Tres checos conquistan por primera vez el pico Chumbu del Himalaya
Un trio de alpinistas checos se inscribieron en la historia mundial del alpinismo conquistando por primera vez la montaña Chumbu de Nepal, situada solo a unos kilómetros del Monte Everest.
Después de un par de intentos por parte de expediciones francesas y japonesas, los checos Radoslav Groh, Petr Kejklíček y Jaroslav Bánský, lograron ascender el pasado diciembre al pico de Chumbu (6.859 metros), situado a unos 10 kilómetros en línea recta del Monte Everest, y se convirtieron en las primeras personas en mirar el mundo desde ese lugar.
“Para mí, la sensación más bonita y más fuerte fue el hecho de estar ahí con los chicos, mis amigos. Ya solo el hecho de intentarlo es una experiencia emocionante, pero como fue una expedición exitosa y lo conseguimos juntos, eso fue lo mejor”.
Así describió las sensaciones inmediatas Jaroslav Bánský. ¿Y cuál es el secreto del éxito checo? Parece que una combinación de suerte y coraje. Continúa Bánský que la expedición tuvo mucha suerte con el tiempo que se mantuvo ideal durante varios días. Por otro lado, un posible riesgo presentaba la capa de nieve.
“La nieve, como mucho, presentaba un riesgo porque uno se hundía. No era posible asegurarse y en las paredes de nieve había que confiar en sí mismo. Quizás nos lo hicimos un poco peligroso por el hecho de no traer las anclas de nieve que nos podían haber ayudado”.
Estando en el pico Chumbu, la expedición decidió mantener el ritual de uno de los miembros, Radoslav Groh, que nunca sube a la máxima altura posible, sino que permanece, aunque sea por un solo metro, debajo de la cima. Así muestra su humildad y respeto a la montaña, a la naturaleza. Por la misma razón decidieron no dejar nada material, ninguna huella de su presencia en el lugar, excepto las huellas de sus zapatos en la nieve. Radoslav Groh explicó también por qué habían elegido este pico y cómo surgió la idea.
“Chumbu era un pico virgen, lo cual, por supuesto, es un gran desafío. Jarda Bánský y Zdenda Háček lo descubrieron para nosotros durante su primer ascenso a Kangchung Shar. A Péťa y a mí nos invitaron a probar suerte y ascender por primera vez a esta montaña de 6896 metros”.
Explica el trío checo que aunque Chequia no cuente con unas montañas tan altas como es el Himalaya o los Alpes, es posible prepararse para una expedición así en las condiciones de los Montes Gigantes, donde todos viven, Jaroslav Bánský y Radoslav Groh como miembros del servicio de montaña. Prosigue Radoslav Groh que en los Montes Gigantes se preparan desde el punto de vista físico, técnico y mental y lo que le falta a esa zona en cuanto a los desafíos verticales y las escaladas, se puede recuperar en numerosas “ciudades de piedra” en el norte de Bohemia.
Con todo, parece que la clave del éxito checo, además del entrenamiento, es el amor por las montañas, añade Petr Kejklíček.
“Nosotros nos preparamos aquí para el Himalaya, amamos los Montes Gigantes. Tenemos aquí muchísimos montes para escalar y descender. Los Montes Gigantes están en nuestros corazones. Al fin y al cabo, nacimos aquí”.
Chequia tiene una representación permanente en el Himalaya en la persona de Jan Trávníček que lleva varios ascensos de 8000 metros, organiza expediciones en la región de Nepal y hasta consiguió establecer en Katmandú una taberna checa que se convirtió en un punto de referencia para los alpinistas checos.