Ucrania y energía, las dos claves de la presidencia checa del Consejo de la UE
La República Checa presentó su programa y prioridades de cara a la presidencia del Consejo de la Unión Europea, que ocupará desde el 1 de julio al 31 de diciembre. La guerra en Ucrania, la gestión de los refugiados y las consecuencias en la seguridad energética de los Veintisiete serán las claves que abordarán.
La República Checa volverá a presidir el Consejo de la Unión Europea después de una primera experiencia algo accidentada en 2009, cuando a mitad del mandato cayó el Gobierno de Mirek Topolánek tras una moción de censura y le sustituyó un gabinete tecnócrata.
Si entonces la crisis financiera global marcó aquella agenda, ahora es la crisis provocada por la invasión rusa de Ucrania. El Gobierno checo presentó este miércoles sus prioridades para la presidencia que pasan, en primer lugar, por la gestión de la crisis de refugiados que ha provocado la guerra y por la reconstrucción de Ucrania cuando esta acabe. El ministro de Asuntos Europeos, Mikulaš Bek, de hecho, confía en que el conflicto termine durante la presidencia checa, pero sea cuando sea, la Unión Europea debe tener un plan de reconstrucción preparado, dijo.
Ese apoyo a Ucrania también pasa por el anhelo de Kiev de ser acogido en el seno de la UE y aumentar sus alianzas en el oeste de Europa. Chequia es de los países que más apoyan ese ingreso, pero, en entrevista a Radio Praga Internacional, el ministro Bek reconoció que es una cuestión problemática.
“El estatus de candidato de Ucrania para convertirse en estado miembro de la UE es una cuestión complicada pero hemos visto avances en las últimas semanas. Espero que haya un intenso debate al respecto en el próximo encuentro del Consejo y que se encuentre ya un compromiso para abrir una vía para Ucrania. La República Checa es un gran abogado de su ingreso, pero no estamos a favor de atajos. Creemos que el proceso de ampliación estándar es la mejor solución para Ucrania, pero podría ser combinado con una iniciativa francesa que podría ser un buen instrumento para incluir a Ucrania y otros países en algunas políticas comunes europeas sobre energía, comunicaciones, etcétera”.
La seguridad energética de los Veintisiete es la segunda prioridad de la presidencia checa. Mikuláš Bek cree que la invasión rusa de Ucrania ha convencido a muchos escépticos sobre la necesidad del Pacto Verde Europeo y las fuentes de energía renovables. Mientras que antes estos lo podían ver como una cuestión ideológica, dijo el ministro, ahora está claro que son precisamente las energías renovables las que darán a los estados miembros seguridad e independencia de Rusia.
El futuro próximo de los suministros de gas ruso es una de las cuestiones más candentes entre los países miembros, reconoce Bek.
“La discusión sobre sanciones será difícil porque probablemente la intención será la de terminar con los suministros de gas de Rusia, que es una cuestión muy delicada para muchos miembros, incluida la República Checa. Pero esperamos que la discusión gire en torno a las fechas para hacerlo. No es realista esperar un consenso para terminar con el gas ruso antes del invierno, pero quizá en un año o dos, será lo que salga de estas conversaciones. Eso es lo que esperamos y, probablemente, habrá un debate sobre más personas y empresas que sean incluidas en la lista de sanciones”.
Bek explicó a Radio Praga Internacional las tareas urgentes que deben ser realizadas para cortar cuanto antes con el gas ruso.
“La seguridad energética es la cuestión clave porque está ligada al alto precio que deben pagar los ciudadanos. Necesitamos asegurar el suministro de gas licuado a Europa, necesitamos mejorar muy rápidamente el transporte de petróleo dentro de la UE y necesitamos movilizar fondos europeos para lograrlo, y ese será el cometido de la República Checa en su presidencia”.
Las otras prioridades de la presidencia son el fortalecimiento de las capacidades de defensa y la seguridad del espacio cibernético de la UE, la resistencia estratégica de la economía comunitaria y la resistencia de sus instituciones democráticas. Todas, al final, tienen en mayor o menor medida que ver con Rusia y las amenazas que representa para los países democráticos europeos.