejemplo, en la marca de carne Tulip Luncheon cuyas ventas contienen cerdo en Alemania y una especia de elaboración con desechos de pollo en el género que se vende en la República Checa. Esta diferencia también se puede observar en el detergente Persil que posee 9,5 gramos de agentes limpiadores por dosis en tres de los antiguos Estados del Bloque Occidental, mientras que en Alemania y Austria tienen 11,3 gramos.

El estudio fue encargado a la Universidad por el Ministerio de Agricultura Checo, aportando una financiación de casi 20.000 euros. Los resultados fueron presentados el martes por la Ministra de Agricultura Marian Jurečka, quien lo describió como inaceptable y discriminatorio. Además, expresó que todos los ciudadanos europeos tienen derecho a los mismos niveles de calidad.

La ministra abogó por la creación de una legislación europea común en la materia. También explicó que, aunque la Unión Europea se decida por tomar partido frente a la situación, probablemente habrá que esperar al menos 4 años para poder observar algún cambio.

Autor: Julia Rios
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