Un cuadro perdido, el Apocalipsis y mazas husitas
La capilla de San Jerónimo, en el ayuntamiento de la ciudad de Olomouc, es uno de los más brillantes ejemplos del gótico tardío en la República y Checa, y contiene además una rica y sorprendente iconografía, desde una Virgen que contempla el Apocalipsis hasta un lienzo sobre la abdicación de Fernando V que permaneció perdido más de setenta años.
Sin embargo, y desde el año 2008, es de nuevo posible admirar en todo su esplendor esta sección del ayuntamiento, precisamente una de las primeras en ser terminada. Sus obras concluyeron en 1488, como señala la fecha pintada en números góticos en el revoque sobre la entrada. Se trató de una solución arquitectónica avanzada para su época, señala nuestro guía Roman Smutný.
“La capilla es interesante por usarse en ella la llamada bóveda estrellada. En aquella época se trataba de una novedad y venían hasta aquí a observarla maestros canteros de otras ciudades y países, y se dejaban inspirar por ella. Era una nueva alternativa a la clásica bóveda reticulada, que aquí también existe y cubre dos tercios del techo”.
La bóveda estrellada cuenta con más arcos que la reticulada y estos además se entrelazan entre sí, a menudo en forma de lazos y ondas, lo que además de garantizar un mejor soporte tiene un mayor efecto estético. La de la capilla de San Jerónimo es la primera de su tipo en las Tierras Checas.Por desgracia la identidad del arquitecto que puso en práctica esta innovación en la ciudad de Olomouc sigue siendo una incógnita. Lo único que sabemos es su aspecto, apunta Smutný señalando a un detalle de la capilla.
“Desde dos rincones opuestos se miran mutuamente dos cabezas. El hombre con barba se supone que es el maestro constructor, cuyo nombre hasta día de hoy no está claro. Los cronistas discuten acerca de quién pudo ser. Frente a este hombre se sitúa otro personaje que carece de barba. Debería ser, según fuentes de la época, su asistente, que le ayudó con la construcción”.
Una capilla con vistas al fin del mundo
La capilla de San Jerónimo es especialmente rica en obras plásticas. Además de sus creadores, observa la estancia el santo al que fue consagrada, prosigue Smutný.
“En la ventana vemos un retrato del emperador Rodolfo I de Habsburgo, y bajo él una estatua tallada en madera de tilo. Se trata de San Jerónimo, patrón de todos los eruditos. Por eso sostiene en la mano un libro abierto, como símbolo de educación”.Aunque quizá una de las obras más llamativas de las que decoran la capilla sea una imagen de la Madre de Dios, que en este caso se sitúa en un entorno bastante alejado del idilio maternal en el que estamos acostumbrados a encontrarla.
“En las paredes tenemos frescos de escenas inspiradas por historias bíblicas. Vemos a San Juan Nepomuceno y la llamada Virgen María del Apocalipsis. Es una escena en la que se acerca el fin del mundo. La Virgen está envuelta en el humo y la niebla que surge de volcanes en erupción. Es como una nueva versión del inminente apocalipsis”.
El fin del mundo y la llegada del Juicio Final protagonizan asimismo el mural pintado sobre la entrada, y que contiene un curioso mensaje político-religioso, explica Smutný.
“Sobre las puertas se halla la mayor imagen de esta capilla: una escena del juicio final. En la esquina inferior derecha está el infierno. Surgen del él llamas negras y demonios. Uno de ellos lleva en la mano derecha una maza militar con aristas, típica de los husitas. Los autores querían dejar claro que Olomouc está claramente de lado de los católicos y que condena a los husitas al infierno en calidad de herejes. Por eso pusieron allí esta arma simbólica”.Y es que la ciudad de Olomouc, sede de un obispado desde el siglo XI, fue el bastión católico de Moravia durante las guerras husitas, que todavía en los tiempos de construcción de la capilla enfrentaron a los fieles leales al Papa con los protestantes seguidores del reformista Juan Hus. La maza deviene así un símbolo del alineamiento del Ayuntamiento de la ciudad en el conflicto.
La pintura perdida que se halló en una aldea
En la capilla de San Jerónimo se encuentra además una obra durante largo tiempo desaparecida: un lienzo que representa la entrega de poder en el trono austrohúngaro de 1848, cuando el emperador Fernando V abdicó en su hermano Francisco José I precisamente en la ciudad de Olomouc.
El cuadro de este acontecimiento histórico permaneció en la capilla hasta finales de 1942. Cuando después de la Segunda Guerra Mundial se procedió a restaurar los frescos, nadie pudo encontrar el lienzo perdido.
Tan solo más de medio siglo después, en 2005, la tela fue encontrada enrollada y bastante deteriorada en el desván de una casa, en una pequeña aldea de Moravia del Norte. El lienzo lo compró el Ayuntamiento de Opava, al tratarse evidentemente de una obra histórica, pero sin tener idea de su auténtico valor.Finalmente en 2014 el antiguo alcalde de Opava, Zdeněk Jirásek, que de profesión es historiador, fue a visitar el palacio arzobispal de Olomouc. Hablando con sus anfitriones mencionó que en su despacho colgaba una escena de la abdicación de Fernando V. Una cosa llevó a la otra y poco después se consiguió demostrar que, en efecto, se trataba del original, comparándolo con las fotografías que se conservaban de principios del siglo XX.
Ahora los dos emperadores, y no solo Rodolfo I, conforman el imaginario del poder político que decora la capilla. El espacio sigue siendo, sin embargo, eminentemente religioso. La capilla de San Jerónimo es aún escenario de ceremonias religiosas, al albergar anualmente la misa de los Reyes Magos. Este año además se han realizado en el lugar lecturas en voz alta de la Biblia.